Este viernes se cumplió un año desde que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera subir los tipos de interés por primera vez en once años. De esta manera, el organismo cerraba un ciclo de política monetaria y comenzaba otro, uno más restrictivo, con el objetivo de devolver a la inflación al 2%. El 21 de julio de 2022, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, anunció una subida de tipos y más agresiva de lo que se preveía, del 0,5%. Después han venido siete subidas más, en total ocho. La inflación estaba en el 8,9% y las perspectivas no eran de mejora. 

Un año después, la inflación de la eurozona está en el 5,5%, la de España, en el 1,9%. La situación en este aspecto es mucho mejor que hace doce meses. Pero el organismo monetario asegura que va a continuar con las subidas. El jueves 27 tienen una nueva reunión de la que saldrán con una nueva subida de tipos, tal y como han anunciado miembros del consejo. Los expertos de JP Morgan pronostican otra nueva subida más, es decir, que al BCE aún le quedan dos alzas de tipos y anticipan que se quedarán altos durante mucho tiempo. 

Hay otra parte del mercado que considera que el recorte de tipos se hará a continuación del pico. Desde el BCE insisten en que irán reunión a reunión mirando los datos disponibles en ese momento y puntualizan que la política monetaria restrictiva se prolongará en el tiempo. Con estas declaraciones y estos movimientos, parece que al supervisor no le da miedo una recesión económica o que nuevas subidas de tipos puedan hacer que algunas economías entren en crisis y otras no. 

De hecho, la eurozona ya entró en una recesión técnica al encadenarse dos trimestres consecutivos con caídas del producto interior bruto (PIB). En el primer trimestre de 2023 se registró una contracción del 0,1% en el primer trimestre de 2023 y la misma que en el último trimestre de 2022. A pesar de ello, el objetivo del BCE sigue intacto: devolver la inflación al 2%. 

Actualmente, los tipos de interés están en el 4% y los de facilidad de depósito están en el 3,5%. Estos dos porcentajes están cerca de sus máximos históricos. Pero ¿cómo ha cambiado la economía de los ciudadanos españoles en este último año? Lo que ha provocado un tsunami ha sido la rapidez y la agresividad con las que se han producido.

Los hipotecados a tipo variable han visto como su cuota mensual ha aumentado considerablemente. Aquellos que se han querido hipotecar han visto como este producto ha subido con fuerza. Mientras los ahorradores aún no han visto el aumento esperado en los depósitos. Por el momento, los bancos, o por lo menos los tradicionales, rechazan la idea de remunerar estos productos, porque, aseguran, no necesitan la liquidez. Esto ha hecho que el Gobierno haya puesto en marcha un plan para que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia y el Banco de España investiguen por qué no existe esa remuneración. Por parte de los bancos avisan que ninguna administración debe meterse en competencia de precios. 

Las tasas altas ayudan a desacelerar la economía al encarecer los préstamos, lo cual afecta directamente a los consumidores. Por ejemplo, una persona con una hipoteca de 150.000 euros con un plazo de 25 años y un interés de euríbor más 1% ha visto como su cuota ha aumentado en 252,47 euros al mes, ha pasado de pagar 625,03 euros a 877,50 euros, lo que supone 3.029,64 euros más año. Hay que recordar que el euríbor cerró el mes de junio por encima del 4%, por primera vez desde 2008.

Esta situación ha hecho que las hipotecas nuevas estén más caras. Los bancos ofrecen hipotecas a tipo fijo con intereses que ya no bajan del 3% e incluso alguna entidad ya sobrepasa el 5%. La banca encarece este producto porque sabe que muchos ciudadanos optan por la tranquilidad de saber lo que van a pagar, sin sobresaltos. Por otro lado, las hipotecas variables están bajando su precio, pero tienen el riesgo de que el euríbor siga subiendo, que es lo que apuntan que va a pasar. En este escenario, las hipotecas a tipo mixto están despertando y ya suponen el 30% de las nuevas hipotecas del primer semestre.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el tipo de interés medio de las hipotecas sobre viviendas del mes de mayo fue del 3,15%. En el caso de las hipotecas a tipo fijo aumentó hasta el 3,40% y en el de las variables, el interés medio se situó en el 2,79%. “Los días de las hipotecas al 2% han terminado. El 3,50% o incluso el 4% es lo normal ahora”, comentan los expertos del comparador de HelpMyCash.

En el otro lado está la remuneración para los ahorradores conservadores que todavía no ha acabado de despegar. Muchos de ellos, de hecho, están trasladando su dinero a productos de inversión (como fondos o planes de pensiones) o a productos como letras del tesoro (que ya dan una rentabilidad que roza el 4%).

No obstante, en términos generales sí que se está viendo un incremento. En enero del año pasado, el interés medio de los depósitos era del 0,04%, según el Banco de España, mientras que el pasado mes de mayo alcanzaron una rentabilidad media del 1,64%. Los mejores plazos fijos ya han superado la barrera del 4%, algo impensable hace un año.

Eso sí, las opciones más rentables están en manos de la banca extranjera, neo bancos y bancos digitales que comercializan sus productos de ahorro en España por Internet.

¿Qué pasará con la política monetaria?

Lo único que está seguro es que el próximo jueves, 27 de julio, el BCE volverá a subir los tipos de interés. El mercado descuenta un 0,25%, otra vez. Pero más allá de esta reunión no se puede decir con exactitud lo que pasará. Los analistas responden tajantes: “Hay suficientes índices en la economía que apuntan a que los tipos continuarán altos y que podrían ser parte de la nueva normalidad. Lo raro fue que se mantuvieran tantos años en negativo”.