El Gobierno aprobará este martes reforzar el actual permiso de lactancia para que siempre pueda convertirse en 28 jornadas completas, un derecho que a día de hoy, en la práctica, solo tienen los trabajadores sujetos a convenios que así lo reconocen. La iniciativa del Ministerio de Trabajo especificará que este permiso es para todos los empleados, reforzando lo que ya aparece en el Estatuto de los Trabajadores. A día de hoy, la norma recoge que las personas trabajadoras tienen derecho a ausentarse una hora de su puesto de trabajo para el cuidado del lactante hasta que este cumpla nueve meses, y que pueden acumular esas horas en jornadas completas, pero las empresas tienden a no dar esta opción salvo que así aparezca en los convenios colectivos.
No será la única medida laboral que pasará este martes por los ministros. La vicepresidenta y ministra Yolanda Díaz tiene la intención de llevar también una transposición de la directiva de condiciones transparentes y trabajo previsible y, en la medida de lo posible, la reforma del subsidio de desempleo que ha provocado tanta polémica. Fuentes del Ministerio han asegurado que negociarán durante toda la noche para conseguir el mejor acuerdo posible con Economía, pero siempre cumpliendo su promesa de mejorar y ampliar la prestación, sin recortarla como -según Trabajo- intenta el Ministerio de Calviño.
La nueva ley de familias ya modificaba el llamado "permiso para el cuidado del hijo lactante", un permiso individual que a día de hoy ya puede pedir tanto el padre como la madre -ambos, no hay que elegir- y que abona la empresa. Puede disfrutarse hasta que los hijos tienen nueve meses, ampliables a doce meses en determinados supuestos. Su principal característica es que los trabajadores pueden ausentarse una hora diaria para el cuidado del menor, o media o dos medias -una mitad al principio y otra al final de la jornada- si así lo prefiere el nuevo progenitor.
A día de hoy el trabajador puede sumar las horas de dicho permiso y convertirlas en jornadas completas, pero en la práctica solo sucede si así lo especifica su convenio colectivo, y es lo que Trabajo quiere reforzar. El cambio que se hace es el siguiente: se cuentan los días laborables de la incorporación al trabajo tras la baja de maternidad hasta los 9 meses de vida del bebé, se calculan las horas de permiso y se dividen entre el número de horas de la jornada laboral. El resultado son los días que el trabajador o la trabajadora puede ausentarse, de forma retribuida, de su puesto por lactancia.
Así se recoge a día de hoy en el Estatuto de los Trabajadores, artículo 37.4: "Quien ejerza este derecho [el de una hora de ausencia del trabajo para el cuidado del lactante], por su voluntad, podrá sustituirlo por una reducción de su jornada en media hora con la misma finalidad o acumularlo en jornadas completas en los términos previstos en la negociación colectiva o en el acuerdo a que llegue con la empresa respetando, en su caso, lo establecido en aquella".
"La reducción de jornada contemplada en este apartado constituye un derecho individual de las personas trabajadoras sin que pueda transferirse su ejercicio a la otra persona progenitora, adoptante, guardadora o acogedora. No obstante, si dos personas trabajadoras de la misma empresa ejercen este derecho por el mismo sujeto causante, podrá limitarse su ejercicio simultáneo por razones fundadas y objetivas de funcionamiento de la empresa, debidamente motivadas por escrito, debiendo en tal caso la empresa ofrecer un plan alternativo que asegure el disfrute de ambas personas trabajadoras y que posibilite el ejercicio de los derechos de conciliación".
La incógnita del subsidio por desempleo
Aunque fuentes de Trabajo aseguran que el Consejo de Ministros aprobará este martes la reforma de los subsidios por desempleo, no está claro en qué dirección irá la medida. Cabe recordar la trifulca -pública- entre los ministerios de Trabajo y Economía a cuenta de este subsidio: mientras que en el de Yolanda Díaz quieren ampliar su cuantía y beneficiarios a toda costa, en el de Nadia Calviño apuestan por cambios orientados al empleo, como que este pueda compatibilizarse con un trabajo durante un año o que la cuantía que se cobre vaya de menos a más, sin cambiar el cómputo total.
Pero el hecho de que Trabajo haya sido el Ministerio que haya informado no solo de su propia propuesta sino también de la de Economía ha distorsionado el debate a favor del primer departamento. En cambio, y como ya explicó este periódico, los economistas han respaldado el planteamiento de Calviño, porque aseguran que la evidencia científica la respalda, y que trata de adecuarse a las características del subsidio en otros países europeos.
La impresión de los mismos también es que no era necesaria una polémica tal, considerando que tan solo cobran la prestación alrededor de 800.000 españoles, y que el verdadero problema del gasto en prestaciones por desempleo pasa por reformar las políticas activas de empleo, una batalla que muchos lamentan que se haya dado por perdida. Así, Trabajo podría estar aprovechando esta diferencia de opiniones para marcar perfil político justo cuando la vicepresidenta primera y ministra de Economía deja el puesto por la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
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