Es una realidad con dos caras. La del consumidor y la del vendedor. Los combustibles no dejan de bajar de precio, lo hacen en los últimos meses de modo constante. Ni siquiera las tensiones internacionales parecen por ahora afectarle de modo severo. Los indicadores oficiales reflejan que la gasolina y el gasóleo están hoy en niveles de hace tres años. El precio medio del gasóleo fue ayer de 1,39 euros el litro y de 1,51 euros en el caso de la gasolina. Pero la realidad de gran parte del sector es otra. Considera que esos indicadores de precios son, en realidad, irreales, ficticios en la mayor parte de los casos.
Recuerdan que se trata de “importes medios” calculados incluyendo en ellos la oferta del conjunto de estaciones de servicio y sin discernir entre quienes se proveen de operadoras que cumplen con sus obligaciones legales y quienes pueden tirar a la baja sus precios por adquirir los combustibles a tramas fraudulentas. Operadoras que por su impago de IVA pueden ofertar a las gasolineras precios irregularmente reducidos, hasta 40 céntimos por litro.
El CEEES se muestra convencido de que si no operaran las tramas fraudulentas de los carburantes los precios que hoy pagarían los españoles serían de media más altos. Se estima que cerca de una cuarta parte de los combustibles que se comercializan en España proceden de este tipo de tramas. Según datos de la Asociación de Operadores Independientes del Sector Energético (UPI) el volumen del fraude de IVA podría rondar los 2.000 millones de euros desde 2022.
Se trata de organizaciones que en la mayoría de los casos actúan de modo irregular al no declarar el 21% de IVA en algún tramo del proceso que abarca desde la extracción del carburante de los depósitos hasta su comercialización final. De este modo, el impago del IVA permite obtener un beneficio ilegal a las tramas y un margen de precio mayor a la hora de vender el producto a las estaciones de servicio y que luego estas brindan a sus clientes. Hace una semana la Agencia Tributaria informó de la desarticulación de una trama que presuntamente había defraudado 133 millones a la Hacienda Pública por el impago del IVA durante los ejercicios 2020 y 2021.
Rentabilidad en peligro
“A nosotros, claro que nos conviene que el precio esté barato, el nuestro es un negocio de volumen”, asegura Ignacio Rabadán, de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES). Pero apunta que en realidad se trata de precios que de algún modo están ‘dopados’, adulterados por los precios excepcionalmente bajos por los que se vende en no pocas estaciones de servicio de nuestro país y contra los que deben competir en una competencia desleal”.
En el último año los precios de los carburantes han caído de media un 15% en el caso del gasóleo y un 8,6% en el de la gasolina, hasta situarse en niveles de 2021. Pese a la significativa reducción del coste de un depósito, aún está lejos de los niveles de 2020, cuando el gasóleo apenas alcanzó el 1,02 euros por litro y la gasolina el 1,15 euros por litro.
“Los precios medios que tenemos hoy son absolutamente irreales”, señala Rabadán. Recuerda que están lastrados a la baja por la venta de las tramas que ya investiga la Agencia Tributaria pero contra las que aún consideran que no se están adoptando medidas suficientes. Lamenta que mientras estas estructuras delictivas sigan operando la subsistencia de muchas de las algo más de 12.000 gasolineras que existen en nuestro país estará en peligro: “Si yo no participo de la rueda del fraude pero el que vende cerca de mi lo hace y oferta a 1,10, un precio fuera de mercado, estamos ante una competencia desleal. Eso me obliga a bajar los precios, y a veces a poner en riesgo mi umbral de rentabilidad”, señala Rabadán.
En su opinión, la realidad de los combustibles es que el precio, si se tiene en cuenta el IPC de los últimos tres años, “en términos reales podemos decir que son un 18% más baratos”. La principal medida que reclama el sector es que el cobro del IVA no esté exento en ninguno de los tramos por los que pasa la comercialización. Actualmente, la exención afecta al primer eslabón, el de la extracción desde los depósitos de almacenaje.
"Cada vez el carburante aporta menos"
Actualmente en España operan 12.346 estaciones de servicio, según refleja la memoria de la Asociación de Operadoras de Productos Petrolíferos. Supone un incremento muy considerable de gasolineras en la última década. Al cierre del pasado año existían 1.729 gasolineras más en España que en el año 2013. Repsol es la que cuenta con más gasolineras, una de cada cuatro, hasta sumar 3.275 a finales del año pasado. Cepsa con 1.514 gasolineras, BP con 750 y Galp con 560 completan la lista de grandes compañías. El resto, 5.309, pertenecen a otras compañías menores. A ellas se suman los supermercados y las cooperativas que también se han incorporado a este mercado de las gasolinas y los gasóleos. En España los hipermercados y supermercados con gasolinera son 327, a los que se suman otros 611 puntos de recarga vinculados con cooperativas.
Una estación de servicio media de nuestro país debe ajustar cada vez más sus márgenes. Se trata de negocios que en algunos casos deben tener que hacer frente a la compra de depósitos diarios de combustible por importes de hasta 40.000 euros cada uno de ellos. Subrayan que con una competencia que se aprovecha de abastecerse de tramas que no pagan IVA, es muy complicado alcanzar la rentabilidad y la estabilidad financiera: “Está demostrado que la demanda es muy elástica respecto al precio. Preferimos precios bajos y vender más, volumen. Pero cada vez más, el carburante aporta menos a una estación de servicios”.
Por ello, desde la CEEES se insta a sus asociados a no descuidar otros servicios del negocio “como las ofertas de lavado, las tiendas, la fidelización de los clientes, el servicio o las herramientas que pone a nuestra disposición la tecnología” para compensar ese cada vez menor margen de beneficio que reporta la venta de combustibles.
Y no sólo eso. “Además de procurar vender mucho, estamos obligados a tener una muy buena salud financiera, un buen pulmón financiero y ser capaz de asumir posibles cambios”, señala Rabadán. Recuerda que llenar una cuba de combustible requiere de músculo financiero para poderlo pagar y tener una buena relación con los bancos, avales bancarios y estar preparado para actualizarlos si es necesario: “Todo eso te sube los costes financieros. En este contexto, competir con una competencia desleal así, es complicado”.
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