La tasa de inflación se encuentra en su nivel más bajo de los últimos dos años, cuando los precios empezaron a dispararse al albur de la recuperación tras la pandemia. Este julio se ha situado en el 2,3%, lo que supone un importante respiro en comparación con el mismo mes del año pasado (10,8%) e incluso con la media de todo 2022 (8,5%). Sin embargo, que la escalada de los precios se esté relajando no significa que los productos estén más baratos, tan solo que la subida que experimentan se ha moderado.
Y en este contexto puede resultar interesante consultar en qué lugares el encarecimiento de la vida está siendo más suave. No hay datos que confirmen que esté sucediendo ya, pero las diferencias son importantes y podrían llevar a replantearse el destino para alguna escapada estas vacaciones, a la vista de las importantes diferencias inflacionistas entre el norte y el sur.
El índice de precios al consumo (IPC) facilita un gran número de datos sobre el comportamiento de los precios, entre los que se encuentra el incremento que ha experimentado una cesta de la compra media en cada una de las comunidades autónomas del país. Si se atiende a estas cifras, se aprecia una importante división geográfica: en las Islas Baleares, los precios han aumentado un 3,2% en lo que va de año, mientras que en Extremadura se encuentra la otra cara de la moneda, una inflación del 1,5%.
Desde el pasado diciembre, los precios en Extremadura han aumentado medio punto menos de lo que lo han hecho en otras regiones del país, como Aragón, Castilla y León y Madrid, donde la inflación acumulada de estos siete meses es del 2%. Del similar manera le sucede a Baleares, pero en sentido contrario: en ninguna región los precios han subido a ese nivel. A cuatro décimas de distancia se encuentra el aumento que han experimentado en Cataluña y Cantabria (2,8%), y a tres, el del País Vasco (2,9%).
Desde que comenzó la crisis inflacionista, nadie se salva
¿Y si en lugar de consultar la variación de los precios de este año calculamos en qué región han subido más y en cuál menos desde que comenzó la crisis inflacionista? Según los mismos datos, siempre del Instituto Nacional de Estadística (INE), Castilla y León es la región que más ha visto subir los precios de su cesta de la compra media desde que empezó el año 2021, registrando un IPC acumulado del 17,4%.
Le siguen Navarra y La Rioja, con un 17%, y Galicia (16,9%). Por el contrario, donde menos han subido los precios es en Madrid, que muestra una inflación acumulada del 14,1%, seguida de Cataluña, con un 15,4%, no muy lejos de la media nacional (16%) ni tampoco del máximo. No obstante, hay que tener en cuenta que estos datos del INE tan solo recogen la variación media de los precios y no el detalle final, por lo que una región puede haber experimentado un encarecimiento mayor que otra y continuar siendo más barata para vivir.
Así, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la Universidad Pompeu Fabra (UPF), el Ayuntamiento de Barcelona y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB) y publicado en 2017, Extremadura sería la región más barata en la que vivir, seguida de Murcia y Castilla-La Mancha. Detrás se situaría la Comunidad Valenciana, Galicia y La Rioja, por ese orden. El lado de las comunidades autónomas más caras de España lo lidera Madrid, seguida a buena distancia de Cataluña y del País Vasco, que junto con las Islas Baleares están por encima de la media nacional.
A pesar de todo, y para añadir más complejidad al cálculo, siempre hay que tener en cuenta que una región no es más cara por sí sola, sino en relación con los sueldos que perciben sus trabajadores. En España no existe una estadística oficial de sueldos ni de salarios, pero estudios recientes como el realizado por Adecco, publicado el pasado mes, apuntan a que la diferencia entre el salario medio de Madrid (CCAA con salarios más altos del país) y Extremadura (más bajos) serían de alrededor de los 650 euros al mes.
Los precios seguirán subiendo hasta final de año
En cualquier caso, para hacer cálculos financieros hay que tener en cuenta que la crisis inflacionista no ha terminado: los analistas apuntan a que los precios subirán de media este año un 3,6%, por debajo del 8,5% del año pasado, pero aún muy por encima del 2% que el Banco Central Europeo considera deseable. Además, de cara a 2024 la previsión es que continúen aumentando de forma muy similar (el consenso de los economistas apunta al 3%), sobre todo porque las rebajas de impuestos que están en vigor este año entonces habrán desaparecido, si no ocurren imprevistos.
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