La amenaza de dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llega en un momento especialmente delicado en cuanto a operaciones corporativas se refiere. El Consejo de Ministros tiene sobre la mesa varios frentes abiertos que afectan a empresas de primer nivel como Naturgy, Telefónica, Vodafone o Talgo. Si Sánchez finalmente opta por presentar su renuncia como jefe del Ejecutivo, el Gobierno entrará automáticamente en funciones. Eso quiere decir que hasta que el Congreso dé su confianza a un nuevo presidente, se limitará a despachar los asuntos ordinarios y no podrá tomar ninguna decisión de calado salvo situación de emergencia.
La carta de Sánchez publicada el pasado miércoles fija este lunes como fecha tope en la que anunciará su decisión. De momento, todo es una incógnita. Si no dimite, podría someterse a una cuestión de confianza en la Cámara Baja. Un mecanismo constitucional para comprobar si mantiene apoyo parlamentario suficiente para seguir adelante con su labor de gobierno.
La convocatoria de elecciones generales no es una opción posible hasta el 31 de mayo, pues hace menos de un año que fueron disueltas las Cortes. Si se celebrasen nuevos comicios, las elecciones podrían ubicarse en las últimas semanas del mes de julio. Y la elección del nuevo Gobierno se demoraría aún más. Si no hay elecciones y Sánchez decide echarse a un lado, la cuestión es cuánto tiempo se tardaría en elegir un nuevo presidente. Con unas elecciones catalanas de por medio, el PSOE necesitaría volver a recabar los apoyos suficientes para formar un nuevo Ejecutivo con Sumar. Los comicios europeos del 9 de junio también están a la vuelta de la esquina. Todo el procedimiento, con la correspondiente ronda de consultas del Rey, y la elección de un nuevo candidato dentro del propio PSOE, podría demorarse semanas.
Semanas en las que las compañías antes citadas estarán en vilo. Por ejemplo, con la OPA húngara que planea sobre el fabricante ferroviario Talgo. El grupo Magyar Vagon quiere hacerse con la compañía vasca por 619 millones de euros (a 5 euros por acción). Aunque el Ejecutivo está intentando alentando una contraopa con una posible participación de CriteriaCaixa -el brazo inversor de La Caixa-. La compañía húngara ya ha presentado su oferta ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Aunque el organismo que preside Rodrigo Buenaventura la ha admitido a trámite, no autorizará la OPA sin un pronunciamiento en positivo por parte del Consejo de Ministros. De momento, la Junta de Inversores, dependiente del Ministerio de Economía, está analizando la operación. Moncloa tiene capacidad de veto al tratarse de una compañía estratégica y dirigirse la OPA sobre más del 10% del capital.
El Estado continúa su Operación Telefónica
La gran operación para el Estado es su participación en Telefónica. El Gobierno aspira a ser el máximo accionista de la compañía de telecomunicaciones. Tras varios meses a la espera de irrumpir en el capital social de la operadora, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) pisó el acelerador hace poco más de un mes adquiriendo su primer paquete.
A principios de abril, el brazo inversor del Estado acometió otra nueva compra sobrepasando el 5%. Este viernes, la Sepi comunicó su nueva posición, hasta el 6%, lo que le sitúa a cuatro décimas de poder tener su propio consejero en Telefónica. El anuncio de Sánchez, a falta de la decisión del líder del Ejecutivo, podría trastocar los planes del Estado ya que si finalmente convocara unas nuevas elecciones dejaría en el aire el papel del Gobierno en la operadora.
Para el actual Ejecutivo Telefónica es su prioridad y por eso quiere llegar al 10% anunciado en meses anteriores. El Gobierno quiere frenar el ímpetu de STC, que ostenta el 4,9% y aspira al 9,9%. Dicha operación también quedaría supeditada al pensamiento de Sánchez ya que el Consejo de Ministros ha de dar luz verde a que el grupo saudí escale hasta la cifra deseada.
Naturgy, otra empresa estratégica
Hace dos semanas se abrió un nuevo terremoto accionarial en Naturgy y, como no podía ser de otra manera, el Gobierno mira con lupa estos movimientos. CVC y GIP, dos de los principales accionistas de la compañía, pretenden marcharse del capital social y CriteriaCaixa ha buscado un socio de referencia para poder dar estabilidad a la institución. El Gobierno ha tomado nota de todo lo que está sucediendo y, tal y como adelantó este periódico, no descarta que irrumpa en el accionariado de la mayor gasista de España.
“Si Telefónica es importante, Naturgy es aún más”, señalaban fuentes gubernamentales a este periódico. Sea cual sea el devenir del futuro de la compañía, el Gobierno deberá debatir en consejo de ministros la posición adoptada. Por ahora, la incertidumbre en el accionariado de la cotizada del Ibex 35 es total ya que Taqa, eléctrica de Emiratos Árabes que pretende comprar acciones de la mano de Criteria, aún no ha concretado la adquisición.
El Gobierno, por tanto, deberá debatir si acudir al mercado para comprar acciones y calcar la estrategia de Telefónica o si, finalmente, deja entrar a Taqa con condiciones. Sea como sea deberá ser sometido a votación en el consejo de ministros y, si la decisión de Pedro Sánchez provoca retraso en los tiempos o si finalmente hay cambio de Ejecutivo, la historia de Naturgy podría cambiar.
Vodafone, a la espera del último paso
Zegona también está a la espera del veredicto de su compra en Vodafone. A priori, y salvo sorpresa mayúscula, el fondo de inversión británico adquirirá el 100% del negocio de la operadora en España. Ya ha recibido todos los plácets de los organismos pertinentes, pero está a la espera del Consejo de Ministros.
En un principio, debería haberse votado en marzo, pero la fusión de Orange y MásMóvil se demoró más de lo deseado y Zegona está a la espera de poder operar al 100% en España. Fuentes conocedoras de la situación recalcan a este periódico que ambas partes “están en negociaciones” ya que el Ejecutivo quiere poner una serie de condiciones para garantizar las inversiones del nuevo dueño del negocio en España.
Por tanto, si Sánchez decide convocar una moción de confianza o convocar elecciones, la entrada de Zegona en Vodafone se podría retrasar mucho más de lo que estaba previsto en un principio.
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