José Luis Escrivá, ministro de Transformación Digital y Función Pública, es el nombre que el Gobierno ha puesto encima de la mesa para que sea el nuevo gobernador del Banco de España. De hacerse efectivo este nombramiento, llegaría al supervisor un ministro que se ha enfrentado en numerosas ocasiones al exgobernador Pablo Hernández de Cos. Escrivá ha criticado en numerosas ocasiones la metodología que usa el Banco de España para realizar sus informes.

La institución ha mostrado su malestar en los informes sobre algunas políticas económicas del Gobierno. Unos informes que han hecho que el todavía ministro haya arremetido con dureza contra el Banco de España. Incluso en los últimos meses ha planeado realizar una labor más estrecha de supervisión macroeconómica. 

La crítica más dura de Escrivá contra el organismo fue por el informe de la reforma de las pensiones. En ese momento, era ministro de la Seguridad Social y acusó al Banco de España de realizar un análisis “poco sofisticado”. La entidad calificó la reforma de las pensiones del Gobierno de "insuficiente para garantizar su sostenibilidad". Hernández de Cos cuestionaba que la subida de las pensiones se ligara al IPC.

La discusión fue más allá, ya que el ministro Escrivá llamó al entonces gobernador para comer junto e intentar hablar tranquilamente sobre el informe y la reforma de las pensiones. La comida, que se celebró en el Banco de España, fue bronca y el ministro acusó a la institución de hacer boicot al Gobierno.

Sin embargo, hay que destacar que Hernández de Cos firmaba todos los informes del Banco de España, pero no los hacía él, sino el equipo técnico del supervisor. Por ello, hay que tener en cuenta que si Escrivá llega a ser gobernador, trabajará en un lugar en el que se utiliza una metodología que no comparte. 

Esta propuesta no gusta al PP, con quien tienen que negociar para llegar a un acuerdo, por un pacto no escrito de que la renovación de los cargos del gobernador y subgobernador del Banco de España se acuerden entre el PSOE y el PP, de tal manera que el partido en el Gobierno nombra al gobernador y el partido de la oposición propone al subgobernador.

Los populares han roto las negociaciones. El hecho de que Escrivá sea ministro no se ve con buenos ojos en el principal partido de la oposición, máxime cuando se votó este mismo jueves la Ley del Ministerio Fiscal en la que uno de sus puntos es que no pueda ser fiscal general del Estado quien no haya estado los cinco años anteriores fuera de la política. 

La llegada de Escrivá pone en entredicho la independencia a la hora de analizar las políticas del Gobierno. Podrá evaluar de manera imparcial algunas reformas o medidas correctoras que se tendrán que poner en marcha a partir de ahora, como por ejemplo, del exceso de déficit en la Seguridad Social. 

A pesar de que desde el Gobierno no se ha confirmado la propuesta de Escrivá, Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo, puso en valor la "experiencia acreditada en materia de política monetaria". Para Sánchez, "lo importante" es que la persona que se proponga para el puesto de gobernador del Banco de España "cumpla con los requisitos y la cualificación" para un puesto de estas características "en un contexto de tanta incertidumbre económica y geopolítica para los próximos tres años".

Así, Sánchez ha apuntado que Escrivá fue presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) y después estuvo al frente del Ministerio de Seguridad Social donde, entre los méritos que defiende Sánchez, "ha reconstruido el Pacto de Toledo". "Y, fundamentalmente, si uno mira su currículum, creo que hay pocas personas en España que tengan el conocimiento de política monetaria que tiene José Luis Escrivá", reiteró el presidente del Gobierno.

Sánchez insistió en que las negociaciones abiertas con el PP para la renovación de la Junta Electoral Central, la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia y también el Banco de España. "Por tanto, se impone una cierta discreción por parte de los negociadores", apuntó en su rueda de prensa en Washington.