El Gobierno hizo esta semana un llamamiento a los caseros para que pongan sus pisos en el mercado del alquiler asequible para incrementar la oferta. El Ejecutivo califica así a aquella mensualidad que represente como máximo un 30% de los ingresos brutos del inquilino. Se trata de una recomendación de diferentes organismos financieros que cada vez es más difícil cumplir ya no para aquellos trabajadores con el salario mínimo interprofesional (SMI), sino también para aquellos con el salario medio de España.
En 2021 fue de 25.896,82 euros anuales, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde entonces se ha podido ver incrementado por las subidas salariales, aunque no hay datos oficiales más actualizados. Dividida esa cantidad en doce mensualidades, sería de 2.158 euros al mes. Por tanto, dedicar el 30% del salario al pago de la hipoteca o el alquiler supondría un desembolso máximo de 647,4 euros al mes. Si se destinase un 33,3%, un tercio exacto del sueldo, sería 719 euros lo máximo que podría pagarse.
Por el precio antes citado, es muy difícil encontrar una vivienda en ciudades como Madrid para alquilar, independientemente de su tamaño, distribución, localización o condiciones. En Idealista figuran 47 casas, de las que solo dos superan los 35 m2. Apenas una decena cuentan con alguna habitación y no hay ninguna de 80 m2 (la superficie media de la vivienda en España).
Si se opta por vivir en pareja en una casa de esas dimensiones, apenas hay 300 ofertas por un importe de hasta 1.400 euros de alquiler mensual. Representan el 4,13% de la oferta disponible de vivienda en la capital en el portal inmobiliario.
Con los precios por metro cuadrado de los distritos más céntricos de la capital que refleja el portal inmobiliario, alquilar una casa de 80 m2 en Moncloa vale 1.456 euros al mes; Tetuán €; Chamartín 1.592 €; Chamberí 1.800 €; Arganzuela 1.528 €; Centro 1.864 €; Salamanca 1.880 €; y en Retiro 1.544 €.
En otros más alejados del centro como Vicálvaro se registra el precio medio más barato por m2 (13,2 euros), por lo que una vivienda tipo saldría por 1.056. En Carabanchel (14,6 euros), costaría 1.168 euros. Para bajar de ese umbral hay que acudir a localidades del extrarradio como Alcorcón o Torrejón donde cuesta 944 y 936 €/mes de media. Aunque tampoco sería suficiente con el salario medio para pagar la mensualidad sin destinar más del 33% del mismo.
En el caso de la ciudad de Barcelona, solo figuran siete ofertas de casas para alquilar por 700 euros al mes. Si se comparte la casa con otro inquilino o una pareja por 1.400 euros, apenas hay 64 ofertas de viviendas con dos habitaciones y una superficie de 80 m2. Buena parte de ellas, alejadas del centro y representan solo el 1,36% de la oferta de vivienda disponible en la ciudad condal.
En Nou Barris, el distrito más barato con el metro cuadrado a 15,5 euros de media, una vivienda costaría 1.240 euros. En localidades de la periferia como Tarrasa o Sabadell, el precio medio está ligeramente por encima de los 11 euros, por lo que una vivienda tipo costaría casi 900 euros.
En ciudades como Málaga, donde el precio del alquiler también registra fuertes tensiones, hay 26 ofertas de casas por ese importe. Solo dos tienen una ubicación céntrica y ninguna supera los 50 m2. Si se comparte piso por un máximo de 1.400 euros y dos habitaciones y 80 m2, figuran 238 casas disponibles para alquilar.
El porcentaje de los ingresos del hogar necesario para acceder a una vivienda creció hasta el 22% en el caso de la compra y hasta el 33% en el caso del alquiler durante el último año, según un estudio publicado Idealista basado en los datos del cuarto trimestre de 2023.
Según el mismo, en diez capitales el esfuerzo para alquilar una vivienda de dos habitaciones supera el 30% recomendado por los expertos. Barcelona es la que mayor porcentaje de los ingresos del hogar exige (44%), seguida por Palma (43%), Valencia (39%), Málaga (38%), Madrid (37%), Alicante (35%), así como en San Sebastián (33%), Las Palmas de Gran Canaria (32%), Bilbao (30%) y Segovia (30%).
Dificultades para comprar
En el caso de la compra, la subida de los tipos de interés es uno de los factores que junto al alza de los precios dificulta el acceso a la vivienda. Si se aplica un plazo de pago de 24 años (la media en España), un ahorro inicial aportado del 20% y un tipo de interés del 3,47%, el precio medio de la casa a la que podría aspirar un trabajador con el sueldo medio para no dedicar más del 30% de su salario a la hipoteca sería de 160.000 euros como máximo.
Los datos del portal Idealista reflejan que en Madrid apenas hay 106 casas de 80 m2 en buen estado y con dos habitaciones por ese precio. Salvo dos de ellas, el resto están en diferentes distritos del sur fuera de la M-30 como Latina, Usera, Villaverde, Vallecas o Carabanchel. En cambio, en localidades fuera del municipio como Fuenlabrada, hay 109 casas disponibles para comprar con esas mismas características.
En Barcelona, apenas hay 43 ofertas de viviendas con los citados parámetros. Y la mayoría se sitúan en las zonas más alejadas del centro de la ciudad, junto a localidades periféricas como L'Hospitalet de Llobregat o Santa Coloma de Gramanet.
En otras ciudades con tensión en los precios de la vivienda como Málaga, la oferta se reduce a 162 viviendas, la mayoría concentradas en zonas de las afueras donde hay pisos a partir de 35.00o euros. Según Idealista, son cinco las capitales que tienen tasas de esfuerzo superiores al 30% recomendado por los expertos: Palma (46%), San Sebastián (39%), Barcelona (33%), Málaga (33%) y Madrid (31%).
Zonas tensionadas
El Gobierno ha vuelto a recuperar el tema de la vivienda como uno de los ejes de su discurso político. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comenzó la semana anunciando la intención del Gobierno de suprimir la concesión de las denominadas golden visa, los visados especiales de residencia para aquellos extranjeros extracomunitarios que inviertan más de medio millón de euros en activos inmobiliarios en España.
Al margen de otras medidas en materia de vivienda aprobadas en el Consejo de Ministros del martes, Sánchez reunió en Moncloa dos días después a la mayoría de los actores del sector en un encuentro. Tras el mismo, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, apeló a los propietarios particulares para que pongan sus viviendas en el mercado del alquiler a precios asequibles ante una situación que calificó de "emergencia".
Tras anunciar medidas de flexibilización urbanística para impulsar la construcción de vivienda, la titular del ramo insistió en que son las Comunidades Autónomas las que deben tomar medidas para controlar los precios de los alquileres en aquellas zonas donde existe más tensión.
La ley de vivienda aprobada en la pasada legislatura, insistió, fija que son los Gobiernos regionales los que deben solicita la calificación de zonas tensionadas donde se puedan aplicar los controles de precios que prevé la norma.
Por otro lado, las patronales turísticas y los sindicatos de inquilinos llevan tiempo alertando del problema de las viviendas turísticas no reguladas. El Gobierno las dejó fuera de la ley de Vivienda y ahora tratará de abordar el asunto por otras vías. La ministra anunció que el próximo jueves habrá una reunión.
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