Es una imagen cada vez más habitual. El mar convertido en soporte de generación de energía eólica. La compañía vasca Iberdrola se ha convertido en un referente internacional en el campo de la producción eólica marina a la que ahora ha sumado un nuevo parque, el Baltic Eagle de Alemania, con cuyos 50 aerogeneradores ya instalados y conectados a la red tendrá capacidad para suministrar energía a 475.000 familia.
Es sólo uno de los trece parques que la compañía tiene en funcionamiento en Estados Unidos, Francia y Reino Unido, demás de Alemania, y a los que en los próximos dos años se sumarán otros cuatro, ya en construcción en Australia, Japón, Suecia y Brasil.
El Baltic Eagle es uno de los tres parques eólicos marinos con los que cuenta Iberdrola en Alemania y tiene una capacidad de 476 MW. En el mar del país germano funciona también el parque de Wikinger (350 MW) y está en planificación el de Windanker (315 MW).
La apuesta por este tipo de energía ha acelerado de manera importante la generación de energía eólica en el mar, que en caso de Iberdrola alcanzó al cierre del año pasado los 1.793 MW. Con los proyectos ahora en construcción, y cuya finalización se estima para antes de 2027, la compañía elevará su capacidad eólica marina a los 5.000 MW de producción.
Parques 'flotantes'
De entre los 17 parques eólicos marinos –en marcha o en construcción- el más ambicioso es el East Anglia de Reino Unido. En realidad, agrupa a tres parques que se construyen de modo simultáneo. Los trabajos se iniciaron en 2022 y no culminarán hasta 2026. Los 12.000 millones de euros de inversión dan medida de lo ambicioso de este proyecto, que cuando esté en pleno rendimiento se prevé que pueda abastecer de energía limpia a 2,7 millones de hogares.
En nuestro país por el momento Iberdrola no cuenta con ningún parque eólico marino. En el año 2021 sí se dio a conocer que la compañía energética había proyectado un parque ‘flotante’ de aerogeneradores con capacidad para producir 300 MW de energía limpia. El objetivo es que se pudiera hacer realidad en 2026 y la ubicación que se contempló fue la costa gallega, andaluza o canaria.
Nuestra costa es en muchos casos menos inapropiada para este tipo de parques marinos por las características de su fondo marino. Los parques con aerogeneradores flotantes se presentan cómo más adecuados para áreas de mayor profundidad, frente al sistema de anclajes con pilotes para profundidades de entre 30 y 60 metros. En el caso de que el parque requiera apostar por aerogeneradores ‘flotantes’, las estructuras, una vez construidas en tierra, deberán ser botadas e instaladas y aferradas en el punto indicado.
Olas de 19 metros
En julio de 2022 en el País Vasco en julio se botó el que es el primer aerogenerador flotante en aguas españolas. Lo hace por el momento de manera experimental. Se llama ‘DemoSATH’ y debe completar dos años de experimentación antes de su construcción en serie. Se trata de una hélice similar a las que pueblan ya nuestro campos y valles y que, gracias a su base en forma de catamarán, construida de hormigón, será capaz de soportar olas de hasta 19 metros de altura. Un aerogenerador que una vez ‘enchufado’ a la red eléctrica será capaz de generar dos MegaWatios (MW) de energía, suficiente para cubrir las necesidades de 2.000 hogares.
Se trata de un proyecto liderado por la ingeniería vizcaína Saitec, con la colaboración del especialista germano en energías renovables, RWE. Supone un hito en el desarrollo de este tipo de infraestructuras, levantadas sobre una base de hormigón que gracias a su diseño y el principio de Arquímedes logran flotar en el mar. Esta novedad permite avanzar y facilitar sus procesos de construcción, llevado a cabo íntegramente en tierra.
La previsión es que para el año 2025 se pueda contar con otras tres estructuras como ésta, alguna de ellas de mucha mayor altura, hasta 260 metros, y que sumarían una capacidad de generación de energía de 35 MW.
Aerogeneradores de 270 metros de altura
Los proyectos de energía eólica marina permiten aprovechar todo el potencial del viento en alta mar, donde sopla con mucha más fuerza que en tierra. Sin embargo, su instalación es mucho más compleja. La mayor dificultad reside en la elevación de los aerogeneradores y subestaciones por encima del nivel del mar y su fijación al suelo.
La construcción de este tipo de parques requiere muchos años de ejecución. Se estima que entre 7 a 11 años. Ubicados en alta mar, a cerca de 70 kilómetros de la costa, la construcción y colocación de este tipo de aerogeneradores se antoja compleja. Se trata de estructuras que pueden alcanzar los 270 metros de altura. En algunos casos, la decena de aerogeneradores que conforman un parque de este tipo puede alcanzar un área de grandes proporciones de hasta 300 kilómetros cuadrados en el mar.
Se trata de instalaciones que deben situarse lejos de rutas marítimas comerciales, de espacios con limitaciones de carácter militar o de áreas de especial protección ecológica. A la dificultad de asentar los aerogeneradores se suma la necesidad de conectar mediante cables submarinos todos ellos y éstos con la estación eléctrica marina que deberá almacenar y enganchar a la red la energía generada.
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