El empleo en el sector educativo ha vuelto a ser el agujero negro en la caída de afiliaciones a la Seguridad Social durante el mes de agosto. De la destrucción de 193.704 puestos de trabajo, 72.338 corresponden a la educación. Es decir, el sector concentra 4 de cada 10 empleos perdidos en agosto. Se trata de un fenómeno que se repite desde hace años y que la reforma laboral de 2021 solo ha conseguido amortiguar. En julio ya se perdieron 122.551 afiliados de este sector con la llegada de las vacaciones de verano.

Ahora en agosto, no todo el empleo destruido en el sector educativo corresponde a personal docente. "El mayor porcentaje de pérdida de empleo está vinculado al ámbito socioeducativo en actividades como campamentos de verano o actividades extraescolares y en la enseñanza no reglada, como son las academias. Actividades que se caracterizan por un empleo precario y mal retribuido", explica Maribel Loranca, responsable de Enseñanza de UGT Servicios Públicos.

Entre el profesorado, se reparte de manera muy desigual entre sector público y sector privado. En el primero afecta a un colectivo muy específico: aquellos interinos que, en lugar de cubrir vacantes de funcionarios, se limitan a realizar sustituciones por un tiempo determinado.

Los primeros están protegidos por los acuerdos sectoriales, mientras que los segundos necesitan cumplir con el requisito de haber trabajado entre 5,5 y 9 meses para poder seguir siendo contratados en verano. El rango temporal varía en función de la Comunidad autónoma donde presten servicio. En algunas regiones como Madrid hace falta también estar activo a 30 de junio.

Si cumplen con ese período requerido, los interinos obtienen una prórroga automática de su contrato durante el verano. Sin embargo, "al no ser plantilla estructural como aquellos que cubren vacantes, resulta muy difícil contabilizar cuántos se ven afectados" por los despidos de verano, dice Héctor Adsuar, secretario de educación Pública No Universitaria de Comisiones Obreras (CCOO).

Así, el grueso del fenómeno se concentra en la educación que no es pública ni concertada. "Entre un 75 y un 80% corresponde a la enseñanza privada", abunda Pedro Ocaña, secretario de Educación Privada y Servicios Socioeducativos del mismo sindicato.

Recurren a los fijos-discontinuos

Tras la eliminación de los contratos por obra y servicio con la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz, muchas empresas del sector recurren ahora a los contratos fijos-discontinuos para el personal docente. Esto permite prescindir de ellos cuando cesa la actividad lectiva y volverlos a llamar para trabajar con el arranque del curso en septiembre. "Esto es ilegal, porque en la educación no hay estacionalidad", remarca Ocaña.

De hecho, una sentencia de la Audiencia Nacional de 2023 impide recurrir a este tipo de contratos como forma de ahorrarse el pago de las nóminas en los meses de verano. Y remarca el impacto que tienen estas prácticas para las arcas públicas. "Acaba siendo el Estado quien asume el coste del despido", comenta.

"Es una situación que hay que corregir porque buena parte de estos trabajadores se vuelven a contratar en septiembre u octubre. La Inspección de Trabajo debería contar con medios suficientes para combatir estar práctica y ser más contundente", abunda Loranca.

En lugar de tener contratos temporales como antes de la reforma de 2021, ahora se hacen indefinidos fijos discontinuos que pasan a la inactividad con el fin de curso escolar, pudiendo cobrar la prestación por desempleo hasta que se reenganchan en septiembre. En los centros concertados, al estar delegado el pago de las nóminas, el efecto es mínimo.

Además, el volumen de destrucción de empleo en el sector privado en verano es tal que no se ve compensado con la creación de puestos de trabajo vinculados al ocio educativo, como los campamentos. No en vano, bajo el epígrafe de Educación de los datos de la Seguridad Social se incluyen a los monitores de actividades extraescolares, así como al personal que presta servicio en los comedores de los colegios.

Caídas en otros sectores

Junto a la educación, cayó la afiliación en construcción, con 19.060 ocupados menos; industria, con 17.373; actividades administrativas y servicios auxiliares, con 16.969 menos; y actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, con un descenso de 14.868.

También se notó una bajada en el sistema especial agrario con 14.741 afiliados menos y el de autónomos, que perdió 10.135. La ocupación en el sector primario, agricultura, ganadería y pesca, bajó en agosto por primera vez del millón de trabajadores.