El pasado viernes, Grecia aprobó una serie de cambios en materia laboral que provocaron la indignación de miembros del Gobierno y políticos españoles. El principal foco de conflicto se centró en la ampliación de la jornada laboral legal hasta las 13 horas al día en el caso de trabajadores pluriempleados. Es decir, que si un empleado ya cuenta con un contrato fijo de ocho horas necesita trabajar más, solo podrá hacerlo durante otras cinco horas diarias y en otra empresa, o por cuenta propia, pero no tendrá permitido superar ese máximo.
Por la reacción de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que criticó la reforma calificándola como "el camino de la involución” y animó a decir que no “a las jornadas del siglo XIX”, parecía que en España no es posible trabajar más de ocho horas diarias. Sin embargo, la legislación española es menos restrictiva que la griega, incluso después de este cambio impulsado por el primer ministro -recién reelegido- Kyriakos Mitsotakis, y que Sumar califica de “legalizar la esclavitud moderna”.
En nuestro país no existe ningún límite que impida que los trabajadores suscriban contratos de trabajo con varias empresas, y, por ende, que estén ocupados durante más allá de las ocho horas o cuarenta semanales que el Estatuto de los Trabajadores establece como jornada máxima. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), esta situación lleva a que hoy día casi 600.000 personas tengan un empleo secundario que les ayuda a llegar a fin de mes. Son un 20% más que antes de la pandemia, en una muestra de cómo el pluriempleo es un fenómeno cada vez más extendido, además de no regulado.
En concreto, son 588.300 los trabajadores que este segundo trimestre -últimos datos disponibles- estaban pluriempleados, frente a los 485.600 del mismo periodo de 2019, el año anterior al estallido de la pandemia del coronavirus. Cabe pensar que durante esos cuatro años el total de trabajadores registrados en España también ha aumentado, y que a eso se debe el incremento, pero el conjunto de afiliados ha crecido un 6%, muy por debajo del espectacular aumento de los pluriempleados.
En lo que el Instituto de Estadística no entra es en los motivos que llevan a esas personas a aceptar un segundo puesto de trabajo, aunque cabe pensar que se trata de motivos económicos. Así lo recogía un estudio realizado por Infojobs y publicado este verano, que señalaba la necesidad como el primer motivo, sobre todo en el caso de los más jóvenes. El mismo informe recogía que los jóvenes entre 16 y 24 años son los más pluriempleados, puesto que el 32% de los trabajadores de esa edad cuenta con más de un trabajo, frente al 22% de quienes tienen entre 25 y 34. Por nivel de ingresos, Infojobs recogía que quienes hasta 1.000 euros son los que compaginan más de un empleo.
13 horas "extra" de media
De media, y de nuevo según el INE, los trabajadores pluriempleados dedican trece horas a la semana a su otro empleo, aunque varía mucho por sectores: los que lo desarrollan en la industria manufacturera aseguran dedicarle 21 horas a la semana, es decir, más de cuatro horas al día en caso de que lo distribuyan durante cinco días; los de la construcción dedican, de media, 19 horas a la semana, mientras que en la agricultura y ganadería se emplean 17 horas semanales, frente a las 16 de los trabajadores de las Administraciones Públicas, las actividades inmobiliarias y los profesionales científicos. y las 15 de las actividades administrativas, la hostelería y el comercio.
Los datos no ofrecen el detalle suficiente como para poder conocer cuántas horas dedican todas esas personas a su empleo principal, pero suponiendo que sean ocho horas al día, cinco días a la semana, en total estos pluriempleados estarían dedicando 53 horas a la semana al trabajo, es decir, más de diez al día si las distribuyen a lo largo de cinco días. En el caso de los trabajadores de la industria, salen 61 horas a la semana de media, lo que equivale a 12,2 al día, muy cerca de las 13 diarias que Grecia ahora permite en casos de pluriempleo. Y debemos recordar que se trata de una media en base a las respuestas que los trabajadores han dado a las preguntas del INE, por lo que sería normal que algunos dediquen muchas más horas de las citadas, y otros, menos.
Por otro lado, Estadística revela que tener un segundo trabajo no es cosa de altos cargos. La Encuesta de Población Activa (EPA) no ofrece datos de salarios entre los pluriempleados, pero sí les pregunta por el nivel de su puesto de trabajo, y ahí se aprecia que los directivos son quienes menos frecuentemente cuentan con un segundo empleo (ya sea por cuenta propia o ajena), en contraposición con los trabajadores de la industria y la construcción, que son quienes más a menudo tienen un empleo B. Un segundo trabajo que en el 90% de los casos se desarrolla en el sector servicios, mientras que en el resto ocurre en la agricultura, la industria y la construcción.
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