Catástrofe, tragedia, cataclismo... El azote de la naturaleza en el este peninsular se ha cobrado al menos 104 fallecidos como consecuencia de la DANA que ha anegado numerosas localidades de Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía. Además del incalculable golpe personal, las calles convertidas en ríos, los coches que flotan y las casas agujereadas representan un impacto material que será especialmente notable para los agricultores afectados.
"La gente del campo no solo ha perdido sus coches, en muchos casos ha visto cómo se ha destrozado su casa y su herramienta de trabajo. Hay cientos de huertas totalmente inundadas. Es un daño de otra dimensión. No sabemos si podremos acceder a los campos. Hay fincas que ya ni existen porque sus árboles han sido arrasados por el agua. No nos atrevemos a hablar de cifras de afectación", explica en conversación con El Independiente Isidro López, responsable de seguros agrarios de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
Miles de hectáreas de cítricos, caquis, hortalizas, viñas y otros cultivos de la Comunidad Valenciana, una de las principales huertas del país, se ahogan ante la ferocidad de la tormenta más fuerte del siglo en la región. "Nos levantamos con la gota fría típica, con agua, pedrisco y algún desbordamiento, pero a medida que avanzó el día la gravedad se multiplicó. La inundación saltó a los campos de cítricos y de caquis de la zona de la Ribera Alta -habitual víctima de inundaciones- en plena recolección", apunta López.
Efectos de la DANA en la huerta valenciana
Las lluvias torrenciales, el pedrisco y el viento extremo que sacude a la Comunidad Valenciana pone en vilo la supervivencia de cientos de explotaciones agrarias. Según indica López, hay zonas de cítricos en las que el agua llega a media copa del árbol: "En otros casos de inundación menor el resto del árbol está en agua y eso es un foco de infección crítico. Hay variedades en recolección que son sensibles a la humedad y que tendrán problemas para sobrevivir. Los árboles que estén sumergidos perderán toda la fruta y sus hojas y muchos podrán morir por asfixia radicular".
En frutos como el caqui, que se encontraban en campaña de recogida, ya se habla de la pérdida del 100% de la cosecha. "Con el pedrisco ya era suficiente para acabar con lo producido para esta temporada, pero es que las inundaciones hacen que peligre el árbol y se quede su futuro en el aire", señala el técnico de AVA-Asaja.
Si se mantienen anegadas, cientos de explotaciones de cítricos, caquis u hortalizas corren el riesgo de morir. Además, la cosecha de mandarinas y naranjas de los campos más perjudicados se perderán, lo que reducirá de manera notable la producción total de la campaña. "Hay fincas que han desaparecido y tendrán que empezar de cero. Pero empezar de verdad, no solo hay que plantar los árboles, sino que no ha quedado ni la tierra", expresa apesadumbrado López, que precisa la gravedad de la situación en los viñedos: "Aunque ya se había vendimiado y se ha salvado la uva, en muchos casos el agua ha arrastrado viñedos enteros. La corriente ha arrancado la cepa".
El diagnóstico de López evidencia el panorama agrícola en terrenos inundados por la DANA en la huerta valenciana. "Si no se ha recolectado ya es imposible y, cuando se pueda acceder a los árboles, la fruta estará para tirar. La humedad puede ser letal y dar lugar a enfermedades que acabará con la muerte de las plantaciones", sentencia.
Las comarcas más castigadas son la Ribera Alta y Baixa, L’Horta, la Hoya de Buñol, Utiel-Requena, Camp de Túria y Los Serranos, donde se registraron históricas acumulaciones de agua por intensas precipitaciones y el desbordamiento de barrancos y ríos. En las comarcas del interior, la fuerza del agua arrancó miles de vides y otros cultivos que, por el contrario, venían de atravesar uno de los años hidrológicos más secos de la historia que había causado la muerte de plantaciones por déficit hídrico.
AVA-Asaja destaca que a los siniestros en producción y plantación, hay que sumar los graves desperfectos en caminos rurales e infraestructuras agrarias, tales como acequias, muros, ribazos, riego por goteo, almacenes, casetas de aperos y pozos de riego, invernaderos, maquinaria y naves agrícolas y ganaderas. En cuanto a la ganadería, no se descartan problemas serios para alimentar y dar de beber a los animales e, incluso, la muerte de ganado en cuyo caso sería necesaria una retirada inmediata de cadáveres para minimizar un posible problema de salud pública.
La organización agraria urge a las administraciones a aprobar medidas de apoyo para los agricultores y ganaderos afectados. Una vez la DANA remita y los productores puedan acceder a sus explotaciones, AVA-ASAJA concretará una cuantificación de las pérdidas directas e indirectas del sector agrario valenciano que se prevén desoladoras.
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