Después de meses de respiro, la inflación vuelve a apretar. El dato del IPC de octubre, publicado este martes, marcó el mismo 3,5% que ya registró en septiembre después de haber descendido hasta el 1,9% en junio y de quedar por debajo del 3% en julio y agosto. Con este repunte otoñal, los precios vuelven a subir al mismo nivel que lo hacían en abril y auguran un final de año con una inflación aún más al alza, sobre todo por la relajación de los precios de la energía que tuvo lugar hace un año y que provoca ahora el llamado efecto base -ya que la inflación se suele expresar en términos interanuales-. 

En comparación con el mes anterior, el indicador subió tres décimas en octubre. Pero la partida que más quebraderos de cabeza está causando a las familias españolas es el precio de los alimentos. Este mes han relajado su ascenso y es la primera vez que se encarecen menos del 10% en más de un año y medio -desde marzo de 2022-, a pesar de que desde entonces el dato del IPC general sí ha caído considerablemente -entonces era del 9,8%-. Sin embargo, la subida registrada, del 9,5%, sitúa a España por primera vez como el país con una inflación de los alimentos más alta de toda la zona euro. 

Hasta ahora, los datos de Eurostat apuntaban a que España tenía la inflación de los alimentos más alta de entre los grandes países de la UE, y la tercera mayor entre los del euro, solo por detrás de Bélgica (11%) y Eslovaquia (10,9%). Pero los datos de octubre de ambos países han quedado por debajo del IPC alimentario de España, y lo mismo ha sucedido con el resto de países que estaban en la parte alta de esta tabla, como Eslovenia y Francia. Bélgica, que hasta ahora ha liderado la lista, ha registrado una inflación de alimentos del 9,1%, y Eslovaquia un 8,9%; Francia, 7,9%, Eslovenia, 7,3%. A falta de algunos datos como los de Portugal o Irlanda, la inflación de alimentos media de la zona euro en octubre es del 7,5%, dos puntos por debajo de la española.

Por qué el precio de los alimentos no da tregua

El importante encarecimiento que vienen experimentando los alimentos desde el año pasado tiene que ver con una combinación de factores, desde la subida de los precios de la energía a la de los fertilizantes y los combustibles, así como con las condiciones concretas relacionadas con la producción de algunos de ellos. Por ejemplo, la caída de países productores de azúcar ha llevado a que se encarezca por encima del 40% este verano, y la sequía ha disparado los precios del aceite por encima del 74%, según el IPC de octubre, todo en términos interanuales.

Es previsible que el precio de los alimentos no dé tregua en los próximos meses, tanto por el ya mencionado efecto base como por la previsible retirada de las ayudas del Gobierno. Hay que recordar que en diciembre del año pasado el Ejecutivo aprobó un paquete de medidas que incluía la bonificación total del IVA de los alimentos de primera necesidad, y la rebaja del 10 al 5% de pastas y aceites, lo que hará repuntar el precio inevitablemente cuando se elimine esta rebaja.

El aceite, el arroz y las patatas, lo que más sube

Por detrás del aceite de oliva, que lleva meses siendo el producto que más se encarece en términos interanuales de toda la cesta de la compra, los productos que más han subido de precio este octubre han sido el arroz, las patatas, las mermeladas y los zumos (+16%), los cereales de desayuno (+15%), la carne de cerdo y las salsas (+14%), y el cacao y el chocolate (+13%). Las legumbres también continúan subiendo con fuerza (+13%), así como la leche y los refrescos (+12%) y el té (+11%).

En el lado contrario de la tabla, destacan los aceites que no son de oliva, que caen de precio un 30%, siendo el único elemento de la lista de alimentos que se abarata en lugar de encarecerse. También es este mes más barata la electricidad (un 22%), los hidrocarburos como el butano (un 26%), el gas natural y ciudad (un 19%) y los combustibles líquidos (un 14%). En cambio, en términos intermensuales los datos arrojan mejores noticias, porque además de la energía las patatas son un 2% más baratas que en septiembre, y también lo es el marisco fresco, el congelado, el pescado seco, ahumado o salado, entre otros alimentos que caen de precio muy levemente.

Las previsiones apuntan a más inflación el próximo año

La previsión de los economistas es que los precios continúen creciendo al mismo o mayor nivel los próximos meses, y que incluso lo hagan más el próximo año. Según cada vez más instituciones, el IPC medio de 2024 superará al de 2023 por la retirada de las medidas del Gobierno y también por el encarecimiento de los precios de la energía. Así, el Banco de España cree que el IPC medio de 2024 será del 4,3%, frente al 3,6% que estima para este año, y la AIReF pronostica una inflación del 4% el próximo año y del 3,9% este. Del mismo modo, el FMI pronostica un 3,9% y un 3,5% el próximo año y este, respectivamente. El Gobierno no publica sus previsiones de inflación.