José Ignacio Goirigolzarri presentará su renuncia voluntaria a la presidencia de CaixaBank. El directivo vasco lo planteará en la reunión que celebra este miércoles el Consejo de Administración de la entidad catalana.

La renuncia adelantada por La Vanguardia coincide con las presiones del Banco Central Europeo (BCE) para que los presidentes de las entidades financieras no tengan poderes ejecutivos, sino que estos recaigan estrictamente en los equipos directivos. Algo que no solo ocurre en CaixaBank, sino también en Santander y BBVA, con Ana Patricia Botín y Carlos Torres, respectivamente.

Fuentes del banco consultadas por El Independiente se limitan a confirmar la reunión del consejo este miércoles. Aunque otras fuentes confirman que su salida entra entre los puntos del orden del día del consejo. Para sustituir a Goirigolzarri -que llegó al puesto en 2021 tras la absorción de Bankia por la firma catalana- el llamado es el ahora vicepresidente, Tomàs Muniesa.

Se trata de un directivo histórico de La Caixa, que es la primera accionista del banco, con un 31,7%, a través de CriteriaCaixa. El segundo accionista es el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), con un 18%.

La renuncia de Goirigolzarri, que cumplió 70 años en febrero, se materializará el 1 de enerode 2025. La presidencia no ejecutiva recaerá en Muniesa y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, asumirá también las competencias de auditoría y comunicación.

Goirigolzarri es uno de los directivos con una experiencia más dilatada en el sector bancario español. En los noventa ya siendo, primero, director general de BBV y a partir de 2001 consejero delegado de BBVA, lideró el proceso de internacionalización de la entidad. Tras su salida de BBVA, en mayo de 2012 fue nombrado presidente de Bankia y de su matriz BFA. Tuvo la responsabilidad de reestructurar la entidad en plena crisis financiera y consiguió convertirla en una entidad solvente y rentable.

En marzo de 2021, y tras la fusión entre CaixaBank y Bankia, Goirigolzarri fue nombrado presidente de CaixaBank, que se ha convertido en el primer banco en España y con una rentabilidad que le ha permitido retribuir de manera recurrente a sus accionistas. De hecho, las acciones de CaixaBank se han multiplicado por tres desde la fusión con Bankia.