El tirón del empleo y el recargo a las cotizaciones sociales del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) ha impulsado los ingresos de la Seguridad Social un 10,2%. Según datos a cierre de julio, la hucha de las cotizaciones -las aportaciones que empresario y trabajador realizan mes a mes para su pensión y otras prestaciones- cuenta con 89.000 millones de euros, 8.238 millones más de los que tenía en el mismo mes del año pasado.

En comparación con 2019, el último año no afectado por la pandemia del covid, este año Seguridad Social ha incrementado sus ingresos por cotizaciones un 24%, en 17.300 millones. Para el departamento a cargo de las pensiones, estos datos son una muy buena noticia porque implica que la famosa hucha se está llenando, contra el relato habitual que sostiene que año tras año va quedando esquilmada y ahogada por las deudas.

"Los ingresos por cotizaciones sociales siguen marcando máximos históricos en términos absolutos y también registran el mayor incremento en los últimos 16 años en los primeros siete meses del año", han asegurado desde el Ministerio de José Luis Escrivá. De la misma manera, presume de que "en su conjunto, las cuentas de la Seguridad Social presentan un saldo positivo, a 31 de julio de 2023, de 4.774 millones de euros, equivalentes a un 0,3% del Producto Interior Bruto (PIB)".

El empleo impulsa las cotizaciones

Hay que mencionar que el "recargo" de Escrivá (el conocido como MEI) ha jugado un papel destacado en el destacado aumento de los ingresos por cotizaciones, pero no es la razón que explica el boom. De hecho, sin dicho recargo, los ingresos por cotizaciones habrían aumentado un 8,4%, según Seguridad Social. Es decir, que el mecanismo creado para sostener el sistema de pensiones y cuya primera parte entró en vigor en enero es responsable de solo dos de los diez puntos de incremento.

Esto es debido a que el MEI se va a aplicar de manera progresiva, tal y como se decidió de cara a la reforma de las pensiones. Este enero, lo que trabajadores y empresarios aportan a la Seguridad Social cada mes ha aumentado una décima, hasta el 4,8% de su salario bruto en el caso de los empleados, y cinco décimas más, hasta el 24,1%, en el caso de las empresas. Pero esos porcentajes crecerán de forma progresiva hasta 2029, cuando el MEI estará desplegado al completo, con el objetivo de mejorar los ingresos de la hucha de las pensiones.

Por tanto, el mayor responsable del aumento de los ingresos por cotizaciones viene sobre todo del impulso del empleo. La afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en 482.000 personas desde el inicio del año, por encima de la creación de empleo de todo 2022. Es el mayor incremento de trabajadores de toda la serie histórica si se descuenta 2021, afectado por la pandemia del coronavirus, y 2005, cuando se regularizaron de forma extraordinaria miles de migrantes.

No es suficiente para pagar las pensiones

Con todo, esta mayor recaudación por cotizaciones sigue sin ser suficiente para pagar las prestaciones del creciente número de jubilados con derecho a una pensión pública. Según los últimos datos disponibles, de agosto, el gasto en pensiones supone un 11,8% del producto interior bruto (PIB). Cada mes, más de 9 millones de jubilados reciben estas prestaciones públicas, lo que supone que la Seguridad Social debe abonarles 12 millones de euros.

En lo que va de año, el Estado ha abonado más 100.000 millones en prestaciones: más de 91.000 millones en pensiones y casi 8.000 millones en incapacidades temporales, por citar solo las mayores partidas. Esto implica que aunque el sistema hoy día registre un saldo positivo de 4.774 millones de euros, el Estado necesita cada mes más del doble de lo que contiene la hucha. Es cierto que la hucha se está recuperando frente a los 2.000 millones con los que llegó a contar en 2019, pero sigue siendo insuficiente para cubrir los gastos, que en realidad se están cubriendo con deuda.

En ese sentido, hay que recordar que la Unión Europea ha dado su visto bueno a la reforma de las pensiones, pero al mismo tiempo instituciones como el Banco de España o la Autoridad Fiscal (AIReF) han advertido de que el Estado ingresará mucho menos de lo que prevé, y de que serán necesarias nuevas medidas para conseguir afrontar el aumento del gasto que provocará la jubilación de la generación del baby boom, la más numerosa de la historia, prevista para el año 2050.