Varias cadenas de supermercados han empezado a instalar ya alarmas antirrobo en botellas y garrafas de aceite de oliva. Lo que es habitual en los estantes del vino o las bebidas alcohólicas de alta graduación se traslada ahora a los lineales de un producto básico que va camino de convertirse en prohibitivo para muchos hogares españoles. La botella de litro de virgen extra de algunas marcas está ya por encima de los doce euros. La escasez de aceite almacenado y las malas previsiones para la nueva campaña auguran nuevos incrementos de precio. La única esperanza es un otoño lluvioso pueda apaciguar la situación.
¿Qué ha pasado para haber llegado hasta aquí? En primer lugar, en la anterior campaña se registró una de las cosechas más cortas de la historia, con un 50% menos de producción que el año anterior. "A estos niveles, lo que estamos viviendo, no había pasado jamás. Otros años, se había podido compensar la poca producción con otros países, pero ahora, la disminución de las reservas es generalizada", explica José Vico, ingeniero agrónomo y experto en la mejora de almazaras, en conversación con este periódico.
El olivar "encadena cosechas medio-altas con cosechas medio-bajas, pero tener dos bajas consecutivas, no había pasado jamás", insiste Cristóbal Cano, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Y eso se deja notar en las existencias disponibles. A 31 de julio había solo 383.020 toneladas de aceite. Una cantidad que no se veía en este mes desde hace más de un lustro. Las que están en manos de las envasadoras son 223.000 y hay otras 159.000 en manos de las almazaras. Son descensos del 13 y el 68%, respectivamente respecto al ejercicio anterior. Hay escasez de aceite para el enlace con la nueva campaña, lo que contribuye a incrementar la tensión de los precios en origen en un país que es el primer exportador a nivel mundial.
"La demanda se mantiene", asegura Cano, en un escenario en el que la oferta se ha reducido de forma drástica y este desequilibrio se ve reflejado en los costes. Los precios medios semanales del aceite de oliva eran un 92,7% superiores a la anterior campaña en la semana 33 del año. Y presentan una variación del 129% respecto a la media de las dos campañas anteriores. Por categorías, hay subidas del 110% respecto a la campaña 2021-2022 para el virgen extra y un incremento del 88,89% respecto al inicio de la presente campaña (778,64 euros/100 kg), según los datos que ofrece el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Los precios del aceite se suman a una cesta de la compra muy encarecida con respecto a los últimos años. La inflación se ha cebado con la alimentación, pese a las rebajas fiscales aplicadas por el Gobierno. En el caso del aceite de oliva, y según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se ha encarecido un 15,8% en lo que va de año. En comparación con julio del pasado año, el aceite es un 38,8% más caro y la perspectiva no mejora para este producto básico.
De hecho, las expectativas son clave en este escenario. Además de la situación de las reservas, que tradicionalmente sirven para compensar peores cosechas con otras mejores de años anteriores, los agricultores añaden que es la poca esperanza en las lluvias lo que está elevando los precios en las últimas semanas.
El aceite en los supermercados
En los lineales hay botellas de un litro de las marcas más conocidas por encima de los 12 euros. La marca blanca supone en conjunto entre el 65 y el 70% del aceite de oliva que se vende en España.
"Todavía no se habían repercutido las subidas en origen", argumenta Primitivo Fernández, director general de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceite (Anierac).
Lo normal es que las variaciones en origen tengan su reflejo en los lineales a los pocos días o, incluso, a las pocas semanas. Pero la organización de consumidores OCU no está de acuerdo en que todo sea por la subida del precio en origen y denunciaba esta semana "la fuerte especulación que existe alrededor del precio del aceite". La asociación asegura que "el aceite que ahora mismo esta en los lineales de los supermercados a disposición de los consumidores se compró a los productores a unos precios mucho menores de los que ahora hay en los mercados mayoristas".
Cabe señalar que aunque la campaña de recogida de las aceitunas comienza en octubre, el aceite no es un producto que caduque, sino que hablamos de "fecha de consumo preferente", por eso, es posible encontrar en el mercado aceite de hasta hace dos campañas, asegura José Vico que subraya la importancia de la conservación.
Según el observatorio de precios de la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva), el kilo de virgen extra de la variedad picual está a 8,183 euros. El 1 de agosto estaba a 7,7 euros; el 3 de julio, a 6,75 euros; el 2 de mayo, a 5,475 euros. "Los precios que se ven ahora en los lineales responden perfectamente a esos precios en origen que se pagaron en los contratos de hace dos o tres meses", comentan fuentes de la distribución, que niegan la especulación. "Aquí nadie se está haciendo rico", insiste Vico.
Las fuentes consultadas coinciden en que pese al incremento en los costes de producción, estos se podrían absorber si la producción del olivo se mantuviera estable. Tampoco consideran que el impuesto al plástico o el encarecimiento de los carburantes -que impacta en el transporte- sean factores a tener en cuenta. Todos apuntan hacia la misma dirección.
"La única explicación que hay es por la evolución de los precios en origen. Si partimos de una campaña muy escasa que se junta con otra de previsiones muy escasas, lo normal es que el precio suba porque funciona la ley de la oferta y la demanda", añaden. Al precio en origen hay que sumar el precio de la botella de plástico, la etiqueta y los costes logísticos -afectados por la subida del gasóleo-. Y la distribución, por su parte, también tiene sus propios sobrecostes que está intentando repercutir.
"Los supermercados están actuando como dique de contención de los incrementos de precios en origen del aceite de oliva provocados por la escasa cosecha pasada y los efectos de la sequía sobre la actual. La altísima competencia que existe en el eslabón de la distribución alimentaria es la mejor garantía de que los precios de venta al público (PVP) que pagamos los consumidores son los más bajos posibles y se forman con total transparencia", defiende Felipe Medina, Secretario General Técnico de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).
El ingeniero experto en almazaras subraya que "a los supermercados no les interesa tener mucho margen con el precio del aceite, porque es un producto reclamo". Encarecer el aceite más que la competencia puede significar la pérdida de clientes que aprovechan para comprar este producto y otros en otra cadena de distribución.
Este fenómeno explicaría la similitud entre los precios del litro de aceite virgen extra en los principales supermercados, que como ha podido comprobar este periódico, se sitúa alrededor de los 8,5 euros. Los precios recogidos en junio muestran encarecimientos de hasta el 40% en solo dos meses: los peores en cuanto a lluvias.
Las cadenas de supermercados aseguran, eso sí, no estar percibiendo en los consumidores un efecto acopio ante la amenaza de nuevas subidas de precios, pero sí constatan un descenso paulatino del consumo en volumen desde hace meses, cuando empezó a subir con el estallido de la guerra de Ucrania.
En el informe de abril -el último disponible- del consumo en el hogar de aceite del Ministerio de Agricultura, el departamento que dirige Luis Planas advertía que respecto al mes anterior "los hogares reducen un 1,4% la intensidad de compra de aceite de oliva virgen extra, coincidiendo con que este tipo de aceite experimenta el crecimiento en precio medio más pronunciado del mercado". Pero en el interanual, el aceite de oliva muestra una caída de la demanda de un 13,9%, con una bajada del 6,4% para el aceite de oliva virgen extra.
Ante este escenario de escalada de precios, ¿existe un efecto trasvase a otros aceites? Según la estadística de Anierac, parece que no. Aunque podría ser lógico un movimiento hacia otro tipo de grasas, casi todas las categorías muestran una tendencia a la baja en el consumo. "No está ocurriendo como en otras ocasiones que el consumidor deja de comprar oliva y se va al girasol por los precios", comenta Fernández. En lo que va de la presente campaña de aceite de oliva hasta junio, el girasol presenta una cifra de 191,44 millones de litros puestos en el mercado, un 12,26% menos que en el mismo periodo de la campaña anterior según datos de Anierac.
La estadística del Ministerio refleja también que el aceite de girasol registra un balance negativo del 15,7% en volumen en el acumulado hasta abril de 2023, aunque crece un 24,8% en valor debido a que cierra con un precio medio un 48,2% más alto que el periodo anterior.
Recuperar clientes bajando precios
Los cambios en el consumo preocupan al sector que teme que cuando "mejore la cosecha y baje el precio" tenga que lanzarse a “recuperar consumidores bajando precios”, indica Vico.
Pero el Gobierno deposita toda su esperanza en el agua. "Esto es un mercado de futuros. Si ahora empezara a llover de forma intensísima durante cuatro semanas puedo asegurar que los precios bajarían en picado", argumentó esta semana el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación Luis Planas. Pero los expertos advierten que no sirve solo con agua, sino que es necesario "que llueva como tiene que llover". La clave es que no llegue agua torrencial, sino que lo que se necesita es constante para que empape el terreno.
Los meteorólogos pronostican un otoño más lluvioso de lo normal que podría paliar la situación. "Eso, en el mejor de los casos, nos dará una cosecha mejor que la catastrófica que hemos pasado, pero seguirá siendo corta", abundan fuentes del sector. "Como no llegue agua, tendremos menos cosecha que la campaña pasada", abundan.
Además, será más complicado hacer las estimaciones de cosecha. En algunas zonas, el calor se llevó la flor del árbol e impidió que cuajase el fruto. Por tanto, hay zonas con árboles sin casi aceitunas. el primer aforo realizado por Cooperativas Agroalimentarias de España estima una producción para la nueva campaña 2023/2024 de 737.000 Tm.
De momento, las exportaciones marcan tendencia a la baja. Los primeros seis meses de campaña (hasta marzo) cerraron con una caída en el volumen exportado, aunque con aumento del valor de las exportaciones con respecto a la media.
Las importaciones de aceite se mantienen en niveles similares a otros años. En lo que traemos de fuera, eso sí, se ha producido un gran incremento de las importaciones de Grecia y Turquía, mientras que se reducen aquellas con origen Portugal y Túnez, tanto en comparación con la campaña anterior como a la media. La disponibilidad en el mercado internacional, según las diferentes estimaciones de producción en cada país, será un 34% inferior al año pasado.
Con este panorama, ¿volverá el aceite a costar dos euros en el supermercado? "Seguro. En cuanto mejore la cosecha en uno o dos años", asegura el experto. "Tenemos que lograr un precio que nos permita seguir trabajando, protegiendo un sector que genera empleo y riqueza", matiza Cristóbal Cano.
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