La reciente disolución de la Asamblea Nacional (AN) en Francia, motivada por la victoria de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) en las elecciones europeas, ha desencadenado un clima de incertidumbre en el país. Francia se encuentra en una encrucijada política y económica, con un panorama presupuestario sombrío. La degradación de la deuda pública refleja la seriedad de la situación.

Este domingo, el presidente francés, Emmanuel Macron, reaccionó a la arrolladora victoria de RN en las europeas con la convocatoria de elecciones legislativas el 30 de junio y el 7 de julio, antes de los Juegos Olímpicos. Macron llamó la atención sobre el avance de las fuerzas antieuropeístas, RN pero también Reconquista!, que presentaba en sus listas a la sobrina de Marien Le Pen, Marion Maréchal. Juntas suman más del 35% del voto de los franceses. En este contexto, Macron ha dicho que se necesita una clarificación y por ello ha pedido a los franceses que elijan una nueva Asamblea Nacional.

La decisión de Macron ha intensificado las preocupaciones sobre la estabilidad política. "Al provocar de manera inesperada una nueva elección parlamentaria, Macron espera tal vez relanzar su partido", señala Holger Schmieding, economista en jefe de Berenberg Bank, en una evaluación difundida el fin de semana. Sin embargo, subraya que "a menos que haya un cambio importante de sentimiento, su partido [Renaissance o Renacimiento] debería sufrir una dura derrota en las elecciones legislativas".

Reacción negativa en los mercados financieros

El anuncio de las elecciones anticipadas ha provocado reacciones negativas en los mercados financieros, como la caída del CAC 40 en un 2,37% este lunes. Esta respuesta subraya la fragilidad del entorno económico actual y la sensibilidad de los inversores a los cambios políticos.

La economía tiene un impacto en las elecciones (...) pero las elecciones rara vez tienen un impacto en la economía"

JEAN-MARC DANIEL, ECONOMISTA FRANCÉS

"La economía tiene un impacto en las elecciones (…) pero las elecciones rara vez tienen un impacto en la economía", afirma el economista francés Jean-Marc Daniel. Esta idea, que pareciera ser contradictoria ante los síntomas actuales de interdependencia entre la política y la economía, se inscribe en la tradición de pensamiento que sugiere que las elecciones tienen un impacto limitado en la salud económica nacional.

Sin embargo, la magnitud de la incertidumbre política actual sugiere lo contrario. El aumento en los tipos de interés reflejan una pérdida de confianza en la estabilidad económica futura de Francia y podrían suponer un revés a la tendencia del país.

Sobre este aspecto, el desafío más inmediato es la refinanciación de la deuda pública. Stéphano Ugolini, experto en economía del IEP SciencesPo-Toulouse, destaca que la degradación de las obligaciones francesas por parte de las agencias de calificación aún no había afectado los tipos de interés a los que el gobierno obtiene préstamos.

La inestabilidad política y la posibilidad de que futuros gobiernos no se comprometan a la disciplina fiscal podrían enfriar la demanda de bonos franceses. "Este enfriamiento podría tener repercusiones significativas en la capacidad del gobierno para financiar sus necesidades a corto y largo plazo", menciona Ugolini.

El costoso programa económico de RN

Los inversores internacionales, que son los principales tenedores de la deuda francesa, han expresado también una creciente preocupación por sus inversiones, que acaparan la principal parte de la deuda pública del país. La posibilidad de un gobierno liderado por el RN es una fuente de ansiedad significativa para los mercados financieros.

El programa económico y fiscal del partido de ultraderecha, que incluye medidas como la exención del impuesto sobre la renta para menores de 30 años, el regreso del impuesto sobre la riqueza, la jubilación a los 60 años para quienes comenzaron a trabajar antes de los 20, y el lanzamiento de un gran préstamo nacional, plantea serias dudas sobre la sostenibilidad fiscal. Además de ello, según el Instituto Montaigne, estas medidas respectivas a la evolución del Frente Nacional podrían costar más de 100.000 millones de euros a las finanzas públicas, lo que exacerbaría los déficits y aumentando la carga de la deuda.