Los empleados del Instituto de Crédito Oficial (ICO) han decidido protestar por lo que consideran una bajada encubierta de sueldo de entre 10.000 y 15.000 euros de media por trabajador. Este año se cumplen diez desde que su masa salarial fue congelada con motivo de la crisis económica, lo que ha llevado a que la plantilla suba de categoría profesional sin ver reflejado el cambio en su sueldo. Por el momento, el comité de empresa está denunciando la situación en redes sociales como primera muestra su descontento.
"Seguimos sin cobrar las nóminas íntegras", ha publicado en X (antes, Twitter) la cuenta Comité ICO. "Eso sí, nos dan 27 euros al año por cada hijo o hija. Para nosotras es insoportable", reza otro tuit dirigido a las ministras de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, y de Trabajo, Yolanda Díaz, en el que recuerdan que un solo libro de texto escolar ya tiene ese mismo precio. "Derechos fundamentales", exigen en un tuit más, "cumplimos con nuestro trabajo día a día".
Para los trabajadores, el banco público está ahorrando una importante suma anual, pese a que reporta beneficios, gracias a que no paga por el desarrollo profesional de la plantilla. Según la última memoria anual, el ICO ganó 200 millones de euros en el año 2022. En cambio, desde el organismo esgrimen que sus manos están atadas, puesto que el banco está sujeto a los presupuestos generales del Estado cada año y es ahí donde cada ejercicio se viene manteniendo reducida la dotación correspondiente a este sistema de promoción.
"La consecuencia es que se está provocando una enorme fuga de talentos. Entre el 11 y el 12% de la plantilla se marcha cada año, aun siendo personas nuevas que han aprobado unas oposiciones. Prefieren marcharse al Banco de España porque aquí no hay ningún tipo de carrera profesional, a los jóvenes aquí no los engañas", asegura Miguel Ángel Rozas, delegado del comité de empresa por el sindicato CSIF. En el ICO, el comité lo conforman 13 miembros, que representan a los 334 trabajadores de la institución con sede en Madrid.
Un sistema de desarrollo profesional que no se cumple
El origen del problema, explica Rozas, tiene que ver con que la plantilla del ICO renunció a los trienios, es decir, los complementos que suelen recibir los funcionarios por cada tres de servicio prestado y que suelen llamarse sistema de antigüedad, por este otro sistema bautizado como de desarrollo profesional. Con este nuevo sistema, y tal y como consta en el convenio colectivo, los trabajadores acumulan puntos que, alcanzado determinado nivel, les permiten cambiar de categoría profesional y por tanto mejorar su sueldo.
Pero la congelación de aportación de la masa salarial, el presupuesto con el que el ICO cuenta para llevar a cabo estos incrementos, ha provocado que importantes retrasos en el cobro de las categorías profesionales, con profesionales esperando entre cinco y siete años hasta conseguir ver el aumento en sus nóminas, que nunca se abona de forma retroactiva. Es por eso que los trabajadores enfocan sus críticas a la ministra de Hacienda y Función Pública, responsable tanto de los presupuestos generales del Estado como de los salarios de los empleados públicos.
Precisamente gracias a que son empleados de una empresa pública estatal, los trabajadores del ICO se vienen beneficiando de las subidas salariales que Hacienda ha aprobado para los funcionarios. Esos aumentos, los días de teletrabajo y la jornada intensiva de verano son algunas de las herramientas que desde el banco público vienen utilizando para tratar de mediar en la situación, aunque los trabajadores esgrimen que no es suficiente puesto que con el teletrabajo no se pagan las facturas, y la mayoría de los beneficios adquiridos están más que obsoletos.
El ticket menú o ticket restaurante que reciben es de 8 euros al día, muy lejos de lo que en este momento cuesta un menú, mientras que la ayuda por hijo de 25 euros anuales. Por su parte, los sueldos son los siguientes: el salario medio de un técnico es de 49.000 euros anuales; el de un administrativo es de 38.000 euros, el de un jefe de área, de 69.000 euros. El de un jefe de departamento es de 86.000 euros anuales y el de un directivo, de 98.000 euros, todo según la memoria anual de 2022. Sin embargo, los sueldos de entrada son más bajos, con los administrativos cobrando 21.000 euros cuando empiezan y los técnicos 30.000.
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