España tiene pendiente una reforma fiscal. Está pactada con Bruselas y es una condición para obtener el quinto pago del Plan de Recuperación. El Ejecutivo se ha movido entre las declaraciones de que la reforma ya se había hecho o incluso que no era necesaria. Pero en las últimas semanas busca un acuerdo con sus socios en el Congreso para aprobar nuevas medidas tributarias. Una de ellas es hacer permanente el impuesto a la banca, si este decae, el déficit será mayor.

La Comisión Europea lleva insistiendo en que esa reforma es necesaria y está pendiente y, ahora, lo hace además, con un dato: el déficit aumentará entre 2025 y 2026 si decaen los impuestos a los beneficios extraordinarios de la banca y las empresas energéticas. La diferencia es de una décima y, como publicó este periódico, si se mantuvieran, España no lograría el objetivo de recaudación previsto por el Ejecutivo.

Si España no consigue ingresar lo que había calculado y además, está previsto que uno de esos dos tributos no continúe en el sistema tributario -el de las energéticas-, la diferencia entre ingresos y gastos se agrandará. Además, esto se produce en un momento en el que está previsto que aumento el dispendio en medidas y programas para la reconstrucción tras la DANA que azotó la Comunidad Valenciana. Estos gastos no computan en el compromiso de los estados miembros de cumplir con un déficit que no supere el 3%, pero sí provocarán que se exceda esa cifra.

Este viernes, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, explicó que en “el corto plazo” se esperan consecuencias como que “algunas empresas no continúen su actividad o los costes inmediatos”. A medio plazo, “los costes de reconstrucción tienen un impacto en la contabilidad, desde nuestro punto de vista es un gasto puntual y no lo contabilizamos en los procedimientos de déficit excesivo”.

Sobre la reforma fiscal, Gentiloni señaló que el encontrarán “el modo de resolver los temas pendientes”. El titular de Economía del Gobierno, Carlos Cuerpo, había explicado que la situación macroeconómica de España era ahora más favorable que cuando se comprometió esa reforma del sistema tributario y dejó caer que esto sería un argumento a tener en cuenta de cara a rendir cuentas con Bruselas. Pero la Comisión espera más cambios.

Presupuestos, en el aire; reforma, en negociación

Con los presupuestos generales del Estado (PGE) todavía en el aire, el Gobierno negocia sacar adelante varios impuestos o modificaciones impositivas que le permitirán aumentar la recaudación. El paquete fiscal acordado entre el PSOE y Sumar incluye medidas como la introducción del IVA del 21% para los pisos turísticos, un nuevo impuesto al lujo, la subida de dos puntos en la tributación en el IRPF de las rentas de capital por encima de los 300.000 euros o la eliminación de la exención fiscal a las primas de seguros privados sanitarios.

Pero el Ejecutivo no tiene apoyos suficientes para sacar adelante estos cambios, la permanencia del impuesto a la banca y la transposición de una directiva europea para gravar con al menos el 15% a las empresas multinacionales. Las discrepancias entre grupos políticos obligaron a suspender este jueves, por segunda vez, la Comisión de Hacienda en el Congreso de los Diputados y reagendarla para el próximo lunes.

Con los gastos de la DANA de fondo, el Gobierno está insistiendo a sus socios con que es necesario lograr un pacto para aprobar las cuentas nacionales que permitan sufragar los gastos previstos. De momento, se han puesto en marcha ayudas por valor de 14.000 millones de euros.