Francia celebra sus elecciones legislativas el 30 de junio y, en segunda vuelta, el 7 de julio. Los comicios se adelantaron por parte del primer ministro Emmanuelle Macron ante los resultados de las elecciones europeas, que confirmaron un declive de los liberales y el auge de la ultraderecha. Ahora, además de una crisis política, el próximo gobierno francés tiene otro reto: devolver a los inversores la confianza en las finanzas del país.
Con un déficit que superará el 5% durante los próximos dos años y una deuda pública que la Comisión Europea prevé que siga creciendo por encima del 110% del PIB, Francia tendrá que recuperar la senda de la estabilidad para cumplir con Bruselas, a la vez que responde a las demandas sociales del país.
Ha sido tradicionalmente una de las economías más fuertes del euro, pero la pandemia y la crisis energética lastraron la situación macroeconómica de Francia y las perspectivas son peores que las que tiene España, por ejemplo. De hecho, la Comisión Europea ha abierto un procedimiento por déficit excesivo para el país que dirige Macron, mientras que España ha escapado de ese castigo. En otoño, el gobierno que salga de las urnas tendrá que diseñar un plan fiscal y presentarlo ante Bruselas en el que se comprometa a rebajar el déficit y a reconducir la senda fiscal.
El adelanto electoral ha provocado incertidumbre en la sociedad y en la economía, a la espera de conocer a quién prefieren los franceses para que su datos macroeconómicos recuperen la fortaleza a los que estaban acostumbrados. “A los mercados no les gusta la incertidumbre y la apuesta electoral del presidente francés Macron ha provocado un nervioso comienzo del verano”, advierte Alex Everett, director de Inversiones de abrdn.
“Incluso si los centristas franceses sorprenden con unos resultados mejores de lo esperado, Macron ha abierto la caja de Pandora"
Everett considera que independientemente del resultado que arrojen las urnas, los mercados seguirán alterados durante un tiempo: “Incluso si los centristas franceses sorprenden con unos resultados mejores de lo esperado, Macron ha abierto la caja de Pandora, y es poco probable que los diferenciales vuelvan a reducirse hasta sus recientes mínimos”. También alerta de inestabilidad en los mercados Alejandro Vidal, Head Investment Manager de Deutsche Bank España, que considera que “el comportamiento del mercado de valores seguirá siendo atractivo, si bien las cuestiones geopolíticas y las elecciones en Francia y EEUU podrían causar volatilidad a corto plazo”.
“Desde hace una semana, se está acumulando una prima de riesgo europea. Si el próximo gobierno francés pone en marcha una agenda basada en el estímulo - lo que parece bastante improbable pero posible - se encontrará sin duda con trastornos similares a los experimentados por el gobierno de Liz Truss. Si simplemente "deja en suspenso" la reducción de los déficits públicos, la crisis podrá evitarse por los pelos, pero los diferenciales soberanos seguirán fluctuando nerviosamente en función de cómo respondan las autoridades europeas y las agencias de calificación crediticia”, advierte Benjamin Melman, CIO de Edmond de Rothschild AM.
Los tres analistas consideran que el escenario a corto plazo será muy complicado independientemente de quién gane las elecciones en Francia y tenga que reconducir la situación económica. Y el motivo no es otro que el hecho de que “tiene que empezar a tomar algunas decisiones fiscales difíciles”, como reconocen desde aberdn. Además, advierten que la polarización puede empeorar la situación: “La formación de una coalición desordenada va a obstaculizar gravemente este proceso (de reducción del déficit”, indican desde aberdn y coinciden desde Generali Investments.
Pedro del Pozo, responsable de inversiones de Mutualidad, sí cree que hay un escenario peor que los demás para la economía francesa y es “la posibilidad de un parlamento abiertamente euroescéptico en Francia”. Algo que generaría “numerosas dudas en el mercado”. Del Pozo añade que “los bonos franceses en los últimos días están cotizando a niveles similares a los españoles e incluso más rentables que los portugueses, lo cual no parece lógico al comparar estas economías”.
¿Es un problema francés o europeo?
Esta volatilidad unida a un déficit público alto crea diferentes opiniones sobre si el problema financiero de Francia es también europeo. Por un lado, algunos analistas consideran que, pese a ser una situación compleja en la segunda economía del euro, la volatilidad y el desajuste presupuestario franceses no se contagiarán al resto de Europa. “En nuestra opinión, esto seguirá siendo un problema específico de Francia. Los temores a una implosión de la Eurozona son exagerados”, indica el director de inversiones de abrdn.
Sin embargo, desde Renta 4 creen que “lo que pase en Francia no se va a quedar en Francia, porque la situación de Francia no es única, hay otros países europeos en similar posición, aunque es verdad que Francia es, en porcentaje, el país que más gasto público tiene sobre el PIB (57% frente al 46%, por ejemplo, de España). El tiempo dirá si la inquietud sobre Francia se va diluyendo o no y si finalmente hay o no contagio a otros países europeos”.
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