BBVA ya ha solicitado autorización al BCE para lanzar la OPA de carácter hostil sobre Banco Sabadell, de tal forma que ya ha completado todas las solicitudes que necesita para realizar la operación.
El viernes 24 de mayo la entidad presidida por Carlos Torres solicitaba autorización para lanzar la OPA a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que revisará que la información que se proporcione a los accionistas sea acorde a la legislación vigente. El siguiente viernes, 31 de mayo, hacía lo propio con la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), que revisará que el nivel de concentración que resulte de la entidad resultante garantice la competencia en el sector bancario.
Por su parte, el BCE, que a pesar de haber sido el último al que BBVA ha remitido su solicitud será el primero en dar, o no, su 'visto bueno' a la operación, revisará la solvencia y sostenibilidad del modelo de negocio del banco fusionado.
"Los supervisores analizarán la viabilidad y sostenibilidad del acuerdo alcanzado a fin de asegurar que el grupo bancario resultante pueda cumplir continuamente todos los requerimientos prudenciales en los próximos años. Con este objetivo, los supervisores examinan el modelo de negocio de la entidad que resultará de la operación", explica la institución que preside Christine Lagarde en su página web.
En concreto, el BCE examinará si el proyecto presentado por BBVA tiene los niveles de capital y liquidez adecuados y si podrá mantenerlos a lo largo del tiempo. También analizará el modelo de gobernanza y la capacidad para generar beneficios.
"En síntesis, el BCE estudia el plan de negocio, las proyecciones consideradas en dicho plan y su credibilidad (incluido el riesgo de ejecución y una comparación con entidades similares) y evalúa si la entidad resultante puede asegurar el cumplimiento continuado de todos los requerimientos y colchones", prosigue el BCE.
El BCE defiende, tal y como afirma en su web, que la consolidación bancaria "puede contribuir a eliminar el exceso de capacidad, mejorar la eficiencia de costes y promover modelos de negocio más adaptados y creíbles".
"La consolidación transfronteriza también podría favorecer la diversificación de los riesgos y contribuir a la integración de los mercados financieros, que es un importante objetivo de la unión bancaria. No obstante, no corresponde al BCE promover (o impedir) activamente ninguna forma de consolidación. Como autoridad supervisora, el BCE debe mantener una posición neutral y evaluar los planes que presenten las entidades conforme a criterios puramente técnicos", señala al respecto.
Una vez se pronuncie el BCE, o no se oponga a la OPA, la CNMV ya podría aprobar la operación y permitir a BBVA que abra el periodo de aceptación, que podría extenderse de 15 a 70 días. La ley que rige estas operaciones contempla la posibilidad de ampliar la operación en caso de "resultar necesario".
BBVA estimaba en mayo, cuando anunció la OPA, que todo el proceso hasta obtener todas las autorizaciones llevaría entre seis y ocho meses y que la CNMC tardía entre cinco y seis meses.
Más allá de las autorizaciones de BCE, CNMV y CNMC, BBVA ya ha notificado la operación a los supervisores en Reino Unido, Francia y Marruecos, por TSB, filial británica de Sabadell, y las oficinas que la entidad tiene en París y Casablanca.
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