La reforma de las pensiones viene provocando polémica desde que se aprobó. La primera parte contó con el apoyo del conjunto de los agentes sociales porque consistía, mayormente, en ligar las pensiones a la inflación. En ese momento, multitud de economistas pusieron el grito en el cielo, preguntándose cómo podría el Estado hacer frente a tal aumento de costes al mismo tiempo que la generación más numerosa de la historia de España se jubilaba. La segunda parte de la reforma es la que abordó ese problema, y, de forma muy resumida, concluyó que la manera de pagar esas prestaciones sería aumentar las cotizaciones sociales que pagan mes a mes los trabajadores, junto a otro conjunto de medidas que contribuiría a amortiguar el incremento del gasto. Y así se aprobó.
Fedea asegura que las proyecciones del Gobierno son optimistas, poco documentadas y poco creíbles
Desde entonces el Ministerio de Escrivá se ha enfrentado a las críticas de economistas e instituciones a su reforma. De la AIReF al Banco de España, ambas estiman que la reforma es optimista y que será difícil que se cumplan las previsiones del Gobierno. Pero hasta hace dos semanas no se conocía la letra pequeña de las proyecciones demográficas y de gasto que están detrás de estos cambios legislativos. Fue entonces cuando el Ejecutivo envió a Bruselas el informe, titulado Proyecciones de gasto público en pensiones en España, con todos los detalles, que han permitido a los centros de estudio valorar en mayor profundidad la reforma.
La conclusión de Fedea, que ha publicado este lunes, es que las previsiones del Ministerio son optimistas, poco documentadas y poco creíbles. "Poco plausibles" porque "se apoyan en supuestos demográficos y macroeconómicos más favorables que los utilizados por otras instituciones" así como en estimaciones "no suficientemente documentadas" y en ocasiones poco creíbles de los efectos presupuestarios de algunas de las medidas de la reciente reforma. "Como consecuencia, estas proyecciones infravaloran los efectos de la reforma sobre el déficit presupuestario del sistema de pensiones y, por lo tanto, sobre el margen de gasto disponible para otras políticas”, advierte.
Estima que el gasto en pensiones se disparará hasta el 18% del PIB
En un solo dato: Fedea estima que el gasto en pensiones aumentará hasta casi el 18% del PIB en 2050 (17,78%, en concreto), muy por encima del 14,66% que estima el Gobierno. Eso significa que hoy por hoy la fundación ya considera que en 2050 habrían de tomarse medidas adicionales para conseguir compensar ese incremento del gasto, es decir, que se activaría la llamada cláusula de salvaguarda del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI). Seguridad Social, por el contrario, descarta que sea necesario porque entiende que los incentivos a la jubilación demorada y los desincentivos a la jubilación anticipada tendrán un impacto tan importante que el impacto de la reforma sobre el gasto será prácticamente nulo.
Lo que la institución no calcula, pero considera preocupante, es que activar esos mecanismos correctivos al desviarse al alza el gasto podría tener “efectos adversos” sobre el crecimiento potencial, el empleo y la productividad. “Y, en definitiva, sobre el bienestar de la población”. Por eso insiste en que conviene no infravalorar estos costes, especialmente relevantes para un país como España, con un importante déficit estructural que deja poco margen de maniobra para afrontar imprevistos.
Los principales inconvenientes que Fedea encuentra al informe de Seguridad Social, y a la reforma de las pensiones, son los siguientes. La aproximación está firmada por un grupo de investigadores especializados en pensiones: Ángel de la Fuente, Mercedes Ayuso, José Ignacio Conde-Ruiz, Enrique Devesa, Javier Díaz Giménez, Julián Díaz-Saavedra, Rafael Doménech, Inmaculada Domínguez Fabián, Luisa Fuster, Miguel Ángel García Díaz, José Antonio Herce, Sergi Jiménez, José María Marín Vigueras, Concepció Patxot, Alfonso Sánchez Martín y Felipe Serrano.
Los efectos de los incentivos a la jubilación demorada
La reforma de las pensiones prevé compensar los tres puntos de PIB que calcula que aumentará el gasto en pensiones de aquí a 2050 por la jubilación del baby boom con dos medidas: el recargo a las cotizaciones sociales (1,5 puntos) y los incentivos a la jubilación demorada, más los desincentivos a la jubilación anticipada (otros 1,5 puntos). Con los nuevos incentivos, el Gobierno estima que en 2050 la edad media de jubilación habrá aumentado en 1,6 años.
En cambio, las estimaciones de Fedea apunta a que el ahorro sería de como mucho 0,54 puntos de PIB en 2050, menos de la mitad de lo estimado por Seguridad Social. En el caso más probable, espera un ahorro de unos 0,3 puntos, menos de una cuarta parte de la proyección del Gobierno. Aquí, los autores emiten una queja importante: que el Gobierno ha formulado sus estimaciones en base a una encuesta sobre el ánimo de los trabajadores a retrasar su jubilación que no ha publicado: no se sabe su muestra, ni sus preguntas; lo que no permite tener certezas sobre hasta qué punto se podría cumplir lo esperado.
La reforma del régimen de autónomos
El régimen de autónomos se reformó el año pasado para conseguir que estos trabajadores coticen obligatoriamente en función de sus rendimientos reales, sin posibilidad de elegir qué cuota pagan como sucede en la actualidad. Ese cambio provocaría, según las predicciones de Seguridad Social, un aumento de los ingresos importante, de 0,6 puntos de PIB en 2050. Pero Fedea considera que el Ministerio no está teniendo en cuenta el aumento del gasto en pensiones que provocará que todos esos autónomos hayan cotizado más de lo esperado hasta ahora, y estima que, en consecuencia, no se producirá prácticamente ningún aumento de los ingresos.
El coste de las pensiones mínimas
Otro de los aspectos, quizá el más desconocido, que incluye la reforma es la revalorización de las pensiones mínimas y no contributivas, ligándolas al umbral de la pobreza. La medida provocará otro aumento del gasto, en teoría del 0,07% del PIB en 2027, cuando se espera que se termine su despliegue. En cambio, los cálculos de Fedea apuntan a un incremento del gasto de entre el 0,14 y el 0,16% del PIB.
El aumento de las cotizaciones
El bautizado como mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) consiste en un aumento de las cotizaciones de los trabajadores para compensar el aumento del gasto en pensiones. Es la piedra central de la reforma, la que permitirá ingresar más para pagar las pensiones del baby boom. Aquí, los autores del estudio encuentran la dificultad de entrar a valorar los impactos de la medida puesto que, critica, está basada en documentos que no se citan en ningún lugar.
Además, este aumento de las cotizaciones sociales no solo depende de la aplicación de la ley que así lo recoge, sino también del avance del empleo y del descenso del paro estructural que Seguridad Social prevé para los próximos años. Según Fedea, la evidencia que se aporta al respecto no es concluyente y se limita a un único gráfico, y además se basa en la adopción de ciertas políticas económicas que fomenten ese escenario, “lo que no puede darse por sentado”.
Los escenarios macroeconómicos
En esa misma línea, el documento insiste en que las proyecciones del Ministerio se basan en proyecciones de población propias “notablemente más optimistas que las de Eurostat”. Y remarca que sobre todo difieren en varios aspectos:
- en primer lugar, el Ministerio prevé un crecimiento de la población muy por encima del de Eurostat: este último pronostica que entrarán a España unas 200.000 personas al año a partir de 2035, mientras que Seguridad Social lleva ese número hasta las 450.000 personas en 2050, lo que permite que la población ocupada aumente en 1,8 millones de personas.
- el Ministerio proyecta más hijos por mujeres, en concreto cinco más por cada 100 hasta 2058. Aquí Fedea exige que el Ministerio detalle las razones por las que justifica un aumento tan destacado de la natalidad.
- menor esperanza de vida: según el Ministerio, las personas de 67 años tendrán una esperanza de vida de 21,5 años en 2050, un año menos de lo que recoge Eurostat.
- la población de entre 20 y 64 años pasa de 29 millones a casi 28 en 2050, según el Ministerio, mientras que en las proyecciones de Eurostat se queda en los 26 millones.
- la población de entre 15 y 74 años será en 2050 de 36,9 millones frente a los 36,4 millones de 2023, dos millones por encima de lo previsto por la oficina estadística europea.
- en el mismo sentido, la población total estimada en 2050 por Eurostat es de 50,5 millones, mientras que el Ministerio la proyecta en 52,4 (1,9 millones más).
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