El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha presentado este martes la senda fiscal que el Gobierno ha enviado a la Comisión Europea. Con la puesta en marcha de las reglas fiscales, tras la suspensión por la pandemia, los estados miembros tienen que enviar un plan a Bruselas en el que explican cómo van a cumplir con el equilibrio presupuestario que exige la Unión Europea. En este documento, España se compromete a rebajar la deuda púbica por debajo del 100% en tres años y a reducir el aumento del gasto a un 3% hasta 2031.

El Gobierno confía en que el déficit público se reduzca por debajo del 3% desde el próximo año, unas previsiones que han librado a España del procedimiento de déficit excesivo. Según las proyecciones que ha avanzado Cuerpo, en 2027, el déficit público estaría incluso por debajo del 2%, alcanzando el 1,8% y reduciéndose progresivamente hasta 0,8% en 2031.

El plan recoge los planes del Ejecutivo para los próximos cuatro años, aunque las reformas y políticas de ajuste se amplían hasta siete. “Las nuevas reglas introducen un elemento adicional de flexibilidad. Si se presentan reformas e inversiones ambiciosas, se puede ampliar plazo de cuatro a siete años”, ha dicho Cuerpo.

Sin embargo, el plan fiscal no va acompañado del Plan Presupuestario, que tradicionalmente Moncloa remitía a la Comisión junto a la senda fiscal. El motivo, como explicó Cuerpo en Luxemburgo es que Bruselas exige conocer medidas concretas y en España todavía no se ha presentado el borrador de las cuentas nacionales para el próximo año.

La limitación del gasto permitirá reducir el déficit público de manera "progresiva", desde el 3% del PIB previsto para este año. En lo que respecta a la deuda pública, bajará al 102,5% del PIB este año al 98,4% en 2027 y el 90,6% al final del periodo de ajuste, en 2031, lo que la situará en una senda descendente que la reducirá al 76,8% del PIB en 2041.

Por otra parte, el Gobierno asegura que "el impulso de la población, el aumento de la tasa de actividad y la productividad impulsará el crecimiento del PIB potencial hasta el 2% en 2025 y el 2,1% en 2026, lo que redundará en un crecimiento económico más sostenible y robusto. En el medio plazo, el despliegue de los efectos de las reformas permitirá compatibilizar el descenso de la tasa de desempleo con ganancias de poder adquisitivo de los trabajadores y la reducción de la jornada media".