Sin tener el carné socialista, asumió una de las carteras más reputadas del Ejecutivo en 2020. José Luis Escrivá sacó adelante una de las reformas más ambiciosas recogida en el Plan de Recuperación, la de las pensiones. Con los deberes hechos, asumió una nueva responsabilidad en esta legislatura: el Ministerio de Transformación Digital. Una escisión del Ministerio de Economía que ahora recibe la gestión de la Función Pública con el reto de digitalizar la administración y su capital humano: los funcionarios.
Escrivá está convencido de que la buena marcha de los recursos humanos públicos garantizan mayor crecimiento económico, así lo hizo saber durante el traspaso de la cartera, que pasó de manos de la ya vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, al ministro. No se olvidó de “las posibilidades que nos da la inteligencia artificial y la digitalización”, dos palancas que aplicará a la “transformación de la administración”, con las que espera acercar el funcionariado español al de países nórdicos.
El ministro tiene a sus espaldas mucha negociación con los agentes sociales, entre los que hay diversidad de opiniones. Desde los que opinan que “no es pro funcionarios” hasta que los que consideran que su nuevo cargo no les “preocupa más, porque la digitalización está claro que hay que abrazarla”, como responden desde Servicios Públicos en UGT. Tras los pactos para sacar adelante la reforma de las pensiones, Escrivá tiene ahora una hoja de ruta extensa y compleja.
Como confirmó el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este viernes, el Ministerio de Transformación Digital y Función Pública contará con tres secretarías de Estado: la de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales; la de Digitalización e Inteligencia Artificial y la de Función Pública. Escrivá tiene en su mano la espada para hacer eficiente la burocracia.
Trámites y esperas
Durante su toma de posesión, Escrivá se acordó de los sanitarios y de las fuerzas de seguridad del Estado, y del papel que tuvieron los mismos durante la pandemia. También mencionó a los empleados públicos que desarrollan su labor en la Seguridad Social y en el SEPE, que tuvieron que lidiar con nuevas prestaciones a raíz del Covid. Es precisamente en estos organismos donde se esperan más cambios y donde la digitalización puede jugar un papel clave.
La imposibilidad de conseguir cita previa en algunas de las ventanillas públicas o el retraso en la tramitación de expedientes, también de prestaciones, dan muestras de la necesidad de una transformación digital, que ahora queda en manos de José Luis Escrivá.
"Pretendemos reforzar nuestra apuesta por una administración moderna, más ágil y eficiente, que aproveche todas las oportunidades de la digitalización y la inteligencia artificial para mejorar la calidad de nuestros servicios públicos", apuntó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención para anunciar los cambios en el Ejecutivo.
Así, la unión de los dos ministerios no es casualidad, ni una decisión espontánea, sino que forma parte de la estrategia de digitalización de la administración pública, donde la inteligencia artificial cobrará una gran importancia.
A través de esta tecnología, la administración podría eliminar tareas repetitivas y de poco valor añadido y puede aligerar las cargas de trabajo de muchos departamentos que se dedican a la burocracia. El ministro conoce bien la realidad de la Seguridad Social y de los organismos que lo conforman. Se trata de uno de los cuerpos de funcionarios más envejecidos, con una edad media superior a los 50 años. También en esos departamentos, donde la formación digital es clave, la IA puede suponer un cambio sin precedentes.
Plan de digitalización de las administraciones públicas
Con la unión de la Función Pública y la Transformación Digital en un solo ministerio, el Plan de digitalización de las administraciones públicas cobra un mayor impulso, y en este mismo documento se recoge el "uso de la inteligencia artificial para la gestión administrativa", lo que supone la automatización inteligente de procesos, que todavía se recogen de forma manual.
No obstante, los primeros pasos dados en este sentido, con la recogida de datos a través de robots, han sido considerados de "brindis al sol", por fuentes sindicales consultadas por este periódico.
Este plan también incluye la creación de una plataforma para "la gestión de ayudas y subvenciones que, entre otras funcionalidades, permita configurar de forma sencilla los procesos de baremo y concesión, así como la prevención del fraude utilizando inteligencia artificial".
Además, se recogen iniciativas para que las administraciones puedan compartir datos de forma segura, que se puedan prever emergencias sanitarias a través del análisis de datos vía inteligencia artificial o incluso la gestión de asuntos judiciales con la misma tecnología.
De momento, sin secretario de Estado de IA
Así, la tarea de Escrivá no es baladí. No se trata únicamente de cuadrar las plantillas públicas y de conceder los recursos necesarios a todos los cuerpos públicos. Dentro de las tareas de Función Pública, que deberá asumir el ex empleado de BBVA y actual ministro, también está la de vigilar el régimen de incompatibilidades y conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y altos cargos.
Por otra parte, hay otra responsabilidad clave y es la formación de los empleados y empleadas públicas, a través de la cual, Escrivá tiene en su mano hacer eficiente la burocracia a través de la tecnología y la transformación digital. Cabe señalar que la dirección de la secretaría de Estado de Inteligencia Artificial está vacante, tras la renuncia de Carme Artigas, por lo que el ministro deberá buscar un responsable para hacer que la tecnología llegue, de una vez por todas, a la administración pública.
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