El acceso a la vivienda es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad española. El encarecimiento de los alquileres por la falta de oferta es una de las causas. Además de ello, los expertos y empresarios encuestados por PwC consideran que la legislación es inadecuada y la solución aboga por combatir la burocracia, agilizando las licencias urbanísticas, y aumentar el volumen de suelo edificable. Así se desprende del Consenso Económico y Empresarial, correspondiente al segundo trimestre de 2024, que elabora PwC desde 1999, a partir de la opinión de un panel de 450 directivos. El informe está dedicado, en esta ocasión, a analizar El problema de acceso a la vivienda en España. 

El conjunto de expertos, directivos y empresarios coinciden en señalar que el principal problema del alto coste de la vivienda en España es la falta de oferta (77%), seguida por la legislación inadecuada (48%) y por la especulación inmobiliaria (23%).  Una situación ante la que los encuestados apuestan mayoritariamente por agilizar la concesión de licencias urbanísticas (70%), incrementar el volumen de suelo edificable (61%) e impulsar la rehabilitación de vivienda (56%). En consecuencia, consideran que la Ley de Vivienda no ha tenido el resultado esperado y  que el suelo disponible continúa estando excesivamente protegido.

Cuando se les pregunta a los panelistas sobre las iniciativas concretas que debería tomar el legislador  para solucionar la falta de viviendas, el 72% se inclinan por fomentar la colaboración público-privada para la promoción del alquiler, el 64% por impulsar la oferta de alquiler social y el 62% por redactar una nueva Ley del Suelo que mejore la gestión de los procesos administrativos. La escasez de vivienda es un problema tan grave y su  construcción un proceso tan lento, por encima de los dos años, que la colaboración entre las Administraciones y los promotores privados parece la solución más eficiente. 

¿Es mejor desregular el sector para que las leyes ajusten la oferta y la demanda? El 55% de los expertos y directivos apuestan por una mayor liberalización del mercado inmobiliario, que pasaría por eliminar los topes a los alquileres, poner más suelo en el mercado y, en menor medida, elevar la edificabilidad de los edificios. Los que opinan que es mejor una política intervencionista (35%) piden mayoritariamente que el Estado centralice toda la normativa del suelo, dado que se trata de un problema nacional, y, entre estos, sólo el 13% piensa que la legislación debería quedarse como hasta ahora.

Respecto al impacto que tienen las inversiones extranjeras en el mercado inmobiliario, el 51% de los encuestados indican que “incrementan el precio de las viviendas, y cuando se les interroga por la causas de la falta de vivienda en alquiler, el 93% señala al uso turístico de las viviendas, aunque acotan el problema a los centros de las capitales turísticas.   

Por último, la encuesta aborda si la banca ha cerrado el grifo de los préstamos a los promotores para reforzar sus criterios de riesgos. Entre tres posibles respuestas -mucho, bastante o nada-, el 58% ha asegurado que bastante. Si bien la banca sostiene que lo ha realizado aplicando criterios razonables frente a la época previa a la ultima gran crisis financiera. 

 ¿Cuál será la evolución del consumo y de la compra de vivienda? El 72% espera que el consumo permanezca estable en los próximos seis meses y el 21% que se incremente, 17 puntos más que a finales del año pasado.  En el capítulo de la vivienda, un 59% indica que la demanda seguirá igual y un 28% que aumentará. Lo más significativo del panel de respuestas es que en noviembre de 2023, el 75% pensaba que caería la compra de vivienda, tasa que ahora baja hasta el 13%.  A finales del año pasado, los tipos ya estaban subiendo y la percepción era que provocarían una frenazo en el mercado inmobiliario (y en la economía), algo que no ha ocurrido. La adquisición de vivienda con ahorros propios ha subido a cotas no conocidas anteriormente; ahora, además, los tipos de interés han comenzado a bajar y se esperan dos descensos más en este año.

Situación económica

El Consenso Económico y Empresarial, correspondiente al segundo trimestre de 2024, muestra que la economía española parece haber encarrilado una senda positiva de crecimiento, que se prolongará hasta 2025. Para 2024, el 50% de los panelistas esperan que el PIB se sitúe entre el 2% y el 2,5%. Cinco veces más que los que respondieron así en nuestro informe de marzo pasado. El optimismo se mantiene cuando se pregunta por 2025: el 51% confía que el incremento de la actividad se mantenga en esta franja y el 37%  apuesta situarla entre el 1,5% al 2%. Ambas respuestas colocarían a España entre las grandes economías europeas con mayor crecimiento en 2025.