Uno de los factores que apunta el Gobierno de España como importante para el crecimiento de la economía es el consumo nacional. Y no va desencaminado, ya que la tasa de ahorro de los hogares españoles se sitúa en máximos no observados desde la pandemia del coronavirus. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en términos desestacionalizados, la tasa de ahorro de las familias españolas se sitúa en el 14,2%, máximos desde el tercer trimestre de 2021.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también apunta a “las elevadas” tasas de ahorro de los hogares como uno de los puntos que permitirán sostener ritmos de crecimiento elevados a corto plazo. Sin embargo, el organismo alerta de que esos ahorros se están viendo, sobre todo, en los hogares con población más mayor y con mayor renta. Según los datos que comparten en su informe sobre la ejecución presupuestaria de 2024, la población de más de 50 años son los que están ahorrando frente al colectivo de entre 16 y 49 años. También señalan que el tercer y cuarto decil de las rentas más altas ahorran mucho más que el primero y el segundo.

El escenario del Gobierno incorpora un comportamiento expansivo del gasto de las familias impulsado, según el Gobierno, por el incremento de la población activa y el empleo y por las ganancias de productividad que permitirán una mejora del poder adquisitivo de los salarios. La AIReF considera que también existen riesgos en torno a este escenario ya que, si bien es cierto que la situación financiera de las familias es favorable, con reducidos niveles de deuda y altas tasas de ahorro, de acuerdo con sus estimaciones gran parte de ese ahorro se concentra en individuos de mayor edad y niveles de renta, con menor propensión al consumo. La demanda de viviendas, que tiene un menor peso en el patrón de compra de estos individuos, también podría verse afectada.

Tal y como explican desde la AIReF, esta composición del ahorro puede tener implicaciones a la hora de proyectar el crecimiento esperado del consumo privado y también su composición. Respecto a la intensidad, “en la medida en que el ahorro se concentra en los individuos de mayor edad y mayores niveles de renta que, en general, presentan menor propensión a consumir, las altas tasas de ahorro podrían ser compatibles con el mantenimiento de una trayectoria moderada del consumo privado en los próximos trimestres”. 

En lo que respecta a la composición, el perfil de consumo de hogares con mayor edad o con un nivel de ingresos más alto difiere al del hogar mediano. Por ejemplo, los hogares de mayor edad dedican una mayor parte de su renta al consumo de alimentos y una menor proporción a la restauración y la utilización y adquisición de vehículos, explicó Esther Gordo,Directora de la División de Análisis Económico, durante la presentación del Informe de Ejecución Presupuestaria de 2024. Por niveles de renta, el porcentaje de renta que destinan a los servicios de transporte es mayor conforme más alta sea su posición en la distribución de la renta.

Habitualmente se recurre a la hipótesis del ciclo vital para explicar los patrones de consumo y ahorro individual. Esta hipótesis indica que a partir de la edad de jubilación la renta de los individuos disminuye mientras que su patrón de consumo se mantiene constante. Por ello, según esta hipótesis cabría esperar cierto desahorro en las cohortes a partir de 65 años. Sin embargo, los datos de ahorro de los hogares de distintas economías avanzadas (Japón, Reino Unido, Australia, Alemania y Corea del Sur) muestran que desde la pandemia las tasas de ahorro de los hogares de mayor edad han aumentado. “Este también sería el caso de España, donde el incremento de ahorro podría estar concentrándose en hogares más envejecidos y con rentas más altas”, apuntan en el informe. 

No obstante, a pesar de este aviso de la AIReF, el Gobierno no solo se basa en el mayor consumo nacional para hacer sus previsiones de crecimiento (2,4% este año, 2,2% para 2025 y 2% para 2026 y 2027) sino también en la relajación esperada de las condiciones de financiación de la economía y el buen comportamiento del mercado de trabajo. Todos estos elementos permitirán sostener ritmos de crecimiento elevados a corto plazo, aunque inferiores a los registrados en el primer trimestre de 2024 (0,8%), según la autoridad fiscal.

La AIReF valora también el Informe de Situación Económica del Gobierno en el que se incorpora un escenario macroeconómico para los años 2024-2027, que previsiblemente servirá de base para la elaboración del plan fiscal estructural. El escenario macroeconómico del Gobierno proyecta un crecimiento del PIB real del 2,4% en 2024, misma tasa que la AIReF, y del 2,2% en 2025, por encima del avance del 1,9% previsto por la AIReF. Más a medio plazo, la comparación con las proyecciones de la AIReF y con otras estimaciones disponibles sugiere que el escenario del Gobierno es optimista, especialmente en el escenario de consolidación fiscal que incorpora. En concreto, el Gobierno espera un crecimiento del PIB real del 2% en 2026 y 2027, mientras que la AIReF prevé tasas del 1,8% y 1,6%, respectivamente.