En las próximas semanas entraremos en un período casi insólito para el sector energético. Salvo sorpresas de última hora, el precio del gas y de la electricidad retrocederá a fechas de hace casi tres lustros.

En concreto, según las previsiones del mercado español, el megavatio a la hora oscilará entre los 35 y los 39 euros. Atrás quedan los días en los que los hogares españoles recibían la noticia a eso del mediodía en el que MWh tenía un precio superior a los 200 y 300 euros.

El coste del megavatio tuvo su punto de inflexión en Filomena. La gran borrasca que azotó a España, dejando sin capacidad a las renovables para que el sistema pudiera generar a través de estas tecnologías provocó que se echara mano del gas.

Esta materia prima, a su vez, sufrió una grave crisis puesto que los buques de gas natural licuado viraron su ruta hacia China, que empezaba a despertar del Covid y su industria demandaba gas, puesto que se pagaba a un precio superior que en Europa.

Los derechos de emisión de CO2 también contribuyeron a que el coste del Mwh se disparara puesto que las empresas y los sectores industriales y energéticos que tienen que pagar por lanzar a la atmósfera dióxido de carbono requirieron de fuentes de energías no renovables ante la falta de viento y lluvias de esas semanas. Meses después, Rusia puso en jaque a la viabilidad energética por la invasión a Ucrania, multiplicando el precio del gas y del petróleo.

Este caldo de cultivo sirvió, por tanto, para tensionar el mercado eléctrico y gasístico. Durante todo este tiempo, encender la calefacción o el horno en los hogares ha supuesto que tengamos que pagar unos euros de más. Lo mismo ocurrió en la industria y en el mundo empresarial, que tuvieron que repercutir en el precio de su producción los altos costes, desatando una crisis inflacionista muy dura.

Ante dicha situación, los gobiernos europeos lanzaron diversas ayudas para que el cliente tuviera cierto alivio en sus facturas. Entre algunas de las propuestas aprobadas figuraron la rebaja del IVA o la suspensión de impuestos, tales como el de la generación. Durante estos dos años de conflicto, el Ejecutivo de Pedro Sánchez los ha mantenido, si bien desde el pasado enero ya se elevaron algunos de los gravámenes. El IVA, en la actualidad, se sitúa en el 10%, pero a finales de marzo podría pasar al 21%.

Los diferentes ministerios económicos ya han dejado entrever que la situación favorable del mercado energético permitirán reestablecer los impuestos que fueron reducidos y, a tenor de los futuros de marzo, todo hace indicar que así sucederá.

Además, conviene recordar que si el coste del MWh se sitúa por debajo de los 45 euros, se suprimirá la rebaja del IVA. Por tanto, marzo podría ser clave para que el IVA se recupere en la totalidad, tal y como estábamos acostumbrados a pagar.

Si atendemos a los futuros eléctricos (35 y 40 euros Mwh) para finales de marzo, el Gobierno de Pedro Sánchez no tendría ni que tener la necesidad de entrar en debate para prorrogar dicha medida.

Este martes, a pesar de que las energías renovables no podrán apoyarse de la eólica por la falta de viento, el coste del megavatio apenas superará los 50 euros, marcando el devenir de las próximas semanas.

¿Razones?

Esta bajada en los precios de la electricidad tiene diversos motivos. Se da la paradoja de que un desplome en los costes energéticos no siempre vienen acompañados de buenas noticias para la economía.

Por ejemplo, la demanda eléctrica por parte de la industria presenta agotamiento desde hace meses. En concreto, el sector ha pedido un 12% menos que hace un año, según los datos de Redeia (antes Red Eléctrica). Conviene resaltar también que la demanda de gas también se ha desplomado en la industria casi un 20%, algo que permite rebajar el coste del Mwh de los ciclos combinados.

El invierno templado que hemos tenido en toda Europa también ha ayudado. Por ejemplo, según datos de Aleasoft,en la semana del 12 de febrero, la demanda eléctrica cayó en todos los principales mercados eléctricos europeos en comparación con la semana anterior. La tendencia a la baja de semanas anteriores ha continuado en el mercado francés, donde la demanda cayó por quinta semana consecutiva, esta vez un 3,9%.

Los mercados alemán e italiano registraron caídas por cuarta semana consecutiva, con descensos del 4,1% y el 2,0% en cada caso. Para el resto de los mercados, los descensos oscilaron entre el 9,4% en Portugal, donde el día 13 de febrero se celebró el Martes de Carnaval, y el 1,6% en Bélgica. La caída de la demanda estuvo relacionada con el aumento de las temperaturas medias. Durante la semana, las temperaturas medias aumentaron de 0,8°C a 2,1°C en la mayoría de los mercados europeos. Sólo en Italia las temperaturas medias bajaron, 1,0°C.