La venta de coches eléctricos no despega. Pese a las ayudas públicas millonarias, el mercado no responde e incluso su cuota sobre el total de ventas retrocede. Y la patronal de fabricantes Anfac ha estallado con la dimisión de su presidente, el también presidente de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, que acusa al Gobierno de Pedro Sánchez de no hacer nada para poner remedio a la situación. Aunque la comercialización de turismos crece, las ventas de electrificados (eléctricos puros e híbridos enchufables) cayeron en mayo un 11,9% frente al mismo mes del año anterior.

Sobre el total de coches que se vendieron en España en mayo, los electrificados solo representan el 9,65%. Y eso supone dos puntos porcentuales menos de cuota que hace un año. Desde enero suben las ventas un 3,5% (con 45.154 unidades), pero han pasado de una cuota del 10,79% a un 10,45%.

Si se amplia el foco a todo tipo de vehículos y no solo a los turismos, las ventas de electrificados (turismos, cuadriciclos, vehículos comerciales e industriales y autobuses) también cayeron un 9,5% en mayo, hasta las 10.084 unidades. Si hace un año representaban un 10,43% del total, ahora apenas suponen un 8,85% de la tarta. Y aunque se vendieron un 1,2% más de unidades hasta mayo, tienen un 0,7% menos de cuota de mercado (9,48%) que hace doce meses.

España está "muy lejos del ritmo de ventas que se debería estar logrando para alcanzar el objetivo de 280.000 unidades en 2024 y necesarias para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones", decía hace unos días José López-Tafall, director general de Anfac. "Una vez más insistimos hay una amplia oferta de vehículos electrificados, pero oferta sin demanda es una ficción", añadía.

Las 58 marcas representadas por la asociación han querido mostrar su apoyo unánime a la decisión de Griffiths con una carta en la que recuerdan que el sector está inmerso en un proceso de transformación industrial y social hacia el vehículo electrificado y descarbonizado "que está requiriendo un importante esfuerzo inversor, de desarrollo tecnológico y comercial para cumplir con las altas exigencias de reducción de emisiones marcadas desde Europa".

Incertidumbre por las ayudas

Las marcas denuncian que los planes de ayuda a la compra están llegando a su fin, por lo que se estaría generando una sensación de incertidumbre adicional al consumidor. El denominado Mitma Moves que financiaba la compra de vehículos industriales y autobuses de bajas y cero emisiones terminó el pasado 30 de abril. "Desde esa fecha los transportistas españoles no tienen ningún apoyo para descarbonizar sus flotas", se quejan los fabricantes.

Por otro lado, el plan Moves III para la compra de turismos y vehículos comerciales electrificados termina el próximo 31 de julio. Las marcas alertan de que "sus fondos están prácticamente agotados en la mayoría de las Comunidades Autónomas", lo que generando más incertidumbre a los clientes, que tienen que adelantar el dinero y esperar hasta dos años para recibir el pago de la ayuda estatal de hasta 7.000 euros que gestionan los gobiernos autonómicos.

Este plan depende del Ministerio para la Transición Ecológica que dirige la vicepresidenta tercera del Gobierno y candidata electa del PSOE a las recientes elecciones europeas, Teresa Ribera. Pero a las dificultades burocráticas que arrastra desde su implantación se le suma también la incertidumbre ante la falta de Presupuestos Generales del Estado (PGE). Así que la posibilidad de una prórroga en lugar de un nuevo plan podría estar sobre la mesa.

En lugar de eso, la patronal propuso al Gobierno un sistema de ayudas directas a la compra de vehículos electrificados e incentivos a las empresas para cumplir los objetivos de descarbonización. "No hemos tenido respuesta", sentencian las marcas en su misiva. Aunque el Ejecutivo se comprometió en febrero a modificar los planes de ayuda al usuario, "tras cuatro meses no tenemos noticia alguna al respecto", insisten.

Y todo esto se produce dentro de un contexto de enorme competencia a nivel mundial, con los fabricantes chinos inundando en el mercado europeo con modelos más baratos subvencionados por el Gobierno asiático. Ahora, la Comisión Europea pretende empezar a gravar con aranceles para evitar una distorsión del mercado.

Infraestructura de recarga insuficiente

El otro gran caballo de batalla del sector es la falta de una infraestructura de recarga suficiente para hacer del coche eléctrico un medio de transporte fiable para los consumidores. Y eso también depende del departamento que dirige Ribera.

"La política de desarrollo de la red de infraestructura de recarga pública sigue siendo inadecuada para alcanzar los objetivos de cobertura que se exigen al sector por la normativa europea y española", sentencian los fabricantes. Y todo este panorama, añaden, provoca una sensación de desconfianza por parte de los consumidores que le lleva a retrasar su decisión de compra.

Perte VEC

Frente a eso, los fabricantes sí se han beneficiado de las ayudas millonarias de las sucesivas convocatorias del PERTE para el desarrollo del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). El programa que gestiona el Ministerio de Industria va por su tercera edición. Y aunque la primera convocatoria apenas repartió un 30% de las ayudas previstas, en las siguientes sí han conseguido adjudicar los fondos solicitados por las marcas.

Este plan estratégico del departamento que ahora dirige Jordi Hereu se ciñe a la parte industrial; es decir, a la adaptación de las fábricas y a la puesta en marcha de instalaciones para producir, por ejemplo, las baterías de los vehículos.

Sin embargo, el Gobierno no ha dado con la tecla para que la comercialización de este tipo de coches logre levantar el vuelo mientras asiste a crisis en el sector de la automoción como la decisión de Ford de aplicar un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en la factoría de Almussafes (Valencia) para 1.622 trabajadores.