El consumo de pescado ahonda su caída mientras el de carne comienza a remontar tras dejar atrás el ciclo de fuerte inflación. El precio de los alimentos subió en julio subió un 3,1%, la tasa más baja en tres años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso se debe principalmente al descenso de los precios de la fruta y de los aceites y grasas y coincide con la eliminación del IVA del aceite de oliva aprobada por el Gobierno.
Pero los altos precios registrados en los últimos meses han cambiado muchos patrones de consumo alimentario. La compra de productos de pesca ha retrocedido un 1,8% en el período entre junio de 2023 y junio de 2024. La categoría de pescados registra una caída del 3,5%, con bajadas de consumo tanto en pescado fresco como congelado (-3,4% y -3,8%, respectivamente). Por su parte, cae también el volumen de marisco/molusco/crustáceo un 3,8%, mientras crece el de conservas de pescado/molusco un 5%.
Los datos reflejan caídas de consumo notables en varias especies como el rodaballo (-16%); la merluza/pescadilla (-11,7%); la caballa (-11,3%); la dorada (-10,7%); la sardina/boquerón (-6,7%); el bacalao (-5%); o el atún/bonito (-2,8%). Sube el consumo de lubina un 14,6% y el de salmón un 11,1%.
A la par, se reflejan subidas de precios en prácticamente todas las especies analizadas salvo en el bacalao. Eso sí, la compra de marisco/molusco/crustáceos baja también un 3,8%. Crecen de forma leve el de calamares/pulpo (0,6%) y el de gambas/langostinos (1,2%).
Por su parte, el Panel de Consumo Alimentario refleja que la compra de carne crece un 3,5% en el año móvil. La compra de carne fresca crece un 4,9% y la de congelada se dispara otro 9,4%. Cae, eso sí, un 0,9% la compra de carne transformada. Entre la carne fresca, aumenta la de vacuno (3,6%), la de pollo (7,3%) y la de cerdo (4,3%). En cambio, disminuye la compra de carne fresca de conejo (-3,5%) y ovino/caprino (-5,5%).
El consumo medio de carne fresca per cápita durante los doce meses analizados es de 29,86 kilos (3,92 kg. de vacuno; 12,18 kg. de pollo; 9,16 kg. de cerdo; 0,81 kg. de ovino y 0,58 kg de conejo). En cambio, el de pescado es de solo 9,55 kilos por persona (7,51 kg. fresco y 2,04 kg. congelado).
Si se le suma marisco/molusco/crustáceo (4,65 kg.) y el de conservas (4,18 kg.), el consumo de productos pesqueros alcanza los 18,38 kilos, es decir menos de la mitad que de carne y un nivel en mínimos históricos. En 2022 eran 20,72 kg., por lo que el descenso en dos años es de 11,2%.
Asimismo, los datos del departamento que dirige Luis Planas también reflejan que la leche líquida disminuye su presencia dentro de los hogares, con un descenso del 2,3%. El consumo de derivados lácteos, eso sí, se impulsa un 0,8%. Por otro lado, también crece el consumo de huevos (4,4%), el de legumbres (2,3%), y el de azúcar o harinas y sémolas (2,4% y 3,6%). En cambio, el consumo de pan retrocede un 2,8% durante los últimos doce meses.
A nivel general, el Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó un 0,5% en julio en relación al mes anterior y recortó seis décimas su tasa interanual, hasta el 2,8%. La bajada se debe a la caída de los precios de la electricidad y de los alimentos, según los datos publicados este martes por el INE.
Según esos datos, el aceite de oliva sigue siendo lo que más sube en la cesta de la compra de los españoles, con un incremento del 38%. Eso sí, ha bajado un 5,5% si se compara con el mes de junio. En ese contexto de encarecimiento, los datos de Agricultura constatan una caída en el consumo de aceite. En concreto, los litros consumidos de esta categoría bajan un 2,8%. Especialmente fuerte es el descenso en aceites de oliva, cuyo volumen cae un 17,3 %. Por contra, se intensifica un 23,3% la de aceite de girasol.
Al margen de eso, la compra de patatas frescas es estable con un descenso del 0,2% mientras suben ligeramente las hortalizas frescas (0,3%). Según el informe de Agricultura, el tomate, el pimiento y las coles logran crecer respecto del mismo periodo un año antes. En cambio, cae un 5,8% la compra de lechuga y un 6,8% la de judías verdes.
También advierte de que los hogares españoles compran un 2,1% menos de fruta fresca. Aumenta, a pesar de ello, la compra de mandarinas (10,3%), plátano (5,5%), melocotón o albaricoques mientras baja el consumo de pera, manzana o melón.
Por su parte, la compra de vino disminuye un 2,2% a cierre de año móvil. También hay caídas en cerveza (0,6%), bebidas espirituosas (5,1%) o gaseosas y bebidas refrescantes que pierden el 1,3% del volumen con respecto hace un año. Crecen las sidras y agua de bebida envasada, con subidas del 1,8% y 3,4%.
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