No habrá recortes, por mucho que así lo quiera Economía. Economía no negocia esta reforma con Bruselas, lo hace Trabajo. Acosando a los parados no se consigue que encuentren antes un empleo, diga lo que diga Calviño, sino que los expulsa a la pobreza. Y obligarlos a fichar mensualmente para no perder la prestación los estigmatiza, los cuestiona y los aleja de lo importante, que es encontrar cómo salir de esa situación.
Estos son los mensajes que ha lanzado este jueves el equipo de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en un encuentro con los medios de comunicación a raíz de la enorme polémica que ha generado la reforma del subsidio por desempleo. Este subsidio es una ayuda que pueden recibir los parados que hayan agotado su prestación o no tengan derecho a paro, siempre y cuando cumplan una serie de requisitos, y que el Gobierno prometió a Bruselas mejorar.
Toda esta semana, la reforma de la también llamada prestación asistencial o nivel asistencial por desempleo ha estado en el centro del huracán a raíz de que el Ministerio de Economía deslizase sus ideas sobre cómo debía llevarse a cabo. Las "propuestas" de dicho gabinete incluían reforzar el control de estos parados para que dejen de recibir la prestación si rechazan un empleo, o aumentar la edad de acceso a las mismas hasta los 60 años, frente a los 52 actuales, entre otros planteamientos que han chocado de frente con los de Trabajo.
El encuentro -off the record, esto es, no está permitido citar ni reproducir lo expresado por los presentes-, que ha contado con la presencia de la propia Yolanda Díaz y del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, se ha centrado en criticar las injerencias de Calviño y en exponer el planteamiento de la reforma. Reforma que, según Trabajo, está ya pactada con Bruselas y también con el PSOE, en el marco del acuerdo programático entre ambos partidos, donde no se habla de recortes.
Porque ese es el principal desencuentro entre ambos ministerios. Los de Calviño, según Trabajo, han planteado reducir el subsidio de los 30 meses actuales -dependiendo del caso- a 12. También proponen disminuir su cuantía tanto en cómputo global como conforme se va recibiendo, mes a mes, para incentivar la búsqueda de empleo; aumentar la edad de acceso hasta los 60 años, y endurecer el control de estos parados para asegurarse de que dejan de recibir la prestación si rechazan ofertas de empleo. En cambio, Trabajo plantea incrementar la prestación, ampliarla para que llegue a más beneficiarios, que sea compatible con un empleo y aligerar la burocracia que hoy día dificulta su gestión y cobro.
Volver a las leyes de Rajoy
Los de Díaz han transmitido su sorpresa con parte de las propuestas económicas, que han calificado de retroceso, puesto que en la práctica suponen derogar mejoras para los trabajadores que aprobó la exministra de Trabajo Magdalena Valerio, rompiendo con el marco del Partido Popular y Mariano Rajoy. En esa línea, han destacado Economía plantease limitar los subsidios a solo mayores de 60 años y la reducción de los 30 meses actuales a los 12, cuando fue el PSOE quien recientemente hizo esos mismos cambios.
También han considerado impensable la idea de potenciar el seguimiento de los parados y han dejado claro que barrerán en sentido contrario. Si los de Calviño han propuesto que el parado fiche mes a mes presencialmente, los de Díaz aseguran que lo ideal es aflojar la mano y permitirle hacerlo menos a menudo, por ejemplo trimestralmente, con la filosofía de que una persona que recibe 480 euros al mes como únicos ingresos no encuentra trabajo antes si se le acosa a exigencias de este tipo.
Para los de Sumar, los que están en situaciones límite de este tipo son los primeros que están deseando encontrar un trabajo, como demuestran los datos que han proporcionado: el 80% de los parados que reciben el subsidio por desempleo no lo agotan. Si alguien no consigue un empleo decente, tiene más que ver con el fracaso de los servicios que se dedican a esto, y por tanto hay que reforzarlos. Y, de nuevo, no admitirán recortes ni medidas que no vayan en esta línea.
Ahora, la vocación de Trabajo es conseguir aprobar esta reforma antes de final de año, porque está vinculada al cuarto desembolso de los fondos europeos Next Generation, y hacerlo con un acuerdo tripartito y de Gobierno. Para eso, deberá convocar a los agentes sociales al mismo tiempo que negocia con ellos la próxima subida del salario mínimo interprofesional (SMI) -que ha arrancado hoy-, y a la vez deberá convencer al ala más dura del Ejecutivo de que "su" reforma es la buena, y no la de Economía. En ese sentido, el equipo de Trabajo se ha mostrado confiado: ya ha tenido que negociar y renegociar la reforma laboral con el "otro lado" del Gobierno, y a día de hoy está aprobada, y también la subida del SMI, que a día de hoy es 345 euros al mes superior que cuando Sánchez llegó a presidente.
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