El reto por cerrar la reducción de la jornada laboral antes de fin de año continúa. El tira y afloja en las negociaciones entre Gobierno, patronal y sindicatos se estanca: CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) ha mostrado su rechazo y CCOO y UGT han convocado concentraciones para luchar por las 37,5 horas semanales que exigen.

La dificultad para acordar los términos de una medida que afectaría a casi 13 millones de trabajadores del sector privado aumenta con la situación en el Congreso de los Diputados. Así lo evidenció el secretario general de CCOO, Unai Sordo, durante el Consejo Confederal de la organización: "Este no va a ser un curso más", señaló, al considerar que la complejidad del contexto político va a afectar de manera directa a la marcha del diálogo social y a la acción del Gobierno.

Fuentes de la negociación apuntan a que las intentonas desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social para intentar seducir a la CEOE se han quedado cortas; sin embargo, estas mismas fuentes subrayan la importancia del Ejecutivo en satisfacer las exigencias de Junts para sacar adelante una de las medidas estrella de la legislatura, ya que un acuerdo único con PSOE y Sumar elevaría más la tensión en el apretado reparto de las Cortes.

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha señalado que "tiene su gracia" que se apele al diálogo social para la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas "si ya tienen decidida" la aplicación de esta medida. El represante de los empresarios ha ironizado sobre el hecho de que en realidad, lo que se ha producido es un "monólogo" del Gobierno o, en su caso, un "binólogo" entre sindicatos y Ejecutivo. "Los sindicatos han hablado con el Gobierno; el Gobierno lo ha decidido; y ha dicho esto es así y ahora te sientas en la mesa y tienes que decir lo que yo diga", lamentó.

En el seno de las negociaciones se advierte que esta posición tan rígida de Garamendi en público responde a una muestra de cara al público. Según este actor, el grueso de la CEOE daría el visto bueno a la nueva jornada laboral; sin embargo, los empresarios del campo y la hostelería los más contrarios a esta reducción.

La postura de Garamendi ha sido tajante. "No es bueno para el país", indicó, puesto que entiendo que no contribuye a mejorar la competitividad y que "si recortas horas y no cambias los salarios, sigues haciendo subidas salariales". La CEOE insiste en que "sigue sentada" en la mesa de negociación con Gobierno y sindicatos pero que cree que la propuesta que se ha presentado "no es correcta".

Protestas por la negociación de la reducción de jornada

La última baza del ministerio que encabeza Yolanda Díaz se ha topado con un doble obstáculo: el portazo de Garamendi y la convocatoria de protestas de CCOO y UGT para desbloquear el entuerto.

Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo, hizo referencia a la reducción de la jornada laboral como "la gran medida que el gobierno progresista de coalición quiere sacar adelante (...) es un compromiso que tenemos con los ciudadanos españoles desde las dos fuerzas políticas que sustentamos el Gobierno de coalición, de Sumar y del PSOE".

Pérez Rey recordó que esta propuesta "no ha ocurrido en los últimos 40 años en España". En declaraciones a los medios, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, destacó que la reducción del tiempo de trabajo "se ha convertido en una necesidad para los trabajadores, para poder mejorar la calidad de vida, y para el sistema productivo, que tenemos que actualizar". Álvarez confía en que la movilización sirva "para sensibilizar" a los grupos parlamentarios, que "tienen que saber que la inmensa mayoría de los ciudadanos quiere vivir mejor, reducir el tiempo de trabajo".