Cataluña perdió un total de 731 comercios minoristas entre agosto y septiembre de este año. Una media de 23 comercios al día, según los datos de CTAC Autónomos de UGT Cataluña, en base a la pérdida de trabajadores autónomos en este sector. De hecho, Cataluña tuvo un peor comportamiento en la filiación de autónomos de septiembre que el conjunto de la economía española, pero en el caso del sector comercio la caída es generalizada, explica Daniel García, presidente de CTAC.

Así, mientras el número de autónomos afiliados a la Seguridad Social creció en 1.333 personas para el conjunto de España, con un total de 3.371.345 autónomos en el Règim Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). En Cataluña por contra se redujo levemente este grupo (-53) para quedarse en una cifra total de 564.939 afiliados.

Septiembre ha sido un "mes negro" para el comercio en el conjunto de España, con un total de 3.921 comercios cerrados, según la interpretación de los datos de filiación de CTAC, lo que supone una media diaria de 126 comercios. Desde septiembre de 2023 han desaparecido 10.987 pequeños comercios en España, de los que 1.795 corresponden a Cataluña.

Pico en septiembre

García apunta que los datos son especialmente duros en el mes de septiembre porque "muchos pequeños comercios aguantan hasta las vacaciones de agosto" para "bajar la persiana" entonces. Se trata de "un factor más emocional que económico" reconoce, que puede reproducirse en enero.

Se trata de forma mayoritaria de pequeños comercios tradicionales, que en opinión del responsable de UGT se ven afectados por una combinación de factores, los cambios de usos en favor del comercio electrónico, la subida de alquileres y demás suministros y la falta de relevo generacional. Todos los datos "confirman desde hace tiempo que el sector del comercio sufre una escalada de cierres importante", añade. Una tendencia que a su juicio se ha visto agravada desde la pandemia del Covid-19.

Tras la pandemia "muchos autónomos ya no volvieron a abrir" apunta. En los años posteriores se han sumado complicaciones como la inflación provocada por la guerra de Ucrania, con una "escalada de precios que hace restringir el consumo", a lo que se suma el cambio costumbres en favor del consumo online que favorecieron los sucesivos confinamientos.

La incidencia de estos cambios varía mucho en función del tipo de comercio, añade. "Las franquicias pueden afrontar alquileres más altos" apunta. Pero también reclama políticas públicas para incentivar el comercio de proximidad. "Lo vimos con el confinamiento, cuando las calles estaban vacías y los comercios cerrados, todo lo que no se invierta en fomentar el comercio de proximidad se tendrá que invertir en seguridad", concluye.