El culebrón entre Renfe y Talgo por los nuevos trenes de alta velocidad que se averían va para largo. De las 30 composiciones que encargó en 2017 aún le quedan ocho por recibir. El fabricante vasco solo le ha entregado hasta ahora 22 trenes y fuentes de la operadora aseguran desconocer en qué fecha llegarán los restantes.

De momento, el ministro de Transportes Óscar Puente aseguró que Talgo "se ha puesto las pilas" y en los últimos días se han conseguido reducir las averías que registra el nuevo material que empezó a ser entregado el pasado mes de mayo. Desde entonces, acumulan en torno a medio centenar de incidencias relacionadas sobre todo con averías o disfunciones del material motor, problemas en la tracción y en en el cierre y apertura de puertas. 

Algunas de las composiciones han registrado repetidas averías que han derivado en colapsos de estaciones como Madrid-Chamartín en pleno pico de desplazamientos por el verano. Tras ese incidente del 5 de agosto que mantuvo durante horas parado el tren con casi 500 personas a bordo, Renfe comunicó su intención de reclamar compensaciones económicas a Talgo por el daño a su imagen y el coste en indemnizaciones a los usuarios.

Al margen de eso, Renfe también tiene intención de reclamar al fabricante una compensación de más de 160 millones por el retraso de dos años en la entrega de los trenes de la serie 106, basados en el prototipo Avril (Alta Velocidad Rueda Independiente Ligero); 116 millones por la demora y 50 millones más por lucro cesante.

El contrato completo se adjudicó bajo el mandato del ministro Íñigo de la Serna (PP), por un precio un 43% inferior al máximo que contemplaba la licitación. Talgo se impuso a otros fabricantes como Alstom, CAF, Siemens y Bombardier. En 2016, Renfe adquirió un primer paquete de 15 ramas por 786 millones de euros, con 30 años de mantenimiento. Ya en junio de 2017, amplió la compra a otros 15 trenes más por otros 495 millones. En total, 1.281 millones de euros para cuatro tipos de tren: 10 de ancho fijo y otros 10 de rodadura desplazable en su versión AVE, así como 5 de ancho fijo y otros 5 de rodadura desplazable en la versión Avlo, la marca comercial de bajo coste de Renfe.

10 irán a Francia

Los trenes han tardado casi ocho años en poder ser puestos en servicio. Y una decena de ellos está previsto que vayan destinados a operar en la ruta entre Lyon y París. Eso sí, todavía falta que la empresa que preside Carlos del Palacio homologue el material con las autoridades francesas y que éstas den su autorización a la española para comenzar a prestar servicio en ese trayecto.

Interior del tren de alta velocidad de la serie 106 de Renfe. Alberto Ortega / Europa Press

Renfe ha puesto a dos de sus directores a trabajar en Tarvia, la empresa conjunta que tiene con Talgo para el mantenimiento de los nuevos trenes S106. Según publicó El País, la incorporación de estos responsables de ingeniería y mantenimiento y la activación de un turno de trabajo nocturno permitió reparar siete trenes S106 que estaban inutilizados hace unos días. Con ello, la compañía cuenta en estos momentos con 18 trenes de la serie 106, mientas hay otros cuatro pendientes de reparación.

"Afortunadamente Talgo se ha puesto las pilas, nos ha puesto un técnico en cada tren, ha puesto un técnico en el centro de control de mando y estamos reduciendo las incidencias", dijo Puente en una entrevista el lunes en Radio Nacional (RNE).

Hace unos días, la operadora pública que preside Raül Blanco reveló que sus equipos técnicos están analizando y elaborando un informe de fiabilidad sobre la operación global de la Serie 106 de Talgo, "con el objetivo de tomar las medidas de ajuste operativo oportunas ante las incidencias sucedidas desde su puesta en marcha".

La compañía esperaba la llegada de este material como agua de mayo en un entorno de creciente actividad en la alta velocidad, con la entrada en nuevos corredores y un aumento generalizado de la demanda. Desde el año 2010 no se incorporaba un tren nuevo a la flota.

Eran los S-112, una evolución de los S-102 (conocidos como 'patos'), con el estreno del AVE Madrid-Valencia. Por su parte, los S-114, trenes para el servicio de Media Distancia Alta Velocidad (Avant), llegaron a la flota de Renfe en 2011.

OPA sobre Talgo

El choque de Renfe con Talgo coincide con un momento especialmente sensible para el fabricante vasco, pendiente de la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por el grupo húngaro Magyar Vagon para hacerse con el 100% de la empresa por algo más de 600 millones de euros.

El Gobierno tiene en su mano autorizar o denegar la operación, aunque Moncloa no ve con buenos ojos dejar la firma española en manos húngaras y, sobre todo, del gobierno del ultraderechista Viktor Orban. Dentro del consorcio que quiere hacerse con la compañía está el fondo Corvinus, con participación del Estado magiar.

En cambio, los accionistas mayoritarios de Talgo llevan tiempo queriendo salir de la empresa y no se plantean alternativas como la de la fusión propuesta por el grupo checo Skoda Transportation, que sí contaría con el respaldo del Ejecutivo español.