Con el dato del IPC de noviembre, que se conoció este miércoles, ya es posible calcular cuánto subirán las pensiones en el mes de enero. Según se aprobó en la primera parte de la reforma del sistema, estas prestaciones se revalorizan cada primer mes del año en base a la media del año anterior hasta el penúltimo mes. La inflación subió en noviembre un 3,2%, tres décimas menos que el mes anterior, y si el INE confirma este dato en 15 días, las pensiones contributivas deberán subir en 2024 un 3,8%.
Dicho incremento llevará el gasto anual en pensiones a situarse al menos en 198.000 millones de euros, lo que supone un 40% más de lo que el Gobierno gastaba hace solo cinco años en esta partida. El dato ilustra bien el problema que la revalorización con el IPC está causando a las cuentas públicas, algo que, junto con el rápido envejecimiento de la población, ha obligado al Ejecutivo a tomar medidas que a día de hoy no está claro si surtirán efecto.
Actualmente el gasto en pensiones contributivas es de unos 12.000 millones de euros por paga, en cada una de las 14 pagas en las que se abonan las pensiones. Por eso, de cara a los Presupuestos Generales del Estado de 2023 se aprobó dedicar 190.678 millones de euros a pensiones durante todo el año. En cambio, en 2019 esa partida fue de 144.834 millones. Y ya entonces llamaba la atención que España dedicase uno de cada cinco euros del presupuesto a las pensiones. Ahora el gasto en pensiones es el 40% del total.
7.200 millones más en todo el año
Pero empecemos por el principio. Una subida de las prestaciones del 3,8% llevará a gastar alrededor 7.200 millones más si el incremento se aplica tan solo a las pensiones que hoy día se cobran. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este es el primer año de la jubilación de los baby boomers -motivo por el que los jubilados aumentarán un 67% de aquí a 2050-, por lo que se producirá un aumento del gasto adicional pero progresivo, que dependerá de cuántos de estos casi jubilados opten por retirarse a la edad legal y cuántos decidan permanecer en el mercado laboral. Cabe recordar que las pensiones mínimas y no contributivas subirán más, alrededor del 7%.
Precisamente con tal de convencerlos de los beneficios de retrasar su edad de jubilación, la primera parte de la reforma de las pensiones incluía un sistema de incentivos clave. Cada trabajador que decida seguir trabajando habiendo sobrepasado la edad legal de jubilación tiene derecho a un incremento del 4% en su pensión -incremento vitalicio- por cada año completo "extra" cotizado o a un cheque que recibe en el momento de retirarse. Por otro lado, la reforma también incluía una mayor penalización en la pensión a aquellos que optasen por la jubilación anticipada, con el objetivo de conseguir que ese colectivo trabaje -y cotice- unos meses más.
La esperanza: que los boomers retrasen su jubilación
Según el Ministerio de Seguridad Social, hasta hace unas semanas liderado por José Luis Escrivá y ahora en manos de Elma Saiz, este sistema conseguirá que los trabajadores de más de 65 años se tripliquen de aquí a 2050. En un informe recientemente enviado a Bruselas se recoge que si actualmente tan solo el 7,6% de la población de entre 65 y 74 años trabaja, en 2050 será el 28,3%. Lo mismo sucede con el resto de trabajadores mayores, aunque en menor medida. Si actualmente el 59,5% de los ciudadanos entre 55 y 64 años trabaja, la previsión es que el 76% lo hará en 2050.
Por el momento, Seguridad Social presume de que las jubilaciones demoradas se han casi duplicado en dos años: ahora son el 8,3% del total de quienes se retiran del mercado laboral, frente al 4,8% que suponían en 2021, cuando la reforma y los citados incentivos aún no había entrado en vigor. En concreto, este año se estarían registrando entre 300 y 470 jubilaciones demoradas cada mes del régimen de la Seguridad Social, más otras alrededor de 25 y 40 de las clases pasivas. "Los nuevos incentivos de demora y los cambios en la jubilación anticipada están modificando el comportamiento de los nuevos pensionistas y la edad efectiva ya es de 65 años", aplaudía el informe Proyecciones de gasto público en pensiones en España, publicado por el Ministerio. casi medio año más que los 64,4 años de 2019 y que los 64,6 años de 2020.
La AIReF cree que el gasto en pensiones llegará al 14,5% del PIB
La AIReF cree que la reforma de las pensiones aumentará el gasto en estas prestaciones hasta más allá del 16% del PIB en 2050, es decir, que llevará consigo un incremento del gasto de 2,4 puntos de PIB. Mientras, pronostica que los ingresos tan solo crecerán en 1,3 puntos en el mismo periodo. Es decir, que estima que el gasto en pensiones pasará del 11,5% del PIB actual hasta el 14,5% hacia el año 2045. En cambio, el Gobierno cree que con las medidas que ha aprobado el gasto no superará el 12% en ese año, en el que el sistema afrontará la mayor presión por la jubilación de los boomers.
Quién se llevará el gato al agua es algo que solamente el tiempo dirá. Pero por si acaso la reforma incluye un mecanismo automático de subida de las cotizaciones sociales en caso de que el gasto se desvíe. Dicha "cláusula de escape", como se ha bautizado, es la que ha convencido a la Comisión Europea de que la reforma es viable. Por el momento el Gobierno asegura que no tendrá que activarse.
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