La banca móvil está más que instalada en nuestro país. Todos los bancos tienen una aplicación con la que el cliente puede hacer todas sus operaciones. Ya es tan habitual que España lidera el uso de banca móvil entre los países de la Unión Europea. Según el informe del Banco Central Europeo (BCE) Preferencias de pago de los consumidores y digitalización bancaria en la zona del euro, el 65% de los clientes utilizan estas aplicaciones en España. 

A pesar de liderar el uso, en el documento señalan que los consumidores de los países de la Eurozona son homogéneos en el uso de aplicaciones bancaria móviles, “que ya están muy extendidas entre los consumidores actuales”. Además, el uso de la banca móvil por los consumidores ha aumentado en todos los países de la zona del euro desde la pandemia de COVID-19. De hecho, España comparte liderato con los Países Bajos. En el otro lado se encuentran Francia y Alemania, con un 55% de los consumidores que usan la aplicación. Sin embargo, en este punto, el BCE alerta que “no han mostrado un aumento generalizado en los países de la zona euro”. 

Estos cambios en la forma de pagar y de comprar se han visto alterados debido a la pandemia del Covid-19. Durante este periodo y el posterior, los consumidores de la zona euro cambiaron su forma de pago dejando atrás el efectivo. De hecho, la pandemia incrementó las tendencias preexistentes hacia un mayor uso de tarjetas sin contacto. En España se descubrió que el efecto de las restricciones de movilidad en la disminución del uso de efectivo en los pagos en España era más pronunciada entre los consumidores con menor nivel educativo. Sin embargo, entre los consumidores españoles las restricciones de movilidad no llevaron a una adopción más amplia del pago inteligente. 

Este documento contribuye a comprender las preferencias de pago minorista de los consumidores y la digitalización en el ámbito de las finanzas personales. En el informe se destaca que la mayoría de las personas prefieren utilizar un solo instrumento de pago tras la pandemia. Asimismo encuentran una heterogeneidad sustancial entre países y destacan el papel destacado de los factores demográficos a la hora de elegir opciones de pago distintas del efectivo y herramientas basadas en aplicaciones a la hora de elegir manejo de las finanzas personales. Si bien la banca móvil ya es popular entre los consumidores de la zona del euro, “el uso de los métodos de pago inteligentes siguen siendo muy limitados”.

A pesar de que son muy limitados, durante el primer semestre de 2023, los españoles pagaron un total de 4.116 millones de euros a través de dinero digital. Según los datos del Banco de España, este importe supuso un aumento del 8,4% respecto al año anterior, lo que demuestra que es una tendencia al alza. Las operaciones con dinero electrónico han supuesto el 1,3% y el 0,1% en relación al número e importe total de las operaciones de pago.

El número de operaciones de pago con dinero electrónico también se ha incrementado, en este caso un 13,5%, hasta las 94,4 millones. Es decir, aumenta más rápidamente el número de operaciones con dinero electrónico que el importe. Estos datos apuntan a que el pago medio con dinero electrónico es algo superior a los 43 euros por operación.

A pesar de estos avances, el efectivo continúa siendo el método de pago preferido por los españoles y de los ciudadanos de la zona euro. Según el informe, el 55% prefiere pagar en efectivo, aunque es verdad que este porcentaje se ha reducido respecto a la encuesta anterior realizada en 2020. 

El efectivo goza de buena salud. O por lo menos así lo constatan desde el Banco de España. El 65% de los ciudadanos manifiesta usarlo a diario y el 60% de la población lo considera como su medio de pago principal. Pero lo que más llama la atención es la intención de su uso en un futuro. Al contrario de lo que se puede pensar, un 5,3% de los españoles usará más efectivo en el futuro. La principal razón que esgrimen es la comodidad y la costumbre. 

La intención de reducción de uso del efectivo es más pronunciada entre los usuarios que tienen la tarjeta como medio de pago más habitual. En concreto, el 37% espera disminuir el uso del efectivo, pero un 56% prevé que se mantenga igual que en la actualidad y el 5% pronostica aumentarlo. La intención de cambio hacia una mayor utilización de medios de pago digitales es ligeramente superior entre los jóvenes mayores de 24 años y en la población de mediana edad.