España quiere jugar un papel fundamental en la expansión del coche eléctrico en la Unión Europea. Sin embargo, para que esto suceda es indispensable una red de puntos de recarga que faciliten la movilidad sostenible. Según los datos del Observatorio Europeo de Combustibles Alternativos (EAFO, por sus siglas en inglés), las zonas de carga en España representan apenas el 4,8% del total de las disponibles en la Unión Europea. La industria del automóvil calcula que serían necesarios 340.000 puntos en 2030, lo que obliga a multiplicar por 10 los que hay actualmente.

Desde EAFO cifran en 30.385 los puntos de recarga que hay en España. Una cifra que prácticamente cuadruplica Francia, con 119.255 y que está muy debajo de la alemana, con 120.625. También Bélgica, con 44.363 y Países Bajos, líder en puntos de recarga en la Unión Europea con 144.453 superan a España.

Número de puntos de recarga por país y porcentaje dentro de la Unión Europea. Fuente EAFO.

El Ministerio para la Transición Ecológica, capitaneado por la próxima comisaria de Transición Ecológica, Teresa Ribera, acaba de presentar una actualización del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC). En ese documento, no hay un cálculo sobre cuántos puntos de recarga serían necesarios para cumplir con los objetivos climáticos, que tendrán que ser impulsados por el auge del coche eléctrico.

Sin embargo, entre los objetivos más ambiciosos del PNIEC se encuentra la ampliación del parque de vehículos eléctricos en España, que alcanzará los 5,5 millones de unidades para 2030. Una cifra que, si atendemos a los datos actuales, supondrá multiplicar por diez la flota de coches eléctricos en las vías españolas. “Creemos que se va a cumplir porque es nuestra gran apuesta. Tenemos que ir hacia un país completamente electrificado y es importante ser ambicioso”, señalan fuentes ministeriales en conversación con este periódico.

La Estrategia de Movilidad Sostenible a 2030 contempla “el impulso del vehículo eléctrico y la creación de una infraestructura de recarga adecuada, mediante incentivos económicos y fiscales para la instalación de puntos de recarga de acceso público o para flotas”. Además, los puntos de recarga también forman parte del Plan de Recuperación. No obstante, los auditores de la Unión Europea han detectado poca concreción en una de las reformas del Plan que precisamente hacía referencia a la instalación de puntos de recarga y señala que España no había cuantificado el número de puntos necesarios.

No es solo un problema para España, también para el resto de la Unión Europea. Los cálculos entre la patronal europea del automóvil y la Comisión Europea difieren. La Comisión Europea pide 3,5 millones de puntos de recarga de aquí a 2030 para apoyar el nivel de electrificación de los vehículos necesario para alcanzar la reducción propuesta del 55% de las emisiones de CO2 de los turismos. En la actualidad, hay 632.000.

En cambio, las estimaciones de la patronal europea, ACEA son todavía mayores y calculan que se necesitarían 8,8 puntos en 2030 y 10 millones más en 2035. Desde EAFO lo explican porque la Comisión solo incluye en sus cálculos a los coches eléctricos, mientras que la patronal suma a las furgonetas, que utilizan un sistema de carga similar al de los automóviles.

Pese a que la diferencia es abultada, lo cierto es que los objetivos fijados para 2030 requieren de un empujón si se parte de los datos de 2023. EAFO lo resume en que “para alcanzar los 3,5 millones en 2030, será necesario instalar casi 2,9 millones de puntos de recarga públicos en los próximos siete años, lo que equivale a casi 410.000 al año o 7.900 a la semana. Esto debería aumentar a 1,2 millones al año, o 22.438 22.438 por semana, si tenemos en cuenta el objetivo de ACEA para 2030 de 8,8 millones de puntos de recarga”.