El Gobierno prevé llevar este martes al Consejo de Ministros el Proyecto de Ley sobre la creación de la nueva autoridad nacional de la energía, que asumirá las competencias de este sector, hasta el momento desempeñadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Fuentes de este último organismo reconocen su malestar por la forma en la que el Consejo de Estado ha querido condicionar el desarrollo de esta nueva norma.

Se refieren, en concreto, al punto adelantado este lunes por el diario Cinco Días, en el que se recomienda a quienes negocien la composición del Pleno de este nuevo órgano que no propongan a vocales con mandato en vigor en la CNMC.

A juicio de estos informantes -presentes en el Pleno del organismo-, el Consejo de Estado se ha extralimitado con esta referencia, dado que su función es la de realizar consideraciones jurídicas sobre los textos que decide. Con ese argumento -explican-, este organismo podría llegar a condicionar la decisión política de la designación de los vocales.

Sea como sea, eso sucederá dentro de unos meses, probablemente en febrero, dado que previamente se tiene que tramitar el borrador de la ley, que se hará público este martes, según ha transmitido el Ejecutivo dentro de la CNMC.

Elegir a los vocales

El informe del Consejo de Estado no se expresa de forma crítica con el anteproyecto -según también Cinco Días-, pero es cierto que la consideración que realiza sobre la designación de los vocales ha generado suspicacias entre algunos consejeros de la CNMC, que observan en esta referencia un ingrediente político.

Así lo creen porque, hace una década, esta institución no se opuso a la destitución de Bernardo Lorenzo y Xabier Ormaetxea como presidente y como consejero de la Comisión Nacional de las Telecomunicaciones (CNT) cuando el Ejecutivo de Mariano Rajoy la decidió, como paso previo a la creación de la CNMC -que aglutinaba todos los organismos-, en la que designó prácticamente a todos sus vocales.

Esa decisión trajo consecuencias serias para España, dado que Lorenzo y Ormaetxea denunciaron su ‘despido’ y el Tribunal Supremo elevó una consulta al Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea que devolvió con una respuesta inapelable: ningún Estado miembro puede cesar a vocales de los reguladores independientes cuando tienen mandato en vigor.

Lo que más ha llamado la atención entre algunos consejeros de la CNMC es que el Consejo de Estado tampoco se posicionara entonces en contra del nombramiento de Idoia Zenarruzabeitia, Josep María Guinart y Fernando Torremocha como vocales, cuando procedían de otros reguladores y tenían mandato en vigor.

Por eso, sospechan que esta doble vara de medir tiene una intención política. En este sentido, recuerdan que uno de los nombres que había sonado para presidir el nuevo organismo es el de María Jesús Martín, a la que se considera de confianza de Teresa Ribera y de su marido, Mariano Bacigalupo.

Nuevos pasos

Con todo, este martes el consejo de ministros volverá a dar un paso más a la aprobación del Consejo Nacional de Energía. Dicho trámite se trata de una segunda vuelta, dado que ya aprobó la creación del organismo. Ahora, se recibirán los informes de las partes interesadas como es la CNMC y el Consejo de Estado. Una vez recabada la información, se volverá a debatir en consejo de ministros para mandarlo al Congreso de los Diputados, donde se deberá aprobar.

La CNE estará adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y ejercerá sus funciones a través de dos figuras principales, el consejo y el presidente, que también lo será del consejo. De ambas dependerán, además de la Secretaría General y la Secretaría del Consejo, tres direcciones de instrucción: la de Electricidad, la de Hidrocarburos y Nuevos combustibles y la de Inspección, de nuevo cuño, para reforzar su labor supervisora.

El nombramiento de los principales cargos podría volver a generar fricciones entre las dos fuerzas más representativas, PSOE y PP. El aterrizaje de José Luis Escrivá al frente del Banco de España, abrió un cisma entre los partidos políticos tras no haber llegado a un acuerdo entre ambos, como venía siendo habitual.

Los consejeros de la CNE tendrán un mandato de seis años y no podrán ser reelegidos, si bien podría haber renovaciones cada tres años. Al igual que en el Banco de España, el nombramiento será a través de un Real Decreto, y será propuesto por el titular de la cartera energética, que podrá cambiar de manos ya que Teresa Ribera será la nueva comisaria de la CE de Energía.

Los populares entendían que el nuevo cargo "teñía de tintes políticos" el Banco de España puesto que Escrivá ostentaba un ministerio en el actual Ejecutivo dirigido por Pedro Sánchez. Finalmente, el PP tampoco pudo negociar la llegada de la subgobernadora.

La desligación de la 'policía energética' de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia fue una de las principales obsesiones de Teresa Ribera durante su estancia en el ministerio. De hecho, fue durante los meses más críticos en el sector y cuando los precios de los carburantes, del gas y de la electricidad más subían cuando se replanteó esta posibilidad.

Finalmente, Teresa Ribera se despedirá del Gobierno rumbo a Bruselas con todo encauzado para que vuelva a entrar en escena la Comisión Nacional de Energía, si bien todo hace indicar que no podrá poner ella directamente a la persona que tenía en mente debido a los plazos marcados por el Congreso y su marcha a la CE.