La banca de inversión no solo juega un papel crucial en las compras y fusiones de entre compañías, sino que su actividad analítica tiene un peso muy importante en cómo se mueven los mercados. No es extraño leer que un valor sube o baja en bolsa, en función de las recomendaciones de una gran firma internacional. Las valoraciones sobre el precio de las acciones de una empresa o sus expectativas en el medio o largo plazo determinan la evolución de dicha compañía en los parqués.
En el Ibex 35, BlackRock, Norges Bank -el fondo soberano de Noruega-, Morgan Stanley y Fidelity son los fondos extranjeros con mayor participación en valores del Ibex 35, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Muchos de estos inversores emiten juicio de valor sobre empresas nacionales a sus clientes mientras que a su vez compran títulos de cotizadas españolas.
Recientemente, ha sido Morgan Stanley quien se ha convertido en actor clave en la entrada del grupo STC en el capital de Telefónica y ha interferido en el valor de la teleco en bolsa. Tal como publicó este periódico, Morgan Stanley dejó de recomendar a Telefónica como opción de compra cuando empezó a comprar acciones que posteriormente vendería a los saudíes.
La firma publicó su última valoración en marzo, coincidiendo con el comienzo de la compra de acciones. De hecho, según consta en la página oficial de Telefónica en la que señalan los últimos informes de los analistas, es el banco de inversión que más tiempo lleva sin valorar a la empresa.
Sin embargo, desde noviembre de 2022 a marzo de 2023, el banco de inversión lanzó hasta dos análisis que envió a clientes. Los dos últimos veredictos, a su vez, no fueron para mejorar su visión a largo plazo. En el primero de ellos, recortaba su estimación y le daba un precio objetivo de 5,10 euros, 0,10 euros menos que hasta esa fecha. En marzo de 2023, estimaban que el título de Telefónica estaría en torno a los 4,40 euros, en consonancia de lo que creían el resto de bancos de inversión de cabecera.
Mientras todo ocurría, la firma de inversión se ponía las botas a comprar acciones de Telefónica para, previsiblemente, entregárselas a los saudíes. En concreto, Morgan Stanley comunicó una participación conjunta del 12,178%. Ese porcentaje incluye ya casi el 10% que la firma bursátil estadounidense se ha encargado de adquirido para la operadora saudí, en una operación en la que ha ejercido de guía durante los últimos meses.
Morgan Stanley no es la única firma capaz de frenar las compras de un valor para aumentar su precio o de alentar las ventas para bajarlo. Prácticamente en cada jornada bursátil, algún análisis muestra su impacto sobre los valores de una compañía.
A finales de 2022, un informe de JP Morgan alertaba de la competencia que tenía que afrontar Telefónica en España y veía limitadas las posibilidades de incrementar los ingresos y el beneficio operativo. La valoración de la firma era la más pesimista del consenso de analistas, pero arrastró a la baja al valor en bolsa, que perdió un 4% en las siguientes tres sesiones.
Unos años antes y por citar otro ejemplo, JP Morgan veía un potencial de crecimiento del 26% en el precio de los títulos de Catalana Occidente. Tras mejorar su valoración, la aseguradora se convirtió en el mejor valor del contínuo, con una subida del 6% en una sola jornada.
En 2018, también Morgan Stanley llevó a los títulos de Inditex a desplomarse un 5,66% en una sola jornada, por considerar que la compañía mostraba síntomas de agotamiento y que su crecimiento estaba limitado. La firma rebajó el precio objetivo de las acciones un 19%, desde los 26 a los 21 euros.
Estas valoraciones forman parte de la práctica habitual en la bolsa, pero la operativa se agrava si las firmas de inversión tienen intereses en los valores para los que emiten estos informes. Fuentes financieras señalan que “claro que hay intereses” y critican que “mueven el precio casi a diario y no solo en grandes empresas. Intentan buscar valores que pasan desapercibidos para que sus clientes compren o vendan. Si ven oportunidad compran y venden”.
Otro ejemplo, esta vez de 2017 y de una empresa de menor tamaño. Un informe de Solventis provocó un alza del 50,64% de las acciones de Oryzon, tras considerar que el precio de sus títulos se situaría en los 7,66 euros, frente a los 1,88 con los que había cerrado en la sesión anterior.
Los reguladores, vigilantes
Fuentes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) afirman que es habitual que se realicen “informes y recomendaciones de analistas para que los inversores los tengan en cuenta”. No obstante, subrayan que los intereses que la banca de inversión pueda tener en determinados valores es algo que está “regulado y vigilado” y que los departamentos de inversión y análisis deben estar separados, “eso sería manipulación de mercado si no están aislados”, explican.
“Si es una valoración que ha hecho un analista basado en sus métodos y sus conocimientos sin tener ninguna información sobre otra operación (de compra o venta de acciones por parte de la firma) es lo que ocurre todos los días y es legal”, añaden. “Pero lo tienen que hacer de acuerdo a la norma, sin falsear informes para beneficiar a su banco o a algún cliente”, insisten las mismas voces.
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