Las elecciones legislativas en Francia han desatado un torbellino de incertidumbre financiera y política. La disolución de la Asamblea Nacional por Emmanuel Macron impactó negativamente en las tasas de interés francesas, haciéndolas divergir de las alemanas, consideradas como referencia en Europa. La deuda pública parecía insostenible y las propuestas de los partidos no resultaban convincentes para los inversores, que durante las últimas semanas han retirado su apoyo financiero al Estado francés, mientras la bolsa experimentaba caídas vertiginosas.
Pero tras la primera vuelta electoral, con una victoria de la ultraderecha que puede ser insuficiente para gobernar, y los movimientos de los demás partidos para evitarlo, los mercados parecen empezar a levantar cabeza y los inversores vuelven a confiar en el hexágono.
Una inyección de 10.500 millones
Este jueves, a tan solo tres días para la segunda vuelta electoral del 7 de julio, la Agencia Francesa del Tesoro (AFT) ha llevado a cabo una operación financiera notable. Francia ha logrado captar, contra todo pronóstico, 10.500 millones de euros en los mercados financieros mediante la emisión de cuatro tipos de bonos del Tesoro (OATs).
El primero de estos bonos ha sido a 10 años con una tasa fija del 3,23%, captando 3.600 millones de euros. El segundo, a 15 años, con una tasa fija del 3,50%, ha permitió recaudar 2.500 millones de euros. El tercero, a 30 años y una tasa del 3,75%, obtuvo 2.000 mil millones de euros. Finalmente, el bono a 50 años, con una tasa del 4%, recaudó 2.400 millones de euros.
“La rentabilidad siempre atrae a los inversores, es un dato que no cambia”
FRANÇOIS RIMEU, Jefe de estrategia del banco Crédit Mutuel
Los inversores, desafiando la incertidumbre electoral, mostraron una demanda que duplicó la oferta para cada uno de estos préstamos. Esto demuestra que, a pesar del contexto político, el atractivo de los rendimientos ofrecidos sigue siendo un imán para los inversores.
El mercado de financiación pública
Las Obligaciones Asimilables del Tesoro (OATs) son un pilar fundamental para la financiación del Estado francés. Emitidas a medio y largo plazo, estas herramientas financieras permiten al gobierno obtener los fondos necesarios para cubrir su déficit presupuestario y refinanciar deuda anterior que está por vencer.
En 2024, Francia necesitará recaudar al menos 285.000 millones de euros con este propósito. El mercado de bonos, donde los inversionistas intercambian títulos de deuda ya emitidos, juega un papel crucial en determinar las tasas de interés a las que Francia puede emitir nuevos préstamos.
La esperanza de un gobierno sin Le Pen
La exitosa emisión de deuda por parte de Francia es un indicio de que, a pesar de la turbulencia política, la resiliencia financiera del país sigue atrayendo a los inversores. La posibilidad de que la Agrupación Nacional (RN por sus siglas en francés) de Marine Le Pen no logre una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional ha contribuido a calmar los ánimos en los mercados.
Francia ha demostrado su capacidad para navegar en aguas turbulentas. A la espera de los resultados del 7 de julio, el apoyo de los inversores ha reafirmando la solidez de su sistema financiero.
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