El Barcelona no ha superado sus problemas económicos. A pesar de que la junta directiva liderada por Joan Laporta ha hecho encaje de bolillos para que cuadren las cuentas, lo cierto es que sus números hablan de una situación más que delicada. Este periódico ya contó que las grandes auditoras mundiales habían rechazado supervisar la salud financiera del club dado que no se creían los malabares del área financiera de la entidad catalana.
De hecho, EY sostenía que “el balance consolidado a 30 de junio de 2020 adjunto muestra un fondo de maniobra negativo por importe de 601 millones de euros(284 millones la temporada pasada), situación que podría suponer una duda sobre la aplicación del principio de empresa en funcionamiento”. Es decir, que el Fútbol Club Barcelona estaba al borde de la quiebra.
Tras el cambio de auditora, ahora Grant Thornton, también hace referencia a la difícil situación económica del Fútbol Club Barcelona. En concreto, en la memoria recientemente publicada por la entidad deportiva, los expertos mencionan en un apartado especial al fondo de maniobra negativo del Barça, con un montante de 279 millones de euros negativos. Los auditores también ponen en relieve patrimonio neto consolidado con un saldo negativo de 353 millones de euros. Dicho de otra forma, la sociedad catalana se encuentra en una quiebra técnica.
No obstante, y tal y como refleja Grant Thornton en su escrito, el Barcelona se acoge al principio de empresa en funcionamiento para alejar los fantasmas de una quiebra inmediata. “La Junta Directiva del Club ha formulado las cuentas anuales consolidadas adjuntas aplicando el principio de empresa en funcionamiento, al considerar los factores mitigantes mencionados en dicha nota y otras acciones indicadas, así como los hechos posteriores que describen en la memoria entre los que destacan la venta de un 15% adicional de los derechos audiovisuales y otras acciones que el club está trabajando”.
Es decir, que gracias a las palancas efectuadas por el Barcelona la viabilidad puede estar asegurada. Dichas palancas han creado polémica dentro de LaLiga y en el resto de clubes europeos puesto que ya el año pasado Joan Laporta anunció la venta de activos para salvar las cuentas, pero que más tarde no se llegaron a producir.
El patrimonio neto ha empezado a recuperarse, situándose a cierre de junio en 353 millones de euros negativos (a 30 de junio de 2021 se situaba en 451 millones de euros negativos). La Ley de Sociedades de Capital marca que toda empresa de capital que vea reducido su patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social, será objeto de disolución.
El verano pasado la entidad culé decidió vender parte de Barça Studios, la filial que tiene el club para explotar sus derechos de imagen. En concreto, la sociedad Barça Studios tiene dos tipos de negocios. Uno es el de la producción audiovisual tradicional y el otro es el que corresponde con todo lo relacionado a NFT, metaverso y Tokens.
Una parte fue vendida a socios.com por un valor de 100 millones de euros, luego se negoció la venta de otro 24,5% con el fondo de inversión GDA Luma, propiedad de Gabriel de Alba, pero cuando todo estaba a punto de cerrarse, se rompieron las negociaciones. Jaume Roures acudió al rescate y ese porcentaje de Barça Studios fue adquirido por Orpheus Media, administrada por Roures. Para explotar toda la parte audiovisual digital (NFT, metaverso y Tokens) se creó la sociedad Bridgeburg Invest SL.
El Barça presentó el plan de venta y viabilidad a LaLiga para poder cumplir con el fair play financiero. La patronal del fútbol español, como no podía ser de otra manera, dio el beneplácito al club catalán ya que la documentación era correcta y el acuerdo contemplaba el pago de varias fases. Es decir, el Barcelona percibiría la cantidad acordada durante los próximos ejercicios fiscales.
Sin embargo, dicha explotación se dio por concluida ya que la sociedad que adquirió hace apenas un año ha dicho que no va a acometer más pagos y se retira de la operación. El Barça comunicó, según explican fuentes conocedoras de la situación, el nuevo escenario a LaLiga y la patronal del fútbol decidió retirarle las condiciones que le permitían inscribir a nuevos jugadores.
Aumenta su deuda
El Barça, en búsqueda de liquidez, ha tenido que salir al mercado financiero para poder seguir afrontando pagos inmediatos. EY ya alertó hace dos años de la situación y alegaba que las devoluciones de los créditos a corto plazo podrían dar lugar a la quiebra de la compañía.
Por aquellos entonces, el Barcelona tenía una deuda con entidades financieras de unos 400 millones de euros. Dos años después, la cantidad se ha duplicado y en tan solo un año la junta directiva ha tenido que pedir 300 millones de euros más que en 2021.
“La deuda bancaria bruta es de 841 millones de euros, importe correspondiente principalmente a las diferentes emisiones de deuda a largo plazo que tiene el Club, así como al préstamo para la financiación del Espai Barça”, recoge la memoria del Fútbol Club Barcelona.
En la actualidad, la deuda que arrastra el Barcelona ronda los 4.000 millones de euros. Esa cantidad, precisamente, ha obligado a Joan Laporta y su equipo económico a tener que renegociar con las entidades bancarias para alargar los pagos que vencían en los próximos meses.
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