La dirección de Correos intenta enderezar el rumbo de la compañía postal. Los sindicatos fueron convocados el pasado viernes a una mesa negociadora en la que la cúpula de la empresa que dirige desde hace un año el socialista Pedro Saura detalló el panorama de crisis interna que atraviesa la compañía y planteó varias medidas para tratar de corregir la situación del operador público antes de recibir la inyección millonaria prometida por el Ministerio de Hacienda para los próximos años. Entre ellas, se plantea un plan de prejubilaciones para rejuvenecer la plantilla de más de 50.000 trabajadores, así como una reorganización interna que implicaría cambios de turnos o movilidad de personal.

Entre otras, Correos propone a los sindicatos un plan de salidas voluntarias a ejecutar entre 2025 y 2028. Afectaría al personal laboral fijo mayor de 63 años, estableciendo dos colectivos con condiciones diferenciadas. Por un lado, personas con más de 65 años que puedan acceder a la jubilación ordinaria con una compensación equivalente a un año de salario limitado a una cantidad acordada.

Por otro, estaría el de personas con edades comprendidas entre los 63 y 65 años con contrato laboral fijo con compensaciones económicas. Pueden ser una pensión de jubilación o una compensación económica adicional percibida anualmente hasta alcanzar la edad de jubilación ordinaria, equivalente a un año de salario limitado a una cantidad acordada. Fuentes de la compañía consultadas por El Independiente declinan hacer comentarios y evitan concretar qué cantidad prevén destinar al plan de prejubilaciones y a cuántos trabajadores podría afectar.

Según la información transmitida a los sindicatos, Correos depende actualmente del segmento tradicional en un 66%, lo que supone un nivel que impide a la empresa remontar el escenario de pérdidas millonarias acumuladas durante el último lustro en el que ha estado dirigida por Juan Manuel Serrano. La intención de la dirección de la empresa pasaría con un nuevo plan estratégico por elevar el volumen del negocio de la paquetería, pasando de una cuota de mercado del 17% actual al 34% o 40%.

La dirección de la empresa también expuso a los representantes sindicales que los costes de personal en 2023 supusieron un 85% de la facturación total. Además, la edad media actual de los trabajadores supera los 51 años, con un nivel de absentismo superior al 9%.

Entre otras cosas, la dirección de la empresa remarcó la necesidad de llegar a un acuerdo no solo en el plan de salidas, sino también en un plan para flexibilizar las condiciones laborales de una plantilla que consideran "mal distribuida". En cuestión de horarios, el plan pasaría por cambiar el actual esquema de que un 80% esté activa por la mañana y un 20% por la tarde, hacia una reparto del 60-40%. Asimismo, también se pretendería aumentar el personal de los sábados.

Por otro lado, la dirección también pretendería someter a revisión cuestiones como las bolsas de empleo o congelar los procesos de consolidación actuales hasta ver las necesidades de la compañía. A parte, se pretende adaptar la estructura con cambios de categorías. Desde formaciones sindicales como UGT avisan de que cualquier cambio requerirá consenso y que se haga "de manera voluntaria e incentivada". "Los incentivos son clave para abordar la reestructuración", añaden.

Las formas tampoco han gustado. "La dirección no ha entregado ningún papel", denuncia el sindicato que dirige Pepe Álvarez en un comunicado. "Ni los sindicatos somos los responsables de la situación ni los trabajadores pueden ser los paganos", añaden.

La intención de la dirección ahora es tener un acuerdo marco cerrado con los representantes de los trabajos antes del 31 de diciembre sobre cuestiones prioritarias. La compañía tiene abierto el diseño de un Plan Estratégico acordado con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi). De momento, las reuniones con los sindicatos se sucederán hasta final de año para intentar tejer un pacto. Más adelante, está previsto abrir la mesa de negociación para un nuevo convenio colectivo.