La reforma fiscal a la que el Gobierno se comprometió en el Plan de Recuperación es todavía una asignatura pendiente. Aunque en varias ocasiones el Ejecutivo la ha dado por completada, en Bruselas esperan más cambios fiscales. Sin embargo, el Ministerio de Economía justifica que la situación económica y presupuestaria es mejor este año que cuando se redactó el Plan y espera que esto sea un argumento convincente para rebajar las exigencias de la Comisión.

El Ejecutivo tiene que convencer a Bruselas porque la reforma fiscal es uno de los hitos de los que depende el quinto pago del Plan de Recuperación. Un pago que el Gobierno espera poder solicitar antes de que acabe este año. Pero para ello, es necesario dar por cumplidos los hitos y reformas que se asociaron al mismo.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, insistió en una rueda de prensa tras la reunión de los ministros de finanzas de los estados miembros de la Unión Europea en que "con respecto al año 2021, que es el año en el que como bien saben redactamos el Plan de Recuperación y lo acordamos con la propia Comisión, la situación presupuestaria y la situación macroeconómica han cambiado con respecto a las previsiones que había por entonces, y ha cambiado a mejor. Por lo tanto el primer punto de partida en este diálogo con la Comisión es también la actualización de estos números y la actualización de la situación, lo que nos da también una visión realista de las necesidades y los esfuerzos necesarios hacia adelante".

En este sentido, Cuerpo espera que la magnitud de la reforma acordada pueda ser menor a la que se pensó inicialmente para aumentar la recaudación tributaria. Precisamente, porque los ingresos de la Agencia Tributaria siguen creciendo a buen ritmo, en parte, por la creación de empleo de los últimos años. En 2023, se recaudó un 6,4% más que el año anterior y en lo que va de 2024, el aumento es del 7,4% en comparación con el mismo periodo de 2023.

Las previsiones económicas también avalan el discurso de Economía. Se espera que este año el producto interior bruto (PIB) crezca hasta el 2,7%. En 2025 y 2026, la economía crecerá el 2,4% y el 2,2%, respectivamente, según los cálculos de Moncloa. Además, también se prevé que el déficit se comporte mejor que en los últimos años, algo que serviría para justificar ante Bruselas que España no necesita una reforma fiscal para recaudar más.

Comprometido en el Plan

En el Componente 28 del Plan de Recuperación, el Gobierno se comprometió con Bruselas a adaptar el sistema tributario "a la realidad del siglo XXI". El texto reza que el objetivo de la "reforma fiscal" es el de "contribuir a la recuperación económica de España, fomentando el crecimiento económico, la creación de empleo y la mejora de la competitividad". No obstante, Economía defiende que esto ya se ha conseguido.

Dentro de este Componente se incluyen algunas medidas que el Ejecutivo sí ha sacado adelante, como el análisis de los beneficios fiscales o el informe encargado a un comité de expertos para proponer medidas de cara a una reforma fiscal. Sin embargo, en el Plan de Recuperación se precisa que la reforma entraría en vigor en el primer trimestre de 2023, algo que no ha ocurrido. Preguntados al respecto, en Hacienda aseguraban que daban el hito por cumplido, puesto que a lo largo del año pasado se habían modificado algunas figuras impositivas -aunque fuesen temporales, se había creado el impuesto a los ricos, el de la banca y el de las eléctricas-. 

Pero ahora, Economía continúa las conversaciones con la Comisión para zanjar este hito y conseguir que Bruselas lo dé por cumplido, o al menos, rebaje las expectativas sobre el mismo. Cuerpo ha aprovechado su visita a Luxemburgo para reunirse con el responsable económico del ejecutivo comunitario, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.