La Comisión Europea (CE) avanza un panorama positivo para sus agricultores de cara a 2025; sin embargo, advierte de la presencia de nubes que amenazan con enturbiar aún más un escenario especialmente castigado en los últimos tiempos.

Las lluvias a la carta, las cosechas abundantes y a buen precio y la salud del ganado y los mercados forman parte de los mejores sueños de los agrarios mientras su actividad se zarandea por enfermedades, plagas y sequías que ponen en jaque al sector primario.

Según la edición de otoño de 2024 del informe sobre las perspectivas a corto plazo de los mercados agrícolas de la UE publicado por la Comisión Europea, el campo ha de respirar porque los costes de los insumos se han relajado de manera constante en los últimos meses. "El entorno macroeconómico y de precios de los alimentos en general apunta a posibles mejoras en la demanda de productos agroalimentarios en la mayoría de los sectores", revela el análisis, que en contraposición desarrolla cuáles son las amenazas para los agricultores continentales.

La institución señala que, pese a que el mercado de fertilizantes de la UE "ha experimentado una leve disminución gradual de los precios", el hundimiento del valor de los cereales y la escasez en las cosechas debido a los eventos climáticos extremos "podrían generar algunos desafíos financieros para los agricultores en 2025 al comprar fertilizantes, lo que afectaría las perspectivas de producción".

Dificultades para los agricultores

Los miedos que detecta Europa para el campo son los acontecimientos climáticos extremos; los conflictos geopolíticos como la guerra en Ucrania y Oriente Medio; las posibles disputas comerciales con China que podrían afectar en los flujos comerciales y los precios de los insumos; y las enfermedades en plantas y animales que afecten tanto a la producción como la confianza de los consumidores.

La tendencia a la baja del precio de los fertilizantes parece insuficiente para la Comisión, que recalca que aunque el coste de los abonos ha caído respecto a 2022 todavía se mantienen por encima de los observados antes de la invasión rusa de Ucrania. Además, la Comisión reconoce que ese descenso en los fertilizantes queda aplacado por la evolución en el valor de los cereales.

"La evolución de la relación entre los precios de los fertilizantes y los precios de los cereales (maíz, trigo y cebada) como un indicador de la asequibilidad de los fertilizantes muestra que, mientras que hasta junio de 2023 la relación se situaba en 1.3, posteriormente fluctuó entre 1.3 y 1.5, lo que indica una baja asequibilidad de los fertilizantes para los agricultores este año", destaca el informe.

La Comisión describe que los menores rendimientos de los cultivos en diferentes regiones de Europa en 2024 "podrían causar problemas de flujo de caja para los agricultores de cultivos, afectando potencialmente las compras de fertilizantes en primavera de 2025". "Los futuros desarrollos macroeconómicos y energéticos siguen siendo muy inciertos, ya que los acontecimientos geopolíticos y los posibles cambios en los precios de las materias primas de petróleo y gas podrían tener un impacto significativo en estas estimaciones", añade el informe.

Sobre el desafío climático, la CE espera que las temperaturas récord del verano y los eventos meteorológicos extremos tengan un impacto significativo en la producción agrícola, especialmente en los cultivos de verano.

Protestas de los productores de cereal

ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) y la Alianza UPA-COAG (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos-Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) pretenden dar un toque de atención serio al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Los cerealistas se rebelan "por los disparados costes de producción, por el hundimiento de los precios o por la combinación de varias de ellas", e invitan a todos los agricultores y ganaderos de Castilla y León -región reina en España de este cultivo- a la concentración del viernes 11 de octubre a las 12 horas en Valladolid, a las puertas de la Delegación del Gobierno.

La movilización de los cerealistas levanta la voz contra un "mercado devaluado por el efecto de importaciones masivas de cereal ucranio, así como por la especulación de operadores que utilizan éstas para bajar los precios a las producciones locales". Los cerealistas buscan un punto de inflexión contra uno de los males endémicos del sector primario español que azota también a los ganaderos.