Sobre la bocina, pero el Banco de España ya tiene un nuevo gobernador. Con el fin del mandato de Hernández de Cos, Pedro Sánchez le ha encomendado a José Luis Escrivá la dirección del organismo español. Lo ha hecho, además, bajo una gran polémica y unas exigencias por parte del Banco Central Europeo (BCE), puesto que el despacho estaba huérfano de un titular desde hace muchas semanas.

Fue en el mes de julio cuando diversos medios de comunicación adelantaron que Pedro Sánchez había pensado en José Luis Escrivá para ser el nuevo gobernador del Banco de España. El PSOE, la propia Moncloa y el principal implicado han guardado silencio durante estas semanas. Estrategia opuesta a la que ha tenido el Partido Popular que, desde que se conociera el posible candidato, salió en tromba a criticar el nombramiento.

El PP ha defendido por activa y por pasiva que la llegada de un ministro al Banco de España "no permitiría tener independencia" a la institución y que "la llegada de Escrivá supondría que el propio BdE llegaría a ser un ministerio más". Tradicionalmente el Gobierno y el principal partido de la oposición han negociado el nombre del gobernador y del subgobernador. Es decir, la dirección la propone el PSOE, en este caso, y los populares, el número dos. Ambas formaciones han tenido cierta sintonía en cuanto a los nombramientos, hasta ahora.

Un hombre de máxima confianza

Los rumores de la llegada de José Luis Escrivá al Banco de España se desataron esta misma semana cuando el ministro de Transformación Digital y Función Pública se cayó de la lista de asistentes al foro que mantienen las principales empresas del sector tecnológico y de telecomunicaciones en Santander.

Su círculo más cercano negaba a primera hora del mismo lunes que su ausencia se debiera al nombramiento. Horas más tarde fue el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, el que anunciara que el miércoles propondría el nombre del nuevo gobernador del Banco de España. No obstante, prefirió mantener la incertidumbre y no dijo la persona indicada para sentarse en el sillón del edificio de la calle Alcalá.

Pero el aterrizaje de José Luis Escrivá es un secreto a voces y solo falta la confirmación oficial para que ya se le pueda atribuir el cargo. Y es que, el actual titular de la cartera digital y de empleo público es el gran valedor de Pedro Sánchez, ya que el presidente del Gobierno le tiene como uno de sus escuderos desde que llegara a Moncloa.

El mandato de seis años de Pablo Hernández de Cos terminó el 10 de junio y desde entonces la subgobernadora, Margarita Delgado, ha asumido sus funciones. Para sucederlo, los socialistas defienden el conocimiento económico de Escrivá, que empezó su trayectoria profesional precisamente en el Banco de España. El ministro ha defendido en otras ocasiones que la independencia depende de cómo se ejerza el cargo, en respuesta a las críticas que también ha suscitado su paso de la AIReF al Gobierno.

“Creo que pocos en España tienen la experiencia acreditada en materia de política monetaria que tiene Escrivá", sostuvo el presidente del Gobierno recientemente. El ministro ha conseguido desde su llegada al Gobierno conseguir todo lo que se ha propuesto, dejando patente la influencia que tiene sobre Pedro Sánchez.

El líder del Ejecutivo le encomendó la tarea, en un primer momento, de dirigir el ministerio de Seguridad Social y Migraciones y tuvo que hacer frente a la gestión económica en la pandemia. Su labor, como citan fuentes conocedoras, fue reconocida por Pedro Sánchez, quien le prometió seguir al frente del nuevo Ejecutivo en caso de volver a ganar las elecciones.

Y así fue. Una vez que Sánchez consiguió los apoyos necesarios para formar Gobierno, Escrivá volvió a sentarse en el Consejo de Ministros. No obstante, con una cartera totalmente diferente a la que se intuía. El economista se atribuyó el ministerio de Transformación Digital. Todos los rumores apuntaban a que con la salida de Nadia Calviño, camino al BEI, asumiría el control de Economía, una cartera que terminó en manos de Carlos Cuerpo.

Diferentes poderes

Pero en la siguiente crisis de Gobierno, Pedro Sánchez volvió a otorgar un mayor peso, que se presuponía anteriormente, a Escrivá. El presidente creó el ministerio de Transformación Digital y Función Pública, un viejo anhelo del expresidente de la Airef.

Fuentes cercanas al ministro deslizan que cuando el presidente del Gobierno decidió convocar elecciones, Escrivá pidió a Pedro Sánchez un superministerio que agrupase Seguridad Social y Función Pública, ya que consideraba que era importante que “tuviera el control sobre el empleo público para reforzar el sistema”. No obstante, el líder del Ejecutivo le cedió el control solo de la segunda parte.

Pero el gran sueño de Escrivá siempre fue el puesto que va a ocupar. Escrivá nunca negó en privado y en público la posibilidad de hacerse cargo del Banco de España y, desde hace meses, Sánchez y el actual ministro de Transformación Digital y Función Pública han preparado el terreno para que este miércoles Carlos Cuerpo pronuncie su nombre en el Congreso de los Diputados.

Una relación tortuosa con De Cos

La llegada de Escrivá y la marcha de De Cos ponen fin a una relación complicada entre el propio ministro y la institución. El Banco de España mostró su malestar en los informes sobre algunas políticas económicas del Gobierno. Unos informes que han hecho que el todavía ministro haya arremetido con dureza contra el Banco de España. Incluso en los últimos meses ha planeado realizar una labor más estrecha de supervisión macroeconómica.

La crítica más dura de Escrivá contra el organismo fue por el informe de la reforma de las pensiones. En ese momento, era ministro de la Seguridad Social y acusó al Banco de España de realizar un análisis "poco sofisticado". La entidad calificó la reforma de las pensiones del Gobierno de "insuficiente para garantizar su sostenibilidad". Hernández de Cos cuestionaba que la subida de las pensiones se ligara al IPC.