La amenaza ya se ha cumplido. Si el gravamen a las energéticas, inicialmente provisional, no se eliminaba habría que reconsiderar futuras inversiones. La compañía Repsol ha desviado a Portugal la construcción de un electrolizador de 4 megavatios (MW) cuya ubicación en suelo español estaba en el aire. Finalmente, el proyecto se ejecutará en la localidad lusa de Sines.

La nueva electrolizadora proyectada y que permitirá generar hidrógeno verde supondrá una inversión cercana a los 15 millones de euros y se suma a otros proyectos similares llevados a cabo en España. Proyectos que en muchos casos se encuentran paralizados hasta que el 'impuestazo' sobre las energéticas que el Gobierno quiere mantener no se reconsidere. El anuncio por parte de la petrolera llega dos días antes de que finalice el plazo de enmiendas a las medidas fiscales en las que el Ejecutivo tiene previsto confirmar la continuidad de este impuestos a las energéticas y sector financiero.

Desde Repsol se recuerda que se trata de una decisión fiscal "arbitraria, inconstitucional y discriminatoria" hacia algunos sectores y que hasta que el marco regulatorio español no regrese a la senda de la estabilidad no habrá inversiones en nuestro país. El plan estratégico de transformación de todas sus plantas y refinerías, para actualizarlas en la seda de la descarbonización y la apuesta pro las energías limpias contemplaba hasta 3.000 millones de inversiones en los próximos años.

La decisión, adelantada hoy por 'El Mundo', se sumaría a las inversiones que la petrolera tiene en el complejo portugués. El electrolizador proyectado en Portugal será superior a la electrolizadora de 2,3 MW que la petrolera tiene en marcha desde hace un año en la central de Muskiz (Bizkaia) de Petronor-Repsol. Esta instalación suministra energía limpia al cercano parque tecnológico de Abanto y Zierbena.

En dos años se completará la segunda fase del plan de descarbonización y que prevé por la instalación de un electrolizador de 10 MW en el Puerto de Bilbao. Su desarrollo no está paralizado, al haberse activado antes de que Repsol anunciara la suspensión de sus inversiones. Está previsto que entre en funcionamiento en 2026. Se trata de una 'planta demo' de producción de combustible sintético fruto de la colaboración de Repsol, Petronor y la compañía saudí Aramco y capaz de producir 8.000 litros diarios de combustible sintético a partir de CO2 e hidrógeno.

Proyectos 'congelados' en España

Repsol tiene proyectados electrolizadores de mayor capacidad en Tarragona (150 MW), Bilbao (100 MW) y Cartagena (100 MW) y que en todos los casos se encuentran paralizados. También tiene parados los proyectos de 30 MW previstos en A Coruña y Puertollano, además de una 'ecoplanta' en Tarragona que transformará vertidos de basura en etanol. La paralización de todos estos proyectos por parte de Repsol supone dejar en el aire un montante que supera los 1.500 millones de inversión.

Recientemente se conoció que en algunos casos sí se han llevado a cabo los procesos administrativos para acceder a las ayudas comunitarias reconocidas - casi 800 millones de euros- por tratarse de proyectos considerados de 'interés común europeo' para la UE. En el caso de la electrolizadora de 100 MW prevista en Muskiz las ayudas alcanzaban los 160 millones de euros. Ahora, estas, como el proyecto, quedan congeladas a la espera de cuál es el futuro y desarrollo de la iniciativa energética.

Además, la firma advierte así al Ejecutivo, informa EFE, de su disposición a derivar sus fondos a otros mercados y que condiciona al avance del marco fiscal el despliegue de entre 3.000 y 4.000 millones de euros de inversión que la petrolera prevé desplegar en España en su Plan Estratégico 2024-2027.

El mensaje a favor de mantener el gravamen de manera indefinida en el ordenamiento jurídico español ha sido un varapalo para las expectativas de Repsol, cuyo consejero delegado, Josu Jon Imaz, El consejero delegado de Repsol, aseguró que esta medida no se iba a prorrogar, indicó durante la conferencia con analistas posterior a la presentación de resultados semestrales del grupo. Repsol provisionó a principios de año sus expectativas de pago del gravamen extraordinario, y ha fijado en 335 millones el pago de este gravamen para este año, frente a los 444 millones del año pasado. Por lo tanto, la firma ya ha realizado un desembolso de 779 millones de euros en concepto de impuesto extraordinario.