Toño Abad, es un reconocido activista por los derechos de las personas LGTBI. La apuesta de UGT por la defensa del colectivo le ha llevado a ocupar la responsabilidad del área confederal LGTBI, desde la que también ha lanzado la primera herramienta sindical de denuncia directa de la LGTBIfobia en el trabajo y últimamente ha sido responsable de un importantísimo informe, resultado de una gran encuesta realizada con una gran cantidad de empresas españolas. En este informe se pone de manifiesto que la discriminación de las personas LGTBIQ+ tiene repercusión enorme en el ámbito laboral. El 75% de los encuestados cree que no tiene las mismas oportunidades que los heterosexuales.
En la encuesta se recoge que el 55% de las personas trans reconoce que ha sido excluido de forma directa o indirecta en las entrevistas de trabajo.
En este día electoral, clave para el futuro de España, me ha parecido importante entrevistar a uno de los activistas más relevantes de las personas LGTBIQ+ visto que ha sido uno de los colectivos al centro de los programas de algunos partidos.
P: Buenos días Toño. ¿Cómo llevas esta campaña electoral? ¿Has votado ya?
R: Por correo, y de una forma rápida y eficaz.
P: Ha habido una brutal polémica en relación al voto por correo. Al final, parece que quien no vota es porque no quiere votar, porque es cierto que si bien al principio los medios hablaban de algún retraso, finalmente, parece todo el mundo ha recibido la oportuna documentación para votar y casi todos lo han hecho
R: Habrá que ver al cierre el nivel de voto que queda por entregar pero, por lo que he visto, es una polémica ficticia creada a propósito para deslegitimar un sistema electoral, el nuestro y que con sus imperfecciones y su margen de mejora, es alabado por otras democracias. Se trata de una deslegitimación al puro estilo 'trumpista' por lo que pueda pasar al final. Estas polémicas ficticias e inventadas, me generan preocupación porque vemos unas derechas 'tiradas al monte', que son capaces de decir cualquier cosa y plantear cualquier barbaridad que al final, lo que daña no es al PSOE o a Sumar o a Podemos, sino a la democracia, que es de todos, y a la imagen de país que tenemos.
P: Parte de la polémica nace en los propios sindicatos, que en los últimos meses también se han quejado mucho por la situación laboral en correos. ¿Tiene que ver con esto? Tu dices que las derechas 'se han echado al monte'. ¿Han aprovechado en parte las críticas sindicales?
R: Discrepo. El papel de los sindicatos, más desde el momento en el que se ponen los focos, en esta empresa pública concretamente, es denunciar las situaciones para mejorar las condiciones de los trabajadores y los servicios públicos. Entiendo que, desde el momento en el que se puso el foco en ese trabajo titánico que iba a tener que desarrollar Correos para llegar a los millones de electores, pedir recursos era lo más sensato. Otras declaraciones en torno a esto, con intenciones políticas, están ahí, pero en cuanto a UGT, lo que se planteaba era que se reforzaran los servicios y las oficinas, para mejorar el reparto. Es una petición sensata que no se puede utilizar para desprestigiar un proceso con fines electorales, como han hecho Feijóo y la derecha.
P: He leído el informe que habéis presentado en relación con la situación laboral de las personas LGTBIQ+. Dame los trazos más relevantes.
R: Son muchos datos. Te daré algunas pinceladas. En general, la situación es preocupante. Reflexiono mucho acerca de si esto le ocurriera a otro colectivo que no fuera el de las personas LGTBIQ+, con tasas de violencia y exclusión laboral muy elevadas. ¿Qué pasaría? Seguramente se habría puesto luz sobre el tema y estaría en vías de solución. En este caso, ahora estamos empezando a tomar acciones necesarias para solucionar la situación. Los datos son muy preocupantes, tres de cada diez personas LGTBI reconocen sufrir violencia en el trabajo.
Un 55% reconoce que es rechazada de forma directa en entrevistas de trabajo
El 83%, de ese 30%, de forma continuada, varias veces. Hablamos por tanto de situaciones de acoso. No es una violencia puntual. El 40% de las personas LGTBI vuelven al armario en su empresa, a pesar de que en sus entornos sociales o familiares esto está completamente asumido. Estamos hablando, no de un abstracto sino de algo material. Hay personas que renuncian a sus derechos, como el acompañamiento al cónyuge a consultas médicas u otros relacionados con el ámbito familiar como la adopción, el acogimiento, o el no pedir los permisos que les corresponden, que son indiscutibles para cualquier otro trabajador no LGTBI. Si te fijas en las personas trans, también hay situaciones de vulnerabilidad y de exclusión en el ámbito laboral muy preocupantes. Un 55% reconoce que es rechazada de forma directa en entrevistas de trabajo. El 75% dice que que el debate sobre la Ley Trans y LGTBI ha perjudicado su imagen en relación a sus compañeros de trabajo, es decir, que antes de este debate estaban mejor considerados. Son cosas constatables en el día a día. Hay personas que tienen que recurrir a la economía no formal, es decir, a la prostitución, para poder subsistir. Con estos datos, los sindicatos, el papel constitucional que tenemos, es desarrollar un trabajo por la inclusión.
P: El informe es muy sólido y coincido en que la situación es muy preocupante puesto que llevo muchos años en este país y trabajando en cuestiones referentes a la diversidad. Me preocupa que haya un retroceso en la libertad. ¿Qué vais a hacer? ¿Vais a usar estos datos para promover iniciativas legislativas para que la situación no siga empeorando?
R: Lo que llama la atención es que hay un empeoramiento, que hay un 20% de incremento generalizado de violencias en centros de trabajo que se constata en relación con otro informe que hicimos en 2020. Está relacionado con el contexto político y social que hay en España en relación con estas materias, sobre el colectivo LGTBI pero también sobre la mujer o sobre la inmigración. Es muy preocupante el cuestionamiento generalizado que se ha instalado en este país sobre la política de derechos. La diversidad, desde nuestro punto de vista, para que llegue la igualdad real y efectiva, en la diversidad, en este caso, a las personas LGTBI, tiene que llegar a las empresas. Si no, no habrá igualdad real y efectiva. La habrá en otros ámbitos: el social, el escolar, el sanitario, el de los delitos de odio en el caso de que se implementen políticas, pero el ámbito del trabajo, en el que pasamos un tercio de nuestra vida, es importantísimo. Y la igualdad a la diversidad no había llegado a las empresas, esto no se trabajaba. O se trabajaba por iniciativas de personas que han luchado desde dentro, con un alcance limitado. Hay que extenderlo y obligar a las empresas y a los negociadores de convenios de los derechos de los trabajadores, que somos los sindicatos, a adoptar medidas que faciliten el respeto de los derechos y que construyan lugares de trabajo donde no haya violencia, sean libres de odio y sean inclusivos.
P: Repito la pregunta. ¿Qué vais a hacer? ¿Vais a poner en marcha un reglamento que sea obligatorio?
R: Sí. En la Ley Trans y en la LGTBi, se ha introducido una cláusula, un artículo, el 15.1, que determina que tendrá que haber unas medidas planificadas para lograr la plena igualdad real y efectiva para las personas LGTBi en el trabajo, con una medida que es lo mínimo que tiene que haber que es un protocolo contra el acoso discriminatorio para que las personas que sufren estas situaciones de violencia no tengan que abandonar el puesto de trabajo o buscar otro empleo sino que tengan una herramienta que puedan ejercer con garantías y aislar al agresor, en vez de revictimizar a la víctima.
Eso se tiene que desplegar y dependerá del resultado electoral el que eso se haga. Desde UGT vamos a exigir ese reglamento, porque en la ley ya está, pero hay que dotar de seguridad jurídica. Queremos algo fácil de aplicar, que sean medidas eficaces y operativas.
P: Dame tu opinión sobre los programas de los partidos en materia LGTBI en esta campaña electoral.
R: Hay dos bloques, como en todo lo demás. El razonamiento, más allá del programa, tiene que ver con los hechos y con la ideología que representan. Utilizan mucho los eufemismos, sobre todo los partidos de la coalición de derechas, y eso da ya una idea de lo que viene. El mayor reto que ha afrontado este país, aparte del terrorismo, es hacer frente al avance del fascismo y de la extrema derecha,d e partidos que plantean la derogación de las leyes y de lols derechos, directamente. En el otro bloque, en el de las izquierdas, no hay grandes diferencias. En los últimos cinco años, se ha producido un avance en cuanto a derechos y lo que no podemos permitir, me da igual Sumar, Podemos, PSOE o ERC, que ha entrado en ese consenso, en el que ha entrado también Bildu o incluso el PNV, no podemos permitir que entre un partido como Vox porque España no es así, España no es lo que ellos representan. España es lo que ha representado la mayoría parlamentaria de estos últimos cinco años.
P: Hay manchas grises tremendas en Hungría, Polonia o Italia, como sabes. En España llevamos años de avance, en derechos como el matrimonio homosexual y otros, gracias a personas como zapatero o Zerolo, pero en el contexto de este retroceso que se ve desde alguna fuerza política, ¿crees que desde la izquierda o desde asociaciones LGTBI, ha habido errores? ¿Se puede hacer autocrítica?
R: Sí. Constructiva, hemos trabajado muy individualmente y estamos defendiendo derechos colectivos. Ha habido muchos celos y guerras internas y ruptura de consensos. Se ha visto en el gobierno de coalición con posiciones enfrentadas, y con el movimiento LGTBI desconcertado frente a esto y apoyando a unos y a otros. Esto no ayuda. Hay que plantearse una unidad de acción ante el peligro de que esta amenaza se instale en las instituciones.
P: ¿Cómo llegas a tu responsabilidad? Háblame de ti, para que la gente te conozca un poco más.
R: Llevo muchos años trabajando por los derechos de las personas en general. Vengo del asociacionismo de base y de luchar por los derechos de las personas con enfermedades raras. Ahí empiezo mi periplo, por los derechos humanos y por los derechos de las personas en general. Voy enganchando algunos temas y acabo al final donde tenía que haber estado en un principio, que es en la lucha de los derechos por las personas LGTBI, porque cuando uno habla con conocimiento de causa tiene mucha más capacidad. Ahí he desarrollado distintos proyectos, en Alicante, en la comunidad valenciana, el observatorio contra los delitos de odio, siempre intentando ayudar a incidir en las políticas públicas para mejorar las vidas, en general, pero sobre todo, y eso es lo más importante, ayudando a la persona de forma directa, a la víctima, orientándoles y ofreciéndoles asistencia jurídica. Ese es el inicio de todo. Ya son muchos años, va para quince.
P: ¿Qué sueños tienes ahora?
R: Estoy ahora super motivado y super implicado con el proyecto que tenemos de las empresas, donde creo que vamos a ver resultados importantes, y con la voluntad de las empresas de dar pasos en esta dirección, que tal vez en otro momento no hubiera sido posible. Ahí se ha hecho un trabajo de sensibilización y de consultoría, que ha hecho efecto. Esto va a ser un éxito. Cuando me llamó Pepe Álvarez para ir a la UGT, a la Confederación, para desarrollar este proyecto, vi una oportunidad interesante de conseguir cosas materiales y de cambiar la realidad que es lo que a uno le motiva: que lo que hagamos tenga un impacto en la vida de las personas.
P: Hazme un balance del papel de los sindicatos y de sus logros para España en esta etapa de gobierno que acaba hoy.
R: Sin el papel de los agentes sociales, empresarios y sindicatos, esto no hubiera sido posible. Soy un gran defensor del papel constitucional de los agentes sociales. Tuve el privilegio de vivir en primera persona, lado de pepe Alvarez, la negociación de los ERTEs, del escudo social, del ingreso mínimo vital, de todo el despliegue de medidas que hizo el gobierno para frenar las consecuencias más negativas de la pandemia. He visto como se ha trabajado desde la altura de miras y desde la responsabilidad, con políticas de Estado. Hay que poner esto en valor.
Este país ha salido adelante porque empresarios y sindicatos
Este país ha salido adelante porque empresarios y sindicatos, y no me dejo a nadie, al mismo nivel, decidieron, responsablemente, ponerse al frente, y adoptar medidas que han hecho que este país esté en una muy buena condición. Eso es un orgullo para mí y hay que defenderlo siempre. ¿Con otro gobierno hubiera sido posible? No lo sé.
P: ¿Cómo estás viviendo esta campaña electoral?
R: Con mucha inquietud. El mayor reto de la sociedad española es hacer frente a esta ola reaccionaria, que no tiene ningún sentido y que parece revanchismo por no se sabe qué, por haber colgado una bandera en el balcón de un ayuntamiento o por haber pintado un banco arcoiris, o haber protegido a las mujeres víctimas de violencia o por haber hecho centros para menores no acompañados. Se han dedicado a construir una España que no existe, sólo en sus cabezas. Han denigrado cada paso que ha dado este país: la ley de vivienda era una ley para los okupas, la ley de empleo era para que los gays fuéramos al SEPE a pedir trabajo, la ley de bienestar animal... todas las leyes que ha ido haciendo este gobierno las han ido atacando, para crear un mundo que sólo existe en sus cabezas y no en la realidad.
P: En sus cabezas y en las de sus votantes, porque no olvidemos que esta gente ha conseguido muchos votos y ello quiere decir que estos mensajes pueden ser populistas o reaccionarios, pero están penetrando en una parte de la sociedad. Recuerdo que en Italia ya triunfaba la Liga, el partido de extrema derecha, y todo el mundo me decía que en España estábamos vacunados contra la extrema derecha y para nada. Por eso digo que cuando se viven momentos tan complejos desde el punto de vista político, la autocrítica para los constitucionalistas y los demócratas de verdad tiene que ser importante. Si se votan estos mensajes, algo se está haciendo mal.
R: Opino como tú. Cuando pasaba en Francia, en Polonia, en Hungría, en Holanda, Suecia, habría que haber tomado medidas, y aquí lo que se ha producido es un blanqueamiento de posiciones profundamente antidemocráticas. Que a mí me nieguen que tengo derecho al matrimonio o a la adopción en igualdad de condiciones es antidemocrático. Lo primero es antisistema, porque el sistema ya no está en eso, pero es que además es antidemocrático y anti-derechos. Que esto se permitiera, y aquí hay un papel también de los medios de comunicación importantísimo que hay que analizar, que se haya blanqueado de esta manera es muy preocupante. Es una ola reaccionaria además que viene para quedarse, y hay que hacer una reflexión. ¡Y cómo se va a quedar! Aunque el PP lo absorbiera, si es para derechizarse, vamos a estar igual que ellos en otro grupo parlamentario. A mí esto me preocupa, el que la derecha se radicalice, que se supone que tenía que ser del centro, liberal, moderada, cercana a las posiciones europeas y no a la extrema derecha.
P: ¿No crees que debería haber acuerdos entre los partidos mayoritarios para evitarlo, entre los partidos, digamos, más bregados, más democráticos?
R: Si se trata de acuerdos para proteger los derechos de las personas, creo que sí, que debería haber ciertos acuerdos. Pero bueno, lo estamos viendo con el pacto contra la violencia de género, que lo adoptaron todas las fuerzas por unanimidad y ahora se ve que se está cuestionando también. El problema es que la derecha se 'derechize' y no entienda que hay cosas que en una democracia no se pueden tocar, como los derechos de las personas, los derechos de las mujeres, los derechos de las personas migrantes. Vengo de Cantabria donde oigo que tienen un problema de natalidad y no encuentran solución, ni con políticas públicas, ni con ayudas directas a las familias... hay un problema porque la gente no tiene hijos y la población está cada vez más envejecida. ¡Y estamos planteando que las personas migrantes sobran! ¡Cuando vienen a aportar, a crear!
P: Es evidente que la inmigración ha solucionado en parte el problema de natalidad que tenemos en muchos países europeos pero, ¿qué proponéis vosotros para que este problema se solucione de alguna forma?
R: El gobierno de coalición ha dado saltos en esta materia. La igualdad en los permisos, a los progenitores, ahora con un despliegue de medidas y ayudas a la conciliación en un salto cualitativo que no se había hecho jamás, pero hay que seguir avanzando en esa línea. Jornadas de menos horas, de 32 horas semanales, con las que las personas somos más productivas al concentrar el trabajo que no con jornadas imposibles que además generan malestar y afectan a la salud. El tiempo de trabajo, los salarios dignos, la corresponsabilidad en el cuidado de las familias. Hay que seguir avanzando y queda muchísimo por hacer. Desde luego, tengo claro que quienes no lo van a hacer son Feijóo y Abascal si llegan a gobernar este país.
P: ¿Por qué?
R: Porque no creen en ello.
P: Pero si escuchas a Vox parece que son los más proactivos a la hora de pedir familias numerosas.
R: Sí, claro, pero si escuchas a Abascal, el otro día en el debate con Sánchez y Yolanda, preguntar qué es ser mujer, yo me respondía a mí mismo (pensando en su idea) 'ser un ser humano que tiene una posición subordinada al hombre en la sociedad y en la familia. Claro, tener hijos a costa del desarrollo personal de las mujeres es muy fácil. 'Tengo hijos, pero que los cuida otra'. Esa es su visión de la familia. Me parece bien, pero el mundo ya ha cambiado. No es como en los años cincuenta o sesenta.
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