La batalla comercial entre la Unión Europea y China tiene cada vez más ramas. Garantizar la competitividad de las empresas europeas es una de las obsesiones de la Comisión Europea y para conseguirlo está tomando decisiones que salvaguarden a los productores dentro de las fronteras comunitarias. El último ejemplo son los aranceles a los coches eléctricos chinos, pero no son los últimos. Tras una denuncia de una asociación de fabricantes, la Comisión ha planteado establecer una tasa de hasta el 36,4% para la importación de biodiésel chino.

Así consta en la divulgación previa (pre-disclosure) que la Comisión ha trasladado a las partes y que es el resultado de una investigación que ha llevado al ejecutivo comunitario a comprobar si hay prácticas de dumping por parte de los fabricantes chinos. Ahora, los interesados tienen un plazo para intercambiar información con Bruselas antes de que entren en vigor los aranceles provisionales a mediados de agosto.

En diciembre del año pasado, la Comisión inició una investigación tras recibir pruebas de productores europeos de biocombustibles de que China estaba alterando de forma artificial sus precios, lo que en definitiva, estaba modificando las condiciones del mercado y perjudicando a las compañías comunitarias. La Junta Europea de Biodiesel (European Biodiesel Board, EBB) fue quien puso la denuncia ante Bruselas. En esta asociación empresarial se incluyen empresas españolas como Cepsa, Masol o EcoMotion.

Desde el EBB señalan que China está haciendo de la Unión Europea su mercado central y calculan que el 90% de las exportaciones de biodiésel chino en 2023 tuvieron como destino un país de la UE. Esta situación ya está teniendo consecuencias para los productores europeos que tienen unos costes más elevados y repercuten en sus ventas.

En su denuncia, la Junta Europea de Biodiesel apuntaba que “las importaciones de biodiésel chino a la Unión Europea suponían 570.000 toneladas en 2019. En menos de cuatro años, el total se ha casi triplicado hasta los 1,5 millones de toneladas. Esto convierte al gigante asiático en la primera fuente de importaciones de biodiésel en la Unión Europea. Los denunciantes acusan a China de “prácticas comerciales severamente injustas” y cifran en un 111% el margen de las empresas chinas al vender a pérdidas.

La investigación de la Comisión Europea está todavía en un paso provisional y las partes pueden hacer comentarios que modifiquen los aranceles que según la documentación disponible afectan a alrededor de 40 empresas y grupos empresariales chinos. El 16 de agosto es la fecha límite en la que podrían entrar en vigor estas tasas, 8 meses después de que se iniciara la investigación antidumping. Si Bruselas opta por seguir adelante con ellas, como espera el sector, estas estarían en vigor durante seis meses.

El 4 de noviembre sería el plazo para que la Comisión Europea decida si mantiene de forma permanente estos aranceles. A día de hoy, la importación de biodiésel chino está gravado co una tasa del 6,5%, por lo que hacerlo con estos aranceles pasaría a ser mucho más caro e igualaría el coste al de los productores europeos.

Coches eléctricos

Los precios a la baja también han sido uno de los caballos de batalla del ejecutivo comunitario en su investigación sobre los coches eléctricos de China. En esta investigación, Bruselas ha detectado que el sector está subsidiado en todos los puntos de su cadena de valor, lo que permite a las empresas competir a la baja con coches fabricados en Europa. Para limitar esta competencia desleal, la Comisión ha impuesto de forma temporal aranceles de hasta el 47,6%.

El objetivo de la UE no es otro que el de mantener un terreno de juego justo para las empresas de los estados miembros. Durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Europa, la presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, hizo hincapié sobre las relaciones comerciales entre el viejo continente y el gigante asiático. La alemana subrayó que se haría todo lo necesario para proteger a las empresas europeas de las prácticas chinas.