La economía española se está ralentizando. Es cierto que el empleo continúa fuerte, pero la inflación y la subida de los tipos de interés están haciendo mella en la actividad, al encarecerse los préstamos a empresas y consumidores, así como las hipotecas. La confianza de los consumidores continúa baja, la empresarial sigue perezosa desde primavera y la actividad del sector privado se muestra más débil, al igual exportaciones e importaciones. En este contexto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) contempla que el PIB español crezca este año una décima más de lo inicialmente previsto, que queda en el 2,4%, pero resta cinco décimas a su previsión del próximo año, hasta dejarla en el 1,4%. Es el pronóstico más pesimista de los conocidos por el momento.
En su panorama económico (Economic outlook) de noviembre, la OCDE remarca que a nivel mundial la inflación está remitiendo al mismo tiempo que el crecimiento se está ralentizando. Ahora sí se están notando los efectos de las subidas de tipos de interés, aplicadas para hacer frente a los fuertes incrementos de los precios, y eso afecta a las condiciones financieras y a la confianza. "Los mercados inmobiliarios y los bancos están notando el efecto, especialmente en Europa", remarca el informe.
El déficit continuará por encima del 3% dos años más
Pero en el caso de España el principal peligro es que el Gobierno no tenga margen de maniobra para bajar el déficit al borde del regreso de las reglas fiscales europeas. A día de hoy y con las medidas de ayudas previstas, el organismo espera que el déficit continúe por encima del límite del 3% el próximo año y el siguiente (3,2% en 2024, 3,1% en 2025, y 3,6% este ejercicio). Por eso, insiste de nuevo en lo mismo: se necesita una consolidación fiscal "más fuerte y más sostenida" para mantener en endeudamiento en una senda descendente y "crear espacio para gastos relacionados con el crecimiento". Y recuerda: "el gasto relacionado con el envejecimiento de la población va a aumentar en 2,7 puntos de PIB entre 2024 y 2040.
La organización anima al Gobierno a terminar con las medidas de ayuda contra la inflación
Las medidas del Gobierno han ayudado a mitigar los efectos de la inflación en hogares y negocios, y tiene sentido que se hayan aprobado, pero "el apoyo debe terminar tal y como se había planeado". Aquí los economistas del club hacen referencia a los diferentes apoyos, del cheque de 200 euros para hogares vulnerables hasta la rebaja del IVA de los alimentos, más las rebajas de impuestos al gas y la electricidad y otros subsidios de los abonos de transporte. Según se ha anunciado, el IVA de los alimentos se prorrogará hasta junio, y el Gobierno está evaluando cuáles de las demás deja caer y cuáles prorroga. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, remarcó este sábado en una entrevista que mantener medidas de este tipo irá en detrimento de otras partidas de gasto en un contexto de obligada reducción del déficit y ralentización económica.
Cree que la inflación será más alta en 2024
En general, es la misma recomendación que hacen el resto de instituciones dedicadas al análisis macroeconómico. Pero retirar los apoyos en enero será complicado, puesto que la inflación continuará alta. De hecho, la OCDE ha revisado sus previsiones de inflación para el próximo año hasta el 3,7% (+0,3), subiéndose al carro de los analistas que piensan que los precios crecerán más el próximo ejercicio que lo harán este (para 2023, ha mantenido su previsión en el 3,5%). Opinan así el FMI y la Autoridad Fiscal, y en mayor medida el Banco de España, que espera una inflación media del 4,3% en 2024 frente al 3,6% de este. En cambio, en el caso de la subyacente espera que este año supere con creces índice general (4,3% subyacente frente a 3,5% general), pero que en 2024 se dé la vuelta (3,1% subyacente, 3,7% general).
A lo largo de dicho ejercicio, la OCDE entiende que la demanda doméstica será la principal impulsora del crecimiento, puesto que el consumo privado y la inversión moderarán su avance tanto por las condiciones financieras como por la persistente inflación. Por su parte, la demanda externa no contribuirá tanto al avance de la economía como en años anteriores, pero se espera que el despliegue del Plan de Recuperación apoye el crecimiento, sobre todo en 2025.
Con todo, de cara 2025 espera que el PIB sume un 2%, previsión no comparable a la de otros organismos porque mayoría no han emitido pronósticos al respecto. Del lado de los riesgos, la OCDE advierte de que una escalada de los conflictos geopolíticos en curso podría disparar precios de la energía e la inflación, y empeorar estas previsiones; de la misma manera que una implementación del Plan de Recuperación más lenta que la prevista puede restringir el crecimiento. La parte positiva es que si el entorno internacional mejora más rápido de lo esperado y si el Plan tiene un mayor impacto, la economía crecerá más rápidamente.
En esta misma línea, el informe espera que la tasa de paro española se mantenga en el 12% este año y el próximo, para bajar dos décimas en 2025, hasta el 11,8%; y que la deuda apunte al 114,1% este año, para sumar seis décimas el próximo (114,7%), y caer una en 2025 (114,6%).
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