Un mes y ocho reuniones después, el pasado miércoles los sindicatos cerraron el acuerdo para el expediente de regulación de empleo (ERE) con MasOrange, compañía resultante de la fusión entre Orange y MásMóvil. Lo hicieron con los votos a favor de UGT y Fetico, y a pesar del rechazo de CCOO. Las negociaciones han servido para mejorar en parte las condiciones de los trabajadores, y para reducir el número de afectados de los 795 iniciales a los 650 finales. Pero los sindicatos tienen visiones distintas de este pacto, el último del “annus horribilis” particular que están viviendo las empresas de telecomunicaciones. 

"Cuando salió la noticia de la fusión mantuvimos reuniones con los responsables de competencia de la UE y con José Luis Escrivá, por entonces Ministro para la Transformación Digital, para trasladarles nuestra preocupación por el movimiento. Había dos peligros para los trabajadores: la pérdida de condiciones laborales y la destrucción de empleo. Desde el minuto uno se nos encendieron las alarmas", asegura Ramona Pineros, trabajadora de Telefónica y secretaría de acción sindical en el sector de las telecomunicaciones de CCOO. 

De acuerdo con Pineros, el punto clave que hizo que CCOO no firmara el acuerdo final fue la voluntariedad del ERE: "La empresa siempre sostuvo que todas las salidas serían voluntarias, incluso lo dijeron en una reunión de presentación que tuvieron con los trabajadores en el Wizink Center. Para nosotros ese fue el principal escollo hasta el último momento, porque podía poner en un brete a un montón de personas, algunas de las cuales tienen una edad muy mala para salir de la empresa. Los otros dos sindicatos opinaban igual, pero en las dos últimas reuniones ya se vio que estaban en disposición de cambiar".

Diego Gallart, trabajador de Vodafone y responsable de la acción sindical en Vodafone, Orange y Avatel de UGT, explica qué les llevó a modificar su postura: "En España la legislación es la que es. La empresa podía ejecutar el ERE a 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades, y estaba amenazando con hacerlo. Le comentamos la situación a la plantilla y prefirieron un mal acuerdo, que lo es, a no tener un acuerdo". Para él, algunos de los trabajadores cometieron el error de comparar la situación actual con el ERE que ejecutó Orange en 2021: "Aquella vez la empresa simplemente quiso cambiar de perfil, y eso le permitió ser muy generosos. Pero el mercado ha cambiado. Ahora están teniendo pérdidas y no era realista un acuerdo así".

No obstante, fuentes cercanas al proceso resaltan que las condiciones del ERE de MasOrange son "sustancialmente mejores" a las que han realizado en los últimos meses algunas empresas de la competencia. En ese sentido, comparándolo con los de Avatel y Vodafone, destacan que el primero afectó al 36% de la plantilla y el segundo al 27%, mientras que el de MasOrange a menos del 8% de sus trabajadores. A partir de ahí, deslizan que las condiciones en cuanto a las prejubilaciones, las bajas indemnizadas y las primas para incentivar la voluntariedad también son mejores para los empleados. Y recuerdan que el acuerdo elimina la cláusula de no competencia e incluye dos años de seguro médico y un plan de recolocación sin límite temporal para todos los empleados que lo soliciten.

Este martes, 22 de octubre, se abría el plazo para que los empleados de MasOrange solicitaran la adscripción voluntaria al ERE, que finalizará el próximo 6 de noviembre. Desde CCOO sostienen que las condiciones que se han firmado no les parecen lo suficientemente buenas para cubrir esas 650 bajas de manera voluntaria, y apuntan a que un porcentaje de los trabajadores tendrán que dejar la compañía de manera forzosa. Hay unos 300 empleados en edad de prejubilación, que podrían suponer casi el 50% de las bajas pactadas. Pero está por ver cuantos se presentarán voluntarios. "Algunos despidos serán forzosos, pero de manera encubierta, porque la compañía les dirá que si se presentan voluntarios para dejar la empresa les compensarán con primas y si no les despedirán de manera forzosa", recalcan. 

Dos empresas con condiciones muy distintas

Pineros relata que Orange y MásMóvil estaban en situaciones radicalmente distintas. Según cuenta, la segunda llegó sin un convenio colectivo y sin apenas haber articulado un "diálogo social" sobre los derechos laborales de sus trabajadores. Por contra, cuenta que Orange tiene la tradición, desde hace años, de haber sido mucho más cercana a estos temas. Algo que explicaría por qué sus empleados tienen mejores condiciones y salarios.

El ERE afecta a los trabajadores en convenio de seis sociedades: Orange Espagne; Orange España Comunicaciones Fijas; Xfera Móviles; Lorca Telecom Bidco; Euskaltel y R Cable y Telecable. La ley recomienda que en casos como estos la mesa de negociación sindical esté formada por 13 miembros, haciendo un reparto proporcional en función de la representación de los sindicatos. Esto hizo que CCOO tuviera cinco miembros y tanto UGT como Fetico completaran el cupo con otros cuatro cada uno. La suma de los dos últimos hizo que el acuerdo con la empresa saliera adelante, a pesar de que el sindicato mayoritario en el conjunto de las seis sociedades afectadas es CCOO.

En el pacto firmado el pasado miércoles también se contempla un plan de recolocación para los empleados que quieran inscribirse, que estará gestionado por la compañía Right Management. "Lo que nos han contado es que el sistema conseguirá que el 100% de las personas consigan otro trabajo. Dónde y en qué condiciones es lo que no sabemos. Aunque la empresa que lo va a llevar tiene muy buena reputación. En teoría ofrecen una formación a los trabajadores, pero también apoyo anímico y psicológico para propiciar la reentrada al mundo laboral, que puede ser complicada", desliza Pinera. 

Cuarto ERE importante del año

En enero Telefónica firmó un acuerdo con los sindicatos para ejecutar un ERE que afectó 3.421 trabajadores. En junio, Avatel pactó otro para 674 empleados. Y pocas semanas después, en julio, Zegona acordó otro para 898 personas, dos meses después de haber comprado Vodafone España por 5.000 millones de euros. El de MasOrange es el cuarto ERE importante del año. Y en esto los sindicatos sí están de acuerdo: están preocupados.

"El panorama es desolador. Las telecomunicaciones son un sector estratégico del país, y están inmersas en una deriva que nos causa desconcierto por las compraventas, la especulación, los mercados y la competencia salvaje que se han autoimpuesto. Y la regulación no está protegiendo los intereses del país y de los trabajadores", comenta Pineros.

"El Gobierno y la UE tienen que empezar a hacer caso, la regulación está perjudicando a las operadoras. En su momento tuvo cierta lógica para permitir que toda la población tuviera acceso a datos móviles y a fibra, y para que hubiera competencia. Pero ahora ha terminado pervirtiendo absolutamente la dinámica de mercado. Las compañías no pueden invertir ni crear empleo y terminan entrando en una guerra para rebajar precios que ha disminuidos sus ingresos. Y esto ha hecho prácticamente inviable el modelo de negocio. Todas las operadores españolas que tienen algo de infraestructura están perdiendo dinero en estos momentos", comenta Gallart.