Cigarrillos procedentes de fábricas clandestinas, falsificaciones de marcas internacionales o importados sin pasar por las aduanas. El número de pitillos ilícitos consumidos en la Unión Europea aumentó en 2023 con consecuencias millonarias para las arcas públicas de todos los estados miembros. Según un informe de KPMG y Philip Morris, el año pasado se dejaron de ingresar 11.600 millones de euros por este producto. En el caso de España, uno de los pocos países donde se ha reducido el consumo de cigarrillos ilícitos, las pérdidas en materia de impuestos se calculan en 210 millones de euros. 

El año pasado se consumieron 35.200 millones de cigarrillos ilegales en la Unión Europea, lo que supuso una caída del 0,6% con respecto al año anterior. Sin embargo, el informe alerta de que aumentó en mercados cercanos al espacio comunitario: en Reino Unido y en Ucrania

Por marcas, las tres más falsificadas son Marlboro, Winston y Richmond y suponen el 57% del consumo de cigarrillos falsificados en los 38 países que analiza el informe, que incorpora mercados europeos fuera de la UE, como Noruega o Moldavia. No obstante, el orden por cigarrillos consumidos de estas tres marcas cambia dependiendo del mercado.

Según el informe, uno de cada diez cigarrillos consumidos proceden del comercio ilícito. Por países, Francia encabeza el mercado para este producto y representa prácticamente la mitad del mercado de la Unión Europea. “Estamos observando una evolución de los grupos de delincuencia organizada en Europa, situando las instalaciones de producción cada vez más cerca de los países de Europa Occidental. Consideramos que este fenómeno es una consecuencia directa del fracaso de los planteamientos políticos que no han hecho lo suficiente para frenar el comercio ilícito”, afirma Christos Harpantidis, portavoz de Philip Morris International. 

Harpantidis argumenta que detrás de este incremento “no hay una falta de voluntad”, sino que existe “poca coordinación” entre los cuerpos responsables de frenar este comercio ilegal, además de “a veces, una falta de recursos para perseguir a los delincuentes”, explicó en una rueda de prensa en la que se presentó el informe. Con todo, en 2023 se desmantelaron un centenar de fábricas clandestinas de cigarrillos en una veintena de países europeos.

El informe explica que los grupos criminales organizados cada vez sitúan sus centros de producción más cerca de sus mercados principales. De hecho, hasta 1.200 millones de cigarrillos viajaron de un país de la Unión Europea a otro, según el informe. Además, añaden que la guerra en Ucrania -uno de los países donde más ha crecido el consumo de tabaco ilegal- también está modificando este comercio.

“Las fuerzas del orden han desempeñado un papel decisivo en la desarticulación de redes delictivas dedicadas a la producción clandestina de cigarrillos en toda Europa, así como de operaciones transfronterizas de contrabando. Sin embargo, si queremos frenar por completo el comercio ilícito en la región, necesitamos un enfoque holístico que complemente las duras sanciones y la firme aplicación de la ley con campañas de concienciación y educación sobre el impacto real del comercio ilícito, un entorno fiscal y normativo predecible en el que los fumadores adultos no se vean empujados al mercado negro, y asociaciones público-privadas coordinadas y comprometidas”, añadió.

El portavoz de Philip Morris defendió que parte de este aumento del comercio ilícito de cigarrillos se debe a los impuestos al tabaco en muchos mercados, que junto a la inflación, empujan a los fumadores a buscar alternativas no siempre legales. Según su argumento, el incremento de precio no disuade a quienes compran tabaco, sino que beneficia al comercio ilícito.