Ajustar o no ajustar los tramos del IRPF a la subida de salarios. Es la cuestión con la que la derecha viene presionando al Gobierno durante los últimos años sin que el Ejecutivo dé su brazo a torcer. Lo que se conoce como deflactación consistiría en ajustar el impuesto sobre la renta al IPC o al incremento salarial para que la inflación no se traduzca en más impuestos para los contribuyentes que cambien de tramo. Muchos expertos consideran la postura de Hacienda como un aumento de impuestos encubierto, pero el Ministerio de María Jesús Montero rechaza de plano esta postura, y considera que con las rebajas aprobadas los salarios más frecuentes ya se están ahorrando casi 900 euros al año.
En este contexto, la cuestión hasta el momento era qué parte del aumento de la recaudación que el Estado ha experimentado estos años estaba relacionada con la inflación y con no haber ajustado los tramos del impuesto sobre la renta. Y ha sido el Banco de España quien ha realizado el cálculo por primera vez. El supervisor estima que Hacienda ha ingresado 11.000 millones de euros entre 2019 y 2024 gracias a no haber indexado el IRPF al IPC. En concreto, el aumento de la recaudación por IRPF ha pasado en esos seis años de 86.000 a 124.000 millones de euros, un incremento de 38.000 millones. Si hubiese realizado el ajuste, el aumento habría sido de 27.000 millones de euros, de acuerdo con los números que los expertos del supervisor han realizado tras la presentación de los dos primeros capítulos de su informe anual.
Además, los mismos datos arrojan que el tipo medio efectivo del próximo año alcanzará el 15,3%, un 20% mayor al de 2019, si no se toman medidas para remediarlo. Hay otras dos maneras de verlo: por ejemplo, en términos de IRPF sobre PIB, el Banco estima que la ratio podría alcanzar el 9% en 2025 en el mismo supuesto, un 29% mayor que en 2019. Los economistas también calculan que del incremento observado en la recaudación por IRPF sobre PIB entre 2019 y 2023, de un 6,9 a un 8,5%, la mitad se explicaría por falta ajuste en tramos del impuesto.
"Estos resultados evidencian que la decisión de cómo y cuándo actualizar los parámetros fiscales tiene consecuencias tanto para la recaudación total como para su distribución por niveles de renta. Estas implicaciones se deben sopesar dentro del contexto actual de vulnerabilidad de las finanzas públicas y dadas las recomendaciones para un diseño eficiente de la imposición", advierte el supervisor, sin llegar a emitir ningún tipo de recomendación hacia el Gobierno.
A lo largo de los últimos años, los ingresos públicos han venido presentando un elevado dinamismo por el crecimiento de la recaudación, sobre todo de IRPF. El año pasado Hacienda recaudó casi 272.000 millones de euros, un 6,4% más que el año anterior, pero por IRPF ingresó 120.280 millones, casi un 10% más. El Banco explica que estos datos tienen que ver con que hay más trabajadores y pensionistas en el sistema, pero también por el crecimiento de los salarios, las prestaciones sociales y otras rentas.
Es aquí donde entra lo que se conoce como "progresividad en frío", por la que los tipos medios pueden subir tan solo a raíz del crecimiento de los salarios y otras rentas cuando los parámetros que rigen ese impuesto no se actualizan al mismo ritmo al que crecen esos salarios. "Provoca que ante incrementos de la renta en un determinado porcentaje la cuota tributaria aumente en un porcentaje aún mayor", recoge el capítulo dos del informe anual del Banco.
En esta ocasión, el Banco no ahonda en los efectos que puede tener sobre la economía este "no ajuste" de los tramos del impuesto sobre la renta, puesto que publicará un documento al respecto en los próximos días. Pero sí explica qué provoca este aumento de la recaudación, y al contrario de lo que pudiera parecer, solo el 40% está relacionado con el salto de tramo que se produce cuando los individuos ven subir su salario para ajustarlo a la inflación. El 60% restante se explica por la pérdida de los beneficios fiscales, que están sujetos a cuantías fijas o a límites que tampoco se han ajustado.
Con todo esto, ¿debe el Gobierno ajustar el IRPF a la inflación? ¿Es lo que recomienda el Banco de España? La respuesta es que por el momento el supervisor prefiere no dar una opinión, aunque en su informe sí desliza que los efectos de esta progresividad provoca una reducción de la desigualdad. "Dado que el IRPF tiene un diseño progresivo, mayores tipos medios a lo largo de la distribución suponen mayor redistribución. En concreto, tanto el índice de Gini como la ratio 90:10 de la renta después de impuestos indican una distribución menos desigual cuando las rentas se incrementan de manera homogénea y la normativa fiscal no cambia. No obstante, cabe señalar que, si bien la capacidad redistributiva del impuesto se ve incrementada, su progresividad, esto es, la diferencia entre los tipos medios efectivos de rentas altas y bajas, disminuye ligeramente".
Un incremento del 1% de la renta aumenta los impuestos casi el doble
Los resultados obtenidos por el Banco también recogen que por cada 1% de aumento de la renta de los hogares, la recaudación total aumenta un 1,85%, es decir, casi el doble. "Por ejemplo, para un declarante con una renta de 33.700 euros y una cuota tributaria igual a 5.472 euros, un incremento de su renta del 1% (337 euros) supondría un incremento de su cuota de alrededor de 101 euros (un incremento del 1,85%)".
Es lo que se conoce como elasticidad y es mayor para las rentas más altas y más cercano al cero para las más bajas, aunque hay que tener en cuenta que estos cálculos no tienen en cuenta las rebajas de IRPF que el Gobierno aprobó hace dos años para las rentas más bajas. Por otro lado, también es preciso apuntar que esta elasticidad está en línea con la la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según el supervisor.
Recomendaciones
De momento, el Banco prefiere no posicionarse a favor o en contra de la deflactación del impuesto sobre la renta, previsiblemente, a la espera de publicar el documento completo al respecto. Lo que sí ha aportado el director de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, en la presentación del informe es que España debería atenerse a las recomendaciones que un sinfín de organismos internacionales han emitido, relacionadas con subir el IVA y los impuestos medioambientales para aumentar la recaudación y acercarse a los estándares europeos. "Es lo que sería coherente con los países de nuestro entorno", ha comentado Gavilán.
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